De los 639 legisladores que se encontraban en la sesión, 328 se opusieron a bloquear la propuesta de la UE, 278 votaron a favor de bloquear la moción y 33 se abstuvieron.
«La Ley Delegada Complementaria es una propuesta pragmática para garantizar que las inversiones privadas en gas y energía nuclear, necesarias para nuestra transición energética, cumplan con criterios estrictos», declaró la jefa de servicios financieros de la UE, Mairead McGuinness.
Por su parte, el primer ministro eslovaco, Eduard Heger, aseguró que este paso generará buenos resultados en el ámbito de la seguridad energética y los objetivos de reducción de emisiones. “Seguiremos en el camino hacia la neutralidad climática para 2050”.
Uno de los temas que influyeron en la decisión es la guerra en Ucrania, que ha motivado al bloque a transformar sus políticas energéticas al romper lazos con los combustibles fósiles rusos, pues antes del conflicto dependía en un 25% del petróleo y un 40% del gas natural de Moscú.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró que la intención es estar preparados.
“Creemos que es muy importante tener una visión europea y un enfoque coordinado para un posible corte completo del gas ruso. (…) Tenemos que pensar dónde se necesita más el gas y cómo podemos asegurarnos de que el gas realmente fluya hacia donde más se necesita», dijo Von der Leyen.
Por su parte, el sector industrial expresó su beneplácito y calificó la decisión de ser “una señal importante del papel del gas natural como puente para lograr los objetivos climáticos”, destacó Ingbert Liebing, gerente de la asociación de servicios públicos locales de Alemania.
Detractores de la propuesta
Luxemburgo y Austria se mostraron en contra de lo aprobado por el Parlamento Europeo este miércoles y aseguraron que impugnaran la ley en los tribunales.
«Tan pronto como este programa de lavado verde entre en vigor, Austria presentará su demanda ya preparada ante el Tribunal Europeo», publicó Leonore Gewessler, ministra de clima de Austria en un comunicado, y agregó que su país buscará reclutar a otros Estados miembros como aliados en su acción legal.
Además dijo que justamente con la guerra que se libra en Ucrania no se puede tener «un programa de lavado verde para la inversión en energía nuclear y gas fósil… No es creíble, ni basado en el conocimiento, pone en peligro nuestro futuro y es más que irresponsable», puntualizó la ministra.
Al rechazo se unió la organización Greenpeace, que también anunció acciones legales.
«Esta es una mala señal para el resto del mundo que puede socavar la posición de liderazgo de la UE en la acción climática», puntualizó Anders Schelde, director de inversiones del fondo de pensiones danés AkademikerPension.
Steffen Hebestreit, portavoz del canciller alemán Olaf Scholz, reitero la posición del país en rechazo a la votación.
«El Gobierno alemán mantiene su posición y considera que la energía nuclear es insostenible. También ha defendido enérgicamente esta posición ante la Comisión de la UE y el Consejo, y ha presionado para que el Consejo objete el acto delegado sobre energía nuclear. Como saben, la mayoría requerida para esto en el Consejo no se materializó».
La única posibilidad de que se retire la decisión es que el Consejo de UE manifieste su desacuerdo antes del próximo lunes, para esto tendrían que oponerse el 72% de los países, es decir 20 de 27, representando aproximadamente al 65% de la población de la Unión Europea compuesta por más de 290 millones de ciudadanos, un escenario que es muy improbable de suceder.
La cuestionada sostenibilidad
El gas es un combustible fósil que genera emisiones que calientan el planeta, pero relativamente menores que las del carbón. Por otro lado, la energía nuclear es libre de emisiones de CO₂, pero genera residuos radiactivos, generando preocupaciones sobre los procesos en la eliminación de estos desechos.
Estos dos tipos de energía forman ahora parte del grupo de tecnologías de transición, por no poder ser reemplazadas aún por otras tecnologías bajas en emisiones y más sostenibles, por lo que en el pleno del Parlamento Europeo se aprobó que sean asumidas como energías que pueden contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Las plantas de energía nuclear y de gas podrán ser agregadas, de ratificarse la ley, al libro de reglas de “taxonomía” de la UE, una medida que permitirá a los empresarios etiquetar y comercializar inversiones como amigables con el planeta.
Con el gas, la Unión Europea tomará en cuenta aquellas propuestas de inversión que se ajusten a la nueva clasificación sostenible que estén destinadas a la generación eléctrica, solo cuando las emisiones sean menores a los 100 gramos de CO₂ por kilovatio hora (Kw/h), así como también proyectos que hayan sido aprobados antes del 2030, siempre y cuando no superen el umbral de emisiones de 270 gramos de CO₂ por Kw/h.
Para la energía nuclear, los nuevos proyectos de construcción de infraestructuras deberán ser aprobados antes del 2045 y antes del 2040 aquellas centrales nucleares ya existentes a las que se le realicen modificaciones y mejoras en sus instalaciones, por lo que se espera que estas inversiones tengan una vida útil hasta principios del siglo XXII aproximadamente.