Por: Andrés Martínez Olave/ «Con acciones se transforma un país, más no con palabras sin hechos y politiquería barata».
Ha sonado en Santander un cambio desde las pasadas elecciones al senado, cámara y presidencia; los santandereanos se mostraron en cada uno de los entes del Estado, donde paisanos en general llegaron a los cuerpos colegiados.
Hoy en día suenan en las próximas elecciones personajes que quieren llegar a una gobernación, alcaldía y otros entes sin hacer «nada» en los cargos que en la actualidad tienen como diputados y concejales.
Santander, un departamento hermoso por sus paisajes, municipios, parques; se ha convertido en el hazme reír en la política para muchos.
Municipios donde sus vías están en mal estado, donde no existe controles reales de hechos para el mejoramiento, sino debates de palabras realizados en una asamblea.
El 2023 viene cargado de sorpresas para el departamento, pero en este momento 2022 aquellos personajes que quieren aspirar a altos cargos entre gobernación, alcaldía, entre otros, no han demostrado sus hechos.
El creer que las redes sociales lo es todo y no lo es nada, aspiran que ese es su objetivo.
Ejemplos se han visto en la actualidad, casos de politiqueros que han llegado por el amarillismo y la política sucia y no con convicción y cambio real para un departamento y municipios que piden a gritos ayudas, en infraestructura, movilidad, educación, el agro y demás que todos conocemos en la actualidad.
Aplaudamos los hechos llenos de actos en medio de cambios, más no de amarillismo de redes sociales que no llegan a nada y si a generar un pensamiento errado de un departamento lleno de cultura y buen desarrollo.
Los partidos políticos deben realmente mirar los perfiles de hechos de los próximos candidatos y no del amarillismo que han venido generando a la sociedad.
Llega al país un nuevo gobernante, donde aún no sabemos realmente qué hará, donde nos ha mostrado un bla bla bla en sus propuestas de gobierno y que con ello llega este 7 de agosto a la Casa de Nariño.
Entonces, ¿queremos seguir siendo el país del sagrado corazón? O, ¿queremos realmente ser el país y el departamento del cambio con hechos en favor del pueblo y no al favor de aquellos políticos?
Santandereanos, siempre adelante, santandereanos, ni un paso atrás…
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