Por: Holger Díaz Hernández/ “Las elecciones a veces, son la venganza de los ciudadanos”: David Lloyd George.
A un mes de la primera vuelta la campaña por la presidencia de Colombia está que arde, pasadas las consultas de marzo el resultado de las mismas ha polarizado aún más al país, en esta recta final aún es incierto lo que pueda pasar y sumado a esto grandes dudas recaen sobre la imparcialidad de la Registraduría en los próximos comicios.
Desde el inicio de la contienda, Gustavo Petro del Pacto Histórico se ha posicionado como el candidato que más afectos produce, su campaña recorriendo las regiones, incluso las más olvidadas, vigorizaron su imagen y lo han posicionado como el más cercano a la gente y el más identificado con las necesidades de los más pobres; que son la mayoría.
Con un discurso popular y el histrionismo de sus palabras ha cabalgado en las encuestas, juegan a su favor además los muy buenos resultados de su partido en las elecciones del 13 de marzo, donde lograron elegir el 20% del congreso y con las fuerzas alternativas que lo acompañan aseguran casi el 40% del mismo, en la consulta presidencial logró 4.5 millones de votos propios y seis millones su coalición, duplicando al segundo, en un ejercicio realmente exitoso.
Pero estas cifras fueron inferiores a las expectativas, ya que la meta era lograr seis millones de votos en cabeza propia y consolidar una fuerza parlamentaria que se sumaba a la del partido liberal, -con cuyo presidente había definido un preacuerdo-, para tener las mayorías del congreso, que le permitirían no solo para ganar en la primera vuelta sino también asegurar la gobernabilidad y tomar las riendas del país sin nubarrones en el camino.
Nada de esto ocurrió y la designación de Francia Márquez como su vicepresidenta modificó el tablero de ajedrez y Cesar Gaviria decidió romper los diálogos y la posibilidad de llegar a consensos.
En la otra orilla, Federico Gutiérrez candidato del Equipo por Colombia logró 2.1 millones de votos y su coalición cuatro millones y el tercero en disputa Sergio Fajardo de la coalición Esperanza menos de un millón de votos, lo cual lo deja sin posibilidades de triunfo.
Una vez pasada esta etapa de la elección, el crecimiento de Gustavo Petro ha continuado a pesar de los escándalos de personas de su entorno político, demostrando que tiene un efecto teflón muy grande.
Al mismo tiempo Fico, ha sabido aprovechar el apoyo frontal de los partidos políticos tradicionales como el de la U, el Conservador, Cambio radical, Centro Democrático y en una jugada estratégica recibir al tan coqueteado partido Liberal, lo que le permitido una bocanada de aire fresco que se refleja en sus guarismos, pasando en las encuestas de un 8.7% en el mes de febrero, a lograr en abril 26.7% en la de Invamer-Gallup y un 30.6% en la de Guarumo, pero le falta mucho para tener una opción cierta de triunfo, para esto requiere generar golpes de opinión que lo alejen de la imagen de ser el candidato del establecimiento y lo acerquen más a la gente.
No se puede descartar todavía a Rodolfo Hernández quien, a pesar de los errores cometidos en la estrategia electoral, como el no participar en la consulta, lo cual lo excluyó del centro de la atención en la última fase la campaña, sumado a su desaparición de las redes sociales por su viaje a visitar al Papa y del cambio de sus asesores de imagen que lo habían acompañado durante 20 años, mantiene aún las posibilidades, así este rezagado.
Su crecimiento en las encuestas ha sido más lento, pero hoy tiene la posibilidad de unir sus fuerzas a candidatos como Fajardo o Ingrid Betancourt y con su discurso frentero contra la corrupción y las maquinarias no solo puede generar sorpresas y soñar con un paso a segunda vuelta, sino que será el más apetecido por todos los sectores en caso que eso no ocurra.
Nada está escrito, el primer lugar lo tiene Gustavo Petro quien hasta ahora ha sido el más inteligente en cautivar principalmente a los votantes jóvenes, en que es la mejor opción, la esperanza y el cambio que requiere el país, en la franja donde suscita temores es en los mayores de 50 años y entre los empresarios, por su discurso a veces radical e incendiario, tarea en la cual poco lo ayudan algunos de sus áulicos más cercanos.
Detrás a corta distancia lo sigue Fico Gutiérrez quien está en mora de afinar su discurso, demostrar que tiene el conocimiento de las problemáticas que agobian al país y convencer sobretodo a los más jóvenes en que es opción de cambio en la lucha contra la corrupción y la politiquería, escenario donde genera suspicacias por la presencia de algunos personajes que lo acompañan.
Y nos queda Rodolfo, quien a pesar de estar en el lote trasero no podemos darlo por descartado, acordémonos que en su candidatura para la alcaldía de Bucaramanga era último en las encuestas y ganó la elección en contra de todos los pronósticos. Lo único cierto en esta elección, es que habrá segunda vuelta.
“Las personas que emiten los votos no deciden nada, los que cuentan los votos lo deciden todo”: Iósif Stalin.
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*Médico cirujano y Magister en Administración.