Por: Carlos A. Gómez/ Ya hicimos lo que nos tocaba, un deber de los colombianos, ¡votar!
El panorama político de las últimas votaciones son el reflejo de lo cansada que está la gente de los representantes elegidos.
Muchos que se “quemaron” y que fueron protagonistas durante el actual periodo se sorprendieron de no quedar reelegidos. Un simple “seguiremos trabajando por Colombia” es un consuelo de autoestima para ellos.
No sorprende lo que le pasó al Centro Democrático. La gente ya dejó de creer que a punta de miedo se puede seguir gobernando. Algunos que pagaron vallas publicitarias donde el nombre de Petro salía más grande que el de ellos les pasó factura; se quemaron. Petro les manda a decir que gracias por esa publicidad a su nombre. “Los quiero mucho”, dice Gustavo.
¿Cómo se sentirá Oscar Iván Zuluaga?, sigue siendo literalmente un “títere”, da pena ajena. ¿No tiene dignidad? Es absurdo que al día siguiente de las elecciones al senado presente su renuncia a su aspiración presidencial para apoyar a Fico. Con ese gesto de caballero, deja claro que el Centro Democrático no tiene liderazgo y no tiene a nadie para salir electo. María Fernanda Cabal tiene una espina en su corazón; con los votos que sacó para el senado siente que tenía razón en ser ella a la que tuvieron que elegir como precandidata presidencial por ese partido. Mafe dijo que Fico sería “Duque, pero en versión 2.0”, o sea, el doble de malo que ahora, solo que con acento paisa.
No le queda más a Petro que comenzar a realizar un trabajo arduo de política tradicional. Ofrecer y partir la torta para buscar aliados y ganar la presidencia en la primera vuelta. Sin embargo, Petro, quien no se deja aconsejar, cada semana sale con una frase convertida en propuesta que lo único que genera es más desconfianza en sus electores. Las propuestas que radica al público a vuelo de pájaro son tan poco creíbles que deja sin peso garantizar una elección tranquila. Sus contendientes aprovechan esas “locas” ideas para ganar puntos.
No le queda más a Fico que comenzar a realizar un trabajo arduo de política tradicional, ofrecer y partir la torta para buscar aliados y ganar la presidencia en la primera vuelta. Sin embargo, Fico tiene algo particular y no es precisamente su peinado ni acento paisa escueto (¿cierto, Mor?). Tiene la sombra de un árbol que se la quiere brindar pero que puede generar un efecto contrario. El Centro Democrático lo puede dejar con un puesto en el senado, pero no con el puesto en la casa de Nariño.
Realmente la gente ya está cansada de 21 años de gobierno con la influencia directa o indirecta de Álvaro Uribe Vélez. Critican a Petro porque según ellos dicen que él se quiere quedar en el poder (nunca ha sido presidente), pero desconocen que Uribe lleva 21 años gobernando el país.
Dicen que Petro se quiere tomar el poder con el control total, pero no se dan cuenta de que, por ejemplo, en este gobierno, todos los entes de control no son independientes. Dicen que Petro quiere llevar a Colombia a ser como Venezuela, pero no se dan cuenta de que hace rato estamos en quiebra económica, los pobres son más pobres, los ricos son más ricos, las brechas de desigualdad son gigantes y este país no tiene claro un punto a dónde llegar.
Si no hay un cambio para el próximo gobierno, tendremos nuevamente a Uribe gobernando en cuerpo ajeno.
Nota: Quiero dar las gracias a Corrillos y a Juvenal Bolívar, su director, por esta maravillosa oportunidad de abrirme este espacio para escribir. Corrillos es un medio que nunca vetó mis opiniones y respetó siempre mi punto de vista. Tuve la oportunidad de escribir sobre asuntos sociales, económicos, políticos y ambientales. Esta es mi última columna con Corrillos. Gracias a quienes me leyeron, escribí siempre pensando en ustedes. Hasta una próxima oportunidad.
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*Ingeniero Industrial y Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad
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