Por: Luis Carlos Heredia Ordóñez/ Las últimas elecciones presidenciales han dejado una enseñanza enorme en la democracia colombiana, que ahora avizora vientos de cambio, debido al pésimo gobierno del señor Iván Duque.
Un gobierno que se destacó por no escuchar a la ciudadanía, por no entender las necesidades de esa Colombia profunda, en dónde la única presencia del estado radica fundamentalmente en la milicia y en la doctrina militar.
De un gobierno ausente de inteligencia y de sentido social, frente a las oscuras realidades que viven muchas personas en nuestro país.
En dónde más del 46% de los colombianos está con hambre, con altos índices de desempleo, con altas cargas tributarias que no permiten el desarrollo de las empresas y de la inversión extranjera en el país. Sumado a esta realidad brutal la ausencia de instituciones y ministerios eficaces en su gestión.
La sordera del presidente Iván Duque, fue un elemento nefasto que permitió el alzamiento de la sociedad cansada de reformas tributarias abusivas, de la violencia en nuestro país y en especial de la alta corrupción del gobierno y de los partidos políticos que representaban el oficialismo durante estos cuatro años.
Teniendo como consecuencia un estallido social, que en el 2021 demostró que el pueblo colombiano puede despertar y sobre todo, que puede decir con vehemencia que se ha cansado de gobiernos que instrumentalizan al pueblo por un tamal, un planto de lentejas o por un contrato.
en el ambiente de una sociedad cansada, de una sociedad de los sueños rotos y frustrada.
Surgieron alternativas políticas como Rodolfo Hernández y la Liga, qué con un discurso contra la corrupción, en contra del excesivo gasto público que se establece en los ministerios y la presidencia de la república.
Surgió como una alternativa y como una fuerza política que le hablan a la ciudadanía con un lenguaje claro, con un mensaje de restauración moral y política sana.
Por otro lado, surgen también liderazgos progresistas como el de Gustavo Petro, que han sido también una alternativa para muchos ciudadanos que no han sido escuchados, que son discriminados frente a las necesidades y a las solicitudes que hacen ante los funcionarios públicos,
Estos dos candidatos, el de la Liga de Gobernantes Anticorrupción y el del Pacto Histórico, demostraron que Colombia está cansada de los oligopolios, de la politiquería.
Estas elecciones han demostrado el cansancio de una sociedad colombiana que se ha sentido utilizada por un voto y desechada, como un producto sin valores y sin criterio.
Por eso estimado lector, estas elecciones dejan una lección enorme sobre la fuerza y el poder del pueblo sobre una clase política qué ha demostrado a lo largo de los años que no responde a la realidad y que no responden a las necesidades y al fortalecimiento de un país en su desarrollo.
Estas elecciones han demostrado el fracaso de gobiernos y partidos políticos que no se han esmerado realmente en generar riqueza y oportunidades reales para el desarrollo de la nación colombiana desde lo económico, lo político, desde la participación y empoderamiento de la sociedad en su democracia.
Es el momento de generar un discurso unitario, un discurso que nos una como nación, y que promueva como decía Pizarro «todos entre todos cambiaremos la historia de Colombia, palabra que si».
Con esto, tenemos que invitar a toda la ciudadanía, a que se empodere en su labor política permanente, a ser vigilantes y veedores de la inversión pública.
Es fundamental entender que los funcionarios públicos son para que le funcionan al público y están a nuestro servicio.
Solamente, queda unirnos como colombianos para la construcción de un país próspero, que mediante la equidad y el uso adecuado de sus recursos se logre el fortalecimiento de una democracia de hecho, pueda llegar a construirse un país con libertad y orden.
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*Tecnólogo ambiental, ingeniero ambiental.
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