Este lunes 9 de mayo renunció el primer ministro de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, luego de que se generaran enfrentamientos entre sus seguidores contra los manifestantes opositores al Gobierno, los cuales dejan cinco muertos y, de mínima, 139 heridos, según notificaron las autoridades.
El funcionario de 76 años y hermano mayor del presidente, Gotabaya Rajapaksa, dejó su cargo a disposición a través de una carta donde explicó este movimiento para liberar el camino hacia un “nuevo gobierno de unidad”.
“Mahinda Rajapaksa envió su carta de renuncia al presidente, Gotabaya Rajapaksa, hace poco”, anunció el portavoz del primer ministro, Rohan Welivita, en un comunicado.
La dimisión sucedió luego de que el propio Mahinda prometiera “proteger los intereses de la nación” a 3.000 personas que estaban fuera de su residencia. Estos seguidores, posteriormente, atacaron las tiendas de campaña de los manifestantes que pedían la salida del premier, donde quemaron pancartas y carteles.
Los simpatizantes del partido gobernante padecieron los gases lacrimógenos y cañones de agua por parte de la policía antidisturbios.
El presidente Gotabaya condenó “enérgicamente” a través de su cuenta de Twitter esta secuencia “perpetrada por quienes incitan y participan, independientemente de sus filiaciones políticas”. “La violencia no resolverá los problemas actuales”, agregó.
La embajadora de Estados Unidos en Sri Lanka, Julie Chung, también repudió estos hechos vía Twitter. “Condenamos la violencia perpetrada hoy contra manifestantes pacíficos y pedimos al Gobierno que lleve a cabo una investigación exhaustiva, incluido el arresto y el enjuiciamiento de cualquier persona que incite a la violencia”, expresó.
Un hartazgo social profundizado por la crisis económica
La situación de la población esrilanquesa es delicada debido a la profunda escasez de alimento, combustible, aceite para cocinar y medicinas, un contexto sin precedentes en la isla, la cual se vio perjudicada por los golpes de la pandemia que privó a la nación de los ingresos turísticos.
Sin las divisas necesarias para importar los elementos requeridos, también se generó un corte de electricidad que se extendió por 13 horas.
En este marco, los ciudadanos se trasladaron a las calles durante varias semanas para pedir la renuncia de los hermanos Rajapaksa, a quienes culpan de acelerar la crisis de Sri Lanka con malas decisiones.
El lunes, tras los serios incidentes en Colombo y otros puntos del país, el Gobierno decretó un toque de queda inmediatamente y de manera indefinida con el objetivo de que el estallido social no se propague por el resto del territorio.
En una reunión del pasado viernes, el presidente ya había sopesado la posibilidad de remover del cargo a su hermano para descomprimir la situación. Ese mismo día se había dictaminado el estado de emergencia para aminorar las protestas, algo que no sucedió.