El presidente había asegurado que solventaría los “errores de forma y otros presentes en las disposiciones que se infiltraron en el borrador” que presentó el pasado 30 de junio al asegurar que “errar es humano, afortunadamente existe la posibilidad de corregir y revisar”. Sin embargo, los cambios presentados no llenan las expectativas de los críticos del texto.
Las modificaciones que Said aseguró que haría se centran principalmente en dos puntos, el primero, sobre el lugar que ocupa la religión del islam en la nación y el segundo, respecto a los derechos y las libertados de los ciudadanos.
La oposición en Túnez está encabezada por el partido islamista Ennahda, que quedó primero en las pasadas elecciones y el cual cuenta con el respaldo de Turquía y Qatar. Por lo que la modificación del lugar que ocupa la religión del islam, mayoritaria en el país, es un punto álgido a tocar en la Carta Magna.
Una cuestionada laicidad en el Estado como propuesta
En la Constitución de 2014, que es la que el presidente pretende cambiar, se establece en el artículo primero que “Túnez es un Estado libre, independiente y soberano, el islam es su religión, el árabe su lengua y la República su régimen”.
El borrador presentado por Said relega el tema religioso hasta el artículo 5 y propone que “Túnez forme parte de la Ummah islámica, y el Estado es el único que debe trabajar para alcanzar los objetivos del islam preservando el alma y el honor”.
La Ummah es el término utilizado en el Corán para designar a la comunidad musulmana, de aprobarse esta modificación, el país se acercaría a una posición laica nunca vista en los países árabes, aunque algunos dudan de esto, según Vicent Geisser, del Instituto de Investigación y Estudios sobre el Mundo Árabe y Musulmán. Lo que se está haciendo es “sacar al Islam por la puerta y reintroducirlo por la ventana”, asegura el experto.
Por otro lado, en el segundo punto controversial de la propuesta en el artículo 55 se establece que pueden ser alterados o suprimidos muchos derechos individuales de los ciudadanos en casos en donde se vea comprometida la seguridad del Estado o del orden público.
La separación de poderes, en tela de juicio
Said ha defendido el proyecto de Constitución y además ha realizado un llamado a los ciudadanos a votar por el “Si”, asegurando que el texto no representa ningún riesgo para los derechos y libertades de la población.
Sin embargo, la propuesta es rechazada por al menos 30 organizaciones, entre las que se encuentran la Liga Tunecina de los Derechos Humanos, la Organización Tunecina contra la Tortura o el Sindicato Nacional de Periodistas, que aseguran que es demasiado presidencialista y pone en duda la separación de poderes en el país.
El jurista Sadok Belaid, presidente de la instancia consultiva que se encargó de redactar el primer documento, (el Alto Comité Consultivo Nacional para la nueva República de Túnez) se desvinculó del borrador final publicado, aseverando que ese no fue el que le presentaron originalmente al presidente y que en el texto hay “graves peligros y trampas” que podrían “allanar el camino hacia un régimen dictatorial vergonzoso”.
Además, el pasado 29 de junio, la Comisión Internacional de Juristas, CIJ, aseguró que la “reforma pretende codificar el autoritarismo que ya existe desde hace un año” y denunció que “los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial no se reconocen como poderes separados, sino como meras funciones”, aseveró Saïd Benerbia, director del programa de África del Norte y Oriente Medio de la CIJ.
La CIJ también ha puntualizado que la nueva propuesta carece de revisiones reales en el proceso de redacción que socaban la legitimidad democrática y no cumple con las normas de reformas establecidas en la Constitución del 2014, además denunció que la nueva Constitución podría aprobarse aunque la participación de la población sea muy baja.
De resultar refrendada la propuesta de Said, el nuevo texto sustituirá la Carta Magna aprobada en 2014, creada luego del derrocamiento en 2011 de Zine Abidine ben Alí, quien fue depuesto tras protestas masivas durante la Primavera Árabe.
Said asumió en poder en octubre del 2019 luego de la celebración de las elecciones presidenciales en septiembre de ese mismo año.
El 25 de julio del año pasado se hizo con plenos poderes luego de suspender el poder Legislativo, con un bloqueo al Parlamento y eliminando el cargo de primer ministro, además realizó la disolución del Consejo Superior de la Magistratura y posteriormente destituyó a 57 jueces por decreto presidencial.
Este referendo constitucional será el primero en la historia del país, la consulta esta pautada para el próximo 25 de julio, mientras que los comicios legislativos se tienen previstos para el 17 de diciembre.