Por: Claudia Aponte/ Es sabido que, aún se desarrollan los escrutinios en las comisiones escrutadoras conforme el Código Electoral Colombiano lo estipula. En el 97% de avance de este, la coalición Pacto Histórico lleva recuperados 390.000 votos para el Senado de la República por “errores de los Jurados”.
No obstante, con los resultados del pasado domingo 13 de marzo se puede concluir rápidamente que los grandes ganadores representan sumados la oposición al sistema y al gobierno actual, ellos son: el Pacto Histórico y la Centro Esperanza, respectivamente.
Comentar que, dentro de la coalición Centro Esperanza, excepto en el caso de Carlos Amaya, los demás candidatos no superaron las expectativas electorales -pese a que sí ganó Sergio Fajardo que era lo presentado en todas las encuestas-, porque no se leyó en las cifras la “gran cantidad de votos” que se esperaba con las adhesiones que se realizaron, en el caso de Alejandro Gaviria, por ejemplo, y que fue incluso, el candidato que más ofensas recibió de algunos compañeros de coalición.
El resultado para dicha coalición es el equivalente a la incomodidad de varios ciudadanos sobre una coalición en la que había “esperanza” para cosas buenas y que pasó a no ser una verdadera alianza, porque ni siquiera lo que tenían en común logró unirlos realmente y se hicieron reiterativos los atropellos mutuos entre algunos de sus miembros en pro de lograr el éxito individual de la consulta, restándoles seguidores a casi todos y dejando sus expectativas individuales y como grupo truncadas; además porque es claro que, Sergio Fajardo con su tibieza no va a ser Presidente de Colombia y con ello, quedará cerrado su ciclo en la política.
También perdió el partido Nuevo Liberalismo, al excluir a varios dirigentes de sus toldas, con rencillas internas y de manera inmediata, en el momento de retornársele su personería jurídica por parte del Consejo Nacional Electoral – CNE, y con ello no alcanzar el umbral para llegar a tener Senadores en el Congreso de la República que se posesionará el próximo 20 de julio.
Entre lo más destacado mencionar que, ganaron las listas del Pacto Histórico a Cámara y Senado y también las firmas encuestadoras Guarumo e Invamer que coincidieron en predecir, no sólo los ganadores de las tres consultas interpartidistas sino también que la más votada sería el Pacto Histórico. Entre estas dos encuestadoras, estuvo más cerca de la realidad del pasado 13 de marzo la firma Invamer.
Perdió la Registraduría Nacional del Estado Civil (RNEC), a quién le quedó grande la capacitación y los medios para difundir debidamente, las funciones y los procedimientos a la gran cantidad de “nuevos” Jurados de votación, en particular por inconsistencias entre las cifras totales del Registro de Votantes, en el cual se firma y se coloca la huella (Formulario E-11) frente al Resultado de Escrutinio, en el cual se diligencian los resultados de los votos de las urnas (Formulario E14), lo cual conlleva a que crezca la desconfianza en dicha entidad estatal, la duda frente al ejercicio de la democracia y se considere un “posible fraude electoral”[1].
Perdió el partido Centro Democrático -partido de gobierno-, no sólo porque disminuye en número de curules al Congreso, pasando de 19 a 14, sino también porque su candidato presidencial elegido internamente se adhirió a la campaña presidencial del candidato ganador en la coalición Equipo Colombia.
Perdió la democracia, según datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil – (RNEC)[2]:
Nuevamente la abstención supera el 50% en las elecciones al Congreso de la República, con aproximadamente 53% y con 18.034.781 votantes por las listas. Hace cuatro años fue del 51.18% con 14.474.450 de votos por las listas.
Mejoraron las cifras en votos no marcados pasando del 4,89% en 2018 al 2,97% en 2022 (menos 350.395 votos no marcados, que terminaron en 521.049 votos no marcados en 2022).
Mejoraron las cifras en votos nulos pasando del 6.38% en 2018 al 4,16% en 2022 (menos 406.302 votos nulos, que terminaron en 730.831 votos nulos en 2022).
Crecieron los votos en blanco pasando del 4,68% en 2018 al 6,49% en 2022 (más 221.225 votos en blanco, que terminaron en 1.056.670 votos en blanco en 2022).
Se observa que más de 2 millones de votos siguen siendo de ciudadanos que o no creen en el ejercicio democrático o en la política o en los políticos o en las propuestas de los políticos o no conocen dichas propuestas, o están decepcionados del camino que lleva el país sin querer ser parte de la solución o buscan el certificado electoral para los beneficios de ley, entre otras posibles causas.
Es un potencial muy importante, correspondiente al 13.62% de los electores que, pueden ser también un importante grupo de ciudadanos indecisos en varios de los casos, al igual que muchos de los abstencionistas.
Posdata: Es claro que para la contienda electoral presidencial del próximo 29 de mayo se hacen fundamentales las fórmulas vicepresidenciales y adhesiones, así como, el trabajo de los equipos de campaña y ante el escenario de “un posible fraude” presentado el pasado 13 de marzo, debe generarse una estructuración del Día E muy consistente con el cuidado de sus votos antes, durante y después del mismo en todo el territorio nacional y también en los consulados existentes en el exterior.
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*Ingeniera de Sistemas de la UIS, Especialista en Gerencia Pública de la UIS y Magíster (c) Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Externado de Colombia y en curso Doctorado en Políticas Públicas.
Twitter: @CLAUDIAAPONTE1
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Facebook: Claudia Aponte
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
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[1] “(…) el fraude adopta una amplia variedad de formas, desde las violaciones de procedimiento a la ley electoral (con o sin la intención de alterar los resultados) hasta el abierto uso de la violencia para intimidar a los votantes y observadores electorales (…)” Tomado de Scielo.
[2] Datos calculados a partir de la Registraduría, los datos de 2022 están considerados sobre la publicación del Boletín 69 de marzo 14, con el 99,41% de mesas informadas.