«No, no, no a Le Pen o a Macron», se escuchó este jueves a las puertas de la famosa Universidad de la Soborna en París, la capital de Francia, en donde cientos de estudiantes mostraban su hartazgo frente a la política actual en el país. Una muestra del hartazgo de parte de la juventud francesa con un sistema político que, de nuevo, les obliga a decidir entre lo que para muchos es «el mal menor».
“Estamos cansados de tener que votar siempre al menos malo de los dos, y eso es lo que explica esta revuelta. Ni Macron ni Le Pen”, dijo a Reuters Anais Jacquemars, una estudiante de filosofía de 20 años de la Sorbona, universidad que se encuentra ocupada por algunos estudiantes desde este miércoles.
Los jóvenes, amontonados en una de las universidades más reconocidas de Europa, no son, sin duda, muestra de lo que toda la juventud francesa piensa, pero sí un extracto poblacional de un grupo de edad, el que va de los 18 a los 24 años, y que votó mayoritariamente por el político de izquierdas Jean-Luc Mélenchon. Un 65% consiguió el candidato de izquierda entre los de 25 y 34 años.
El candidato de ‘La Francia Insumisa’ logró un total del 22% de los sufragios en primera vuelta, tan solo un 1,2% menos que la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, quien se enfrentará en segunda vuelta al presidente Emmanuel Macron. Parte de las claves de la segunda vuelta será la dirección del voto que tomen los electores de izquierda.
Mélenchon pide que ningún voto vaya a Marine Le Pen
La misma noche electoral de la primera vuelta, Mélenchon dejó un mensaje claro para su electorado: «¡no hay que darle un solo voto a Marine Le Pen!» Una línea roja para buena parte de la izquierda francesa que ve en la hija del fundador del Frente Nacional, el gran partido de la extrema derecha francesa en los últimos años, al gran mal al que combatir en la política del país.
Para algunos jóvenes franceses, una dicotomía Macron-Le Pen en la que ya no quieren caer luego que en 2017 muchos votantes de izquierdas votaran a Macron para poner freno a la extrema derecha. “Pienso abstenerme, aconsejo a todo el mundo que se abstenga”, dijo también a Reuters Gabriel Vergne, un estudiante de 19 años de la elitista escuela de gobierno Sciences-Po.
“Marine Le Pen suma al proyecto de maltrato social que comparte con Emmanuel Macron un peligroso fermento de exclusión étnica y religiosa”, especifica Jean-Luc Mélenchon en una carta abierta publicada el miércoles 13 de abril. Pese a ello, Mélenchon sigue diciendo que no se den votos a Le Pen, sin pedir el voto concreto por Emmanuel Macron. “No son equivalentes”, asegura el político de izquierda.
En este punto, la abstención puede ser también clave en la elección. Muchos votantes de izquierda sienten que el Gobierno del actual presidente Emmanuel Macron se ha escorado mucho a la derecha y tampoco lo ven como una buena opción.
¿Por qué para muchos podría ser difícil votar a Macron?
Es la pregunta que se hace el investigador y profesor de la Universidad de Lausana, en Suiza, en su perfil de Twitter. Allí analiza varios puntos como la desigualdad. Según el informe de marzo del Instituto de Políticas Públicas de Francia, el 1% más rico aumentó su renta en un 3%, el 5% más pobre solamente un 0,8%.
Macron se ha enfrentado también a las protestas de los chalecos amarillos, uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado su Gobierno. El 29 de septiembre de 2020, la ONG Amnistía Internacional publicó un informe en el que denunciaba la dura represión durante las protestas.
“Sobre la base de leyes vagas» que contemplan delitos como «desacato a funcionarios públicos», «participación en un grupo con miras a cometer actos violentos» y «organización de protestas sin cumplir los requisitos de notificación», se ha detenido a más de 40.000 personas entre 2018 y 2019, denunciaba AI.
Otra de las duras críticas a Macron llega por la aprobación de la denominada “Ley contra el Separatismo” para luchar contra el islamismo radical. Para la oposición de izquierda, esto supuso la compra del discurso de la extrema derecha. Para Marine Le Pen, una ley insuficiente.
De lleno en campaña por la segunda vuelta
En medio de todo este contexto, Marine Le Pen estuvo este jueves en la ciudad de Avignon, al sureste del país, en su primer mitin de campaña de cara al balotaje del 24 de abril. Allí, en donde ganó Mélenchon en la primera vuelta, Le Pen, quien lleva por lema de campaña “una mujer de Estado”, se ha dirigido a los electores indecisos y ha criticado duramente a la élite política del país.
“Estamos saliendo de un período en el que la acción pública no era para el beneficio de todos, sino de unos pocos. La perspectiva de victoria de la oposición les hace perder los estribos”, aseguró ante un público multitudinario. “Te lo digo solemnemente: no quitaré ningún derecho a ningún francés”, afirmó en claro mensaje a quienes dudan sobre sus intenciones.
El programa de Le Pen apuesta también por la subida del salario mínimo y “congelación de los aportes patronales por cinco años” para las empresas que suban los salarios un 10%. “Mis primeras medidas se referirán al poder adquisitivo de la energía y la transición al IVA cero en artículos de primera necesidad. ¡Es urgente!”, aseguró.
Además, Le Pen se ha alejado de una de las figuras que más daño podían hacerle en estas elecciones: el presidente Vladimir Putin. Hasta al menos 2017, su partido Frente Nacional, Agrupación Nacional desde 2018, recibió financiación de Rusia y Le Pen abogaba por un acercamiento a Rusia.
Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, Rusia ha dejado de ser un faro para Le Pen, que incluso ha cambiado de postura frente a la OTAN y la UE. Antes pedía la salida de ambas instituciones, ahora pide una reforma desde dentro.
Macron busca el voto en Le Havre
Entretanto, Emmanuel Macron estuvo en la ciudad de Le Havre en la región de Normandía. Allí criticó “la aberración completa” de su contrincante, quien afirma querer desmantelar aerogeneradores en servicio y paralizar todos los proyectos eólicos, que según Macron aportan el 10% de la electricidad del país.
Esta medida supondría el cierre de la factoría del grupo español Siemens-Gamesa en el puerto de Le Havre, y que se presenta como «el mayor proyecto industrial de la historia de las energías renovables en Francia», con la consecuente pérdida de empleos que conllevaría.
Macron buscaba aquí también el voto del electorado de Mélenchon que consiguió el 30,17 % de los votos, por delante del propio presidente (27,53 %) y de Le Pen (20,67 %). Emmanuel Macron lleva en su programa el impulso a las energías renovables y la construcción de seis nuevas centrales nucleares.
En este acto, Macron estuvo acompañado por el conservador Édouard Philippe, que fue su primer ministro entre mayo de 2017 y el verano de 2020, y que sigue siendo muy apreciado por los franceses en los sondeos de opinión. Durante la jornada también recibió el apoyo del expresidente socialista François Hollande.
Varios sondeos de intención de voto pronosticaron el miércoles que Macron ha aumentado ligeramente su ventaja sobre Le Pen, quien conseguiría entre el 53% y el 55% de los sufragios. Una cifra mucho menor que hace 5 años, cuando el actual presidente ganó en segunda vuelta a su rival de extrema derecha con el 66,1% de los votos.