La policía de la moral de Irán está nuevamente en el foco público a propósito de la muerte de Mahsa Amini, una mujer de 22 años que falleció en misteriosas circunstancias tras haber sido detenida por funcionarios de este organismo.
Tras su muerte, las autoridades dijeron que fue un «incidente desafortunado» y negaron que hubiera sufrido algún tipo de maltrato cuando fue detenida, pero testigos aseguran que Amini fue golpeada en un furgón de la policía en Teherán poco después de ser arrestada.
Amini incumplió las normas de uso del hiyab o velo islámico y dejó al descubierto su pelo. En el país, el hiyab debe ser usado de manera obligatoria en la vida pública por todas las mujeres y es un elemento integral de la fe desde 1979, cuando el ayatolá Ruhollah Jomeiní lo instauró en el marco de la teocracia que rige el país.
La función principal de la policía de la moral o Gasht-e Ershad (Patrullas de Orientación) es velar que se cumplan las normas del pudor de hombres y mujeres, además del estricto código de vestuario que incluye que todas las mujeres usen el velo y prohíbe el uso de pantalones ajustados, jeans rotos, trajes de colores vivos, que la ropa deje al descubierto las rodillas y aconseja que las mujeres no usen maquillaje ni oigan música en sus automóviles.
Tienen la potestad de amonestar a los sospechosos, imponer multas o detener a los ciudadanos y llevarlos a centros de “reeducación”, abiertos recientemente. Se estima que hay 7.000 efectivos encubiertos reportando desde diferentes lugares, con frecuencia espacios altamente concurridos.
Entre los castigos por violar la ley islámica, a parte de las penalizaciones, también existen penas de prisión e incluso flagelaciones.
La Ghast-e-Ershad funciona bajo la supervisión de las fuerzas de seguridad, el Ministerio del Interior de Irán y del ayatolá Alí Jamenei. Patrulla las calles con radios. También se cree son apoyados por el grupo Basij, una milicia paramilitar que comenzó su operación tras la revolución de 1979 y está compuesta por voluntarios, entre ellos mujeres.
Funcionan bajo el principio “ordenando el derecho y prohibiendo el mal”. En los últimos meses se le ha acusado de incrementar un accionar violento. La llegada del actual presidente de Irán, el ultraconservador Ebrahim Raisi, podría ser un factor influyente en un aumento de la presencia de esta fuerza policial.
«Con el nuevo incidente que ha ocurrido, la gente está llamando a la Gasht-e Ershad, policía del vicio, la Ghatl-e Ershad, policía del asesinato, porque la fuerza nunca ha sido eficaz en ningún lugar del mundo y el hiyab no debería ser una ley», dice Reyhaneh, una estudiante de 25 años.
Por su parte, Mahtab, una maquilladora, dice tener «miedo de ver a los del Gasht-e Ershad. Creo que son algo inútiles. Deberían dejar a la gente elegir como en todos los demás países; cada persona debería elegir lo que le gusta».
El hiyab, un «éxito» de la revolución iraní
A pesar de estas posturas y de que en las calles haya mujeres quemando sus velos en hogueras o cortando su pelo en redes sociales, es poco probable que el Gobierno teocrático cambie de idea, ya que desde que se instauró el uso del hiyab en 1979, el ayatolá de esa época, Jomeiní, dijo que solo cubrirle el pelo a las mujeres era «el éxito» de la revolución.
En ese momento, las mujeres protestaron durante seis días, lo que ocasionó que reversaran la decisión, pero en 1980 el uso del velo fue impuesto en edificios gubernamentales y en 1983 entró en vigencia la obligatoriedad del uso en espacios públicos.
Estas no son las primeras protestas contra el hiyab en Irán, en 2017 una mujer fue encarcelada por un año por quitarse el velo en público, lo que ocasionó manifestaciones.
Para Afshin Molavi, periodista y autor del libro ‘The Soul of Iran: A Nation’s Struggle for Freedom’, «la eliminación de la obligatoriedad del hiyab sería una severa derrota (para el régimen)», y agrega que «la conservadora clase clerical no está lista para abandonar su derecho divino a cubrir a las mujeres».
No obstante, al margen de las manifestaciones comienzan a escucharse algunas voces que cuestionan el accionar de la Ghatl-e Ershad. Este 21 de septiembre, el presidente del Parlamento, Mohammad Bagher Ghalibaf, aseguró que se debe «investigar el método de las Patrullas de Orientación» para «evitar que se repitan estos casos».
Por su parte, el Gobierno estudia la creación de un software de reconocimiento facial que determinaría qué mujeres cumplen o no con la norma de cubrirse el pelo.
La policía de la moral en otros países del mundo islámico
En Arabia Saudita existe el Comité para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, o Mutawa, que en árabe significa «obediente a Dios» y es el encargado de verificar que se cumpla la ley islámica o sharia en todo el país, que incluye que los hombres y mujeres no socialicen en público o que las mujeres usen abaya, una vestimenta que las cubre casi por completo.
En Sudán está la Policía de Orden Público que vela para que los ciudadanos cumplan la sharia y pueden arrestar a quienes consideren sospechosos y llevarlos a juicio.
En Malasia la policía de la religión es la encargada de hacer cumplir la ley islámica. Tienen la potestad de imponer multas y arrestar a los infractores, también evitan que haya socialización entre hombres y mujeres.