La policía de Londres dio por finalizada la investigación que tenía en curso sobre las fiestas celebradas en oficinas de gobierno durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19. El saldo de la averiguación fue de 126 multas para un escándalo que tomó resonancia nacional y debilitó fuertemente la figura del primer ministro.
Las autoridades policiales calificaron su pesquisa como «imparcial» y detallaron que debieron analizar 510 fotografías y 345 documentos, lo que desembocó en 126 sanciones fijas para 83 personas. De estas, 35 fueron hombres (53 multas en total) y 48 mujeres (73).
Además describieron que estas averiguaciones se efectuaron por acontecimientos llevados a cabo en Downing Street y la Oficina del Gabinete entre mayo de 2020 y abril de 202, violando las normas contra el Covid-19 impuestas por el propio gobierno, incluyendo reuniones en el jardín, un concurso de Navidad en línea y fiestas de despedida para el personal.
«Nuestra investigación fue exhaustiva e imparcial y se completó lo más rápido que pudimos, dada la cantidad de información que debía revisarse», destacó Helen Ball, comisionada adjunta interina de la Policía de Londres. También subrayó «la importancia de garantizar» que contaran con «pruebas sólidas» de cada ocasión y referencia.
Por su parte, el portavoz de Boris Johnson confirmó que el primer ministro británico no había recibido ninguna multa más en esta última instancia de la pesquisa. «Está complacido de que la investigación haya concluido y quisiera agradecer a la policía por su trabajo», manifestó el vocero.
Johnson y Rishi Sunak -ministro de Finanzas- fueron apercibidos por única vez en abril pasado por la reunión en la oficina del primer ministro cuando celebraron su 56° cumpleaños en junio de 2020.
Carrie, la esposa de Johnson, solamente fue sancionada por la celebración de la fiesta de cumpleaños de su esposo y tampoco fue castigada nuevamente en esta oportunidad.
Un escándalo que golpeó la imagen de Boris Johnson
Cuando estalló el escándalo, el líder ‘tory’ había manifestado que no sucedieron fiestas ilegales y que habían respetado las normativas de aislamiento que corrían en ese momento, pero paulatinamente viró el discurso y ofreció «humildes» disculpas en reiteradas ocasiones.
No obstante, descartó las demandas frecuentes de renuncia que emitieron sus opositores, sobre todo por parte del líder del Partido Laborista, Keir Starmer. «Después de una investigación que muestra más de 120 infracciones de la ley en Downing Street, por supuesto que debería renunciar», enfatizó.
Paradójicamente, Starmer también está bajo la lupa policial por sospechas de haber violado las mismas legislaciones. Imágenes que remiten a abril de 2021 lo encuentran bebiendo cerveza con amigos en el interior de un sitio del noroeste inglés. Afirmó que, si es multado, dimitirá de su cargo.
Todas estas fiestas y eventos se dieron en un contexto de confinamiento hermético que llevó al cierre a una gran cantidad de negocios como restaurantes, pubs y locales comerciales; y mientras las reuniones de amigos y familiares estaban vetadas, incluso para funerales.
No obstante, la culminación de las averiguaciones policiales no es el capítulo final del ‘partygate’. Aún resta el informe interno de la funcionaria superior Sue Gray, que podría traer coletazos más dañinos para Boris Johnson.
La versión definitiva del documento, según expresaron desde la Oficina del Gabinete, se produciría en algunas pocas semanas. Aunque en las conclusiones provisionales de enero, el reporte afirmó que estos acontecimientos se habían dado por «fallas graves de liderazgo».