Por: Holger Díaz Hernández/“Es durante la noche, cuando resulta hermoso creer en la luz”: Platón.
El pasado 29 de mayo el país votó por el cambio, como muestra inobjetable del rechazo al establecimiento, cansados de la corrupción y de las prácticas torticeras de las últimas décadas, catorce millones y medio de votantes le dijeron no a veinte años de Uribismo en cuerpo propio o ajeno y junto a esto se consolidó la derrota más estruendosa de nuestra historia a los partidos políticos tradicionales; que sumados escasamente llegaron al 20% de los sufragios en cabeza de Federico Gutiérrez, un buen candidato en un momento incorrecto.
Fue un voto de protesta y de rebeldía, en contra de más de lo mismo, la gente votó más por erradicar estos vicios que incluso por los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta.
La ilusión del pacto histórico de consolidar el triunfo en primera no se dio y en cambio la sorpresa fue Rodolfo Hernández el “candidato outsider” que, sin estructura de campaña, sin sedes, gerentes, ni partidos, aventajó casi por un millón de votos a Fico, con lo cual dinamitó lo esperado por los encuestadores que lo colocaban en un tercer lugar y muy lejos de este.
Rodolfo era hasta hace unos pocos meses un desconocido para los colombianos, un candidato casi octogenario, que invirtiendo mucho menos recursos en la campaña que los demás y convertido en el fenómeno de la red social Tik Tok, fue el palo de esa elección.
En estas últimas semanas la guerra mediática, los escándalos propios o ajenos y el ambiente de incertidumbre tienen crispado de nervios al país, Hernández decidió no asistir a ningún debate y el episodio de los ‘Petrovideos’ se ha convertido en la comidilla de la nación, fenómeno que ha acrecentado las dudas de la gente sobre quién sería el candidato idóneo para gobernar el país y al mismo tiempo ha permitido el crecimiento del voto en blanco, que según los pronósticos estaría cercano al 5%.
Las encuestas definen un empate técnico, los astrólogos no se ponen de acuerdo en cuál sería el ganador y los tracking que se han realizado en los últimos días muestran una diferencia mínima en la intención de voto por los dos candidatos; como antecedente histórico el país recuerda la cerrada contienda entre Misael Pastrana y el general Rojas Pinilla en 1970, donde el favorito era Rojas y a la postre terminó ganando Pastrana, resultado que llevó a la creación del M-19, grupo de donde emergió Gustavo Petro unos años después.
Adicionalmente hay grandes interrogantes sobre la no imparcialidad de la Registraduría y las dudas con respecto al software de preconteo y a su vulnerabilidad, han llevado a que desde la campaña del Pacto Histórico se anuncie la posibilidad de desconocer un resultado adverso.
El gobierno de Iván Duque y la Defensoría del Pueblo advierten de la existencia de correos y mensajes de WhatsApp que han sido interceptados por la inteligencia militar, donde grupos infiltrados por el ELN y financiados por el Clan del Golfo tendrían la intención de generar caos y ataques violentos a las sedes de la Registraduría, a la infraestructura del transporte y a la fuerza pública, creando un ambiente electoral caldeado y de incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir una vez conocidos los resultados.
Lo único cierto es que Rodolfo barre en Santander, su tierra, donde se ha despertado una oleada de respaldo, que desafortunadamente no tuvieron en su momento Horacio Serpa y Luis Carlos Galán, pero que mejor para este departamento tener por fin un presidente que lo saque del atraso vial que le ha tocado padecer durante décadas. Solo con eso pasaría a la historia.
“No te agobies por el mañana, porque el mañana trae su propio agobio”: Evangelio de Mateo 6:24