Por: Jesús Heraldo Rueda Suárez/ Cumple 400 años nuestra amada Bucaramanga, “jardín de auroras puerta del sol de mi Santander, crecen tus sueños conquistadora, por siempre unidos para vencer” así reza una de las estrofas del himno de nuestra ciudad por cierto desconocido diría yo, por muchos bumangueses.
Una Bucaramanga que inicialmente fue llamada “Real de Minas” por la explotación del oro, era un campamento donde residían los indios encargados de la explotación de las minas, un resguardo indígena que dependía de la jurisdicción de Pamplona, y cuando el oro comenzó a escasear, hasta desaparecer la minería a orillas del Río de Oro, se convirtió paulatinamente en un pueblo de criollos y mestizos.
El coraje comunero, la hormiga culona, la guabina, el Cañón de Chicamocha, él dígame con la infaltable ‘manoteada’, y el bocadillo veleño, son solo algunas de las cosas que nos hacen sentir orgullos a los santandereanos.
Y es que no importa si el bumangués se crio en Pan de Azúcar, El Girardot, La Joya, La Aurora, el Mutis, Ciudad Valencia, el Alfonso López, etc. Todos tenemos en el ADN las cualidades como trabajadores, independientes, fuertes, nobles, honestos y emprendedores y eso si hablamos de frente.
Cuantas cosas bonitas para hablar de nuestra Bucaramanga, y más en esta época de celebración, lo mismo que cuando al calor de un aguardiente se nos despierta el amor, así estamos hoy desbordantes de alegría con nuestra feria y el cumpleaños de nuestra querida ciudad bonita.
Quiero en esta columna recordar a esa Bucaramanga de buenas costumbres de gente buena, alegre, trabajadora y a su vez pedirles a nuestras autoridades que trabajen más por la ciudad; en estos momentos reina el caos, a la ciudad se la tomo la inseguridad, es una osadía caminar por sus calles, el caos vial es el pan de cada día, sus calles parecen pistas de motocross, no les cabe un hueco más, sus parques son refugio del hampa y la mendicidad, en sus calles es común ver mendigos abandonados a su suerte, duele caminar por sus calles y se es presa del estrés al conducir.
Ahora bien, en este onomástico también quiero recordar nuestras costumbres, y raíces, es de anotar que nosotros tenemos una forma muy peculiar de hablar, lo hacemos como si estuviéramos peleando y por ello nos interpretan mal, eso sí, somos gente de honor de la ‘palabra empeñada’.
En la Bucaramanga de mi época madrugábamos a misa de aguinaldos a las 4:00 de la mañana hacíamos en la casa un pesebre enorme, hecho de árbol natural envuelto en algodón, (siii el que quemábamos en enero), los bumangueses somos trabajadores, las montañas y las tierras áridas nos llevaron a trabajar muy duro desde siempre, poseemos un fuerte arraigo, amamos nuestra tierra.
Crecimos al lado de las pastas Gavassa, Lechesan, Hipinto, Trillos, el Faro, el Roble, Mercadefan, la droguería Gato Negro, la Ortiz Gómez, Silencio Tabaco en Reposo, Forjas de Colombia, Margarette Fashions, Periquita, la UIS, el Glorioso, el Salesiano, etc., somos dueños y a su vez le rendimos una especie de culto a nuestra gastronomía, la arepa de maíz pelado con chicharrón, mogolla de Trillos, Kola Hipinto y tamal, caldo con Huevo, Pepitoria, Cabro, la Pata del estadio, la Rellena, ah y las galletas Aurora, en fin nuestra comida puede ser una de las más grandes muestras de amor que recibimos y brindamos a propios y visitantes.
Quien de mi época y casi que todos los tiempos no ha ido a comer a Shanghai, la Carreta, Dimarco, la Puerta del Sol, Mayito, Señora Bucaramanga, Chiflas, Mercagan, el Tony, la esquinita, el baúl de los recuerdos, don Pepe, etc., algunos de estos sitios ya no están y como recordar esas discotecas: Eva, capricornio, el pulpo, el socavon, etc.
Que decir de nuestras palabras y expresiones como: Mano, Dígame, Mucho, jijuepuerca o nuestros mitos urbanos como la casa del diablo de David Puyana, son características adquiridas en la cotidianidad
Como toda región tuvimos personajes típicos como Marujita era o es creo que aun vive, un hombre que se volvió gay y lo expresaba públicamente por las calles de los años 70, tenía el labio leporino lo que le hacía más identificable y era motivo de remedo, vestía con un pantalón bien apretado siempre usaba blusas muy pequeñas, ombligueras y caminaba como si estuviese en la pasarela, a todos los hombres que pasaban por el lado suyo les decía, adiós papacito rico.
la famosa Puñaleta, una mujer como de 30 años, quien sufría problemas psiquiátricos, cuando había un grupo de hombres se desnudaba y empezaba a caminar como una modelo en pasarela, pero que nadie se atreviera a decirle Puñaleta, porque sacaba un arma corto punzante y correteaba al que fuera.
El popular Pajitas, un personaje delgado de profundo ojos azules, en sus últimos años decidió vestirse con un uniforme del alférez de tránsito, con botas bien altas y el kepis, a este personaje le gustaba acercársele a las jovencitas con uniforme de colegio y procedía a hacer eco de su apodo eso si siempre fue inofensivo.
El sr Mamatoco bachiller del colegio san Pedro Claver, asumió tan profundamente la cultura hindú que no quiso vivir en casa y vivía en la calle, harapiento y mugroso, siempre cerca del centro comercial cabecera, todos los días tomaba aguardiente.
La cabuya de los moscos una mujer alta, delgada de fino caminar y al parecer de fino vestir cuando joven, vivía en la calle, en la carrera 15 con 37 y 31, sus últimos años era la novia de pajitas y se paseaban tomados de la mano por el centro de la ciudad, siempre bien maquillada, aunque sin bañarse.
Mimimota era un personaje de cuentos de hadas, pequeñito, no más de un metro, gordo, piel canela oscura, chato, agradable, y sonriente, sacaba la lengua y se tocaba la nariz y pues era cantante, aunque cantaba feo y sólo se sabía una canción, la chochita del rio (quería decir, la chocita del río) y pedía limosna, la costumbre era darle unas monedas y decirle, ve aquella chica, señora o señor o almacén, vaya y cántele la canción a ella, o a ellos, éste presuroso, iba y se paraba frente a su objetivo, empezaba a cantarle su particular canción, pues todo mundo se reía, era todo una recocha, él no lo veía mal, estaba convencido que era un muy buen cantante.
Eran callejeros y eran los personajes, con los cuales crecimos, ellos se han ido yendo poco a poco y se han llevado con ellos esas leyendas y recuerdos, los bumangueses creemos en sueños y quimeras, y estoy seguro que estos personajes han sido más cuerdos que quienes se jactan de serlo.
Nuestra Bucaramanga tiene como actividades principales en la que basa su economía y van desde la marroquinería, la confección, el sector avícola y agropecuario, la tecnología, la orfebrería el comercio, la hotelería y la educación, esta diversificación permite mantener la estabilidad de la región, la cual se ve beneficiada también por su ubicación estratégica para el desarrollo del turismo de aventura.
Señores dirigentes, ciudadanos, hagamos cada día de nuestra Bucaramanga una mejor ciudad, felices 400 años “mi Bucaramanga del alma” como decía un buen y apreciado narrador deportivo Juan Manuel González (saludos).
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*Profesional en Mercadeo
Twitter: @heraldoru
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).