Por: Fray Andrés Julián Herrera Porras, O.P./ Hace un par de días tuve un accidente y me inmovilizaron la mano derecha y por eso escribo esta columna con la siniestra, o mejor, corrijo con esa mano lo que le dicté a mi celular. Es interesante reflexionar este asunto de la derecha y de la izquierda, ya que en realidad tenemos un lado dominante y ese lado es muy difícil de suplir cuando se ve la necesidad ante cualquier adversidad.
Al igual que pasa con el ser humano, hemos dividido al mundo geopolítico en dos grandes hemisferios, Oriente y Occidente; así también hemos polarizado la política en general entre izquierda y derecha. Las elecciones en los países supuestamente democráticos por siglos se han rifado entre unos y otros. Sin embargo, hoy vemos cómo, un país que podría representar de alguna manera la “izquierda”, Rusia, actúa igual que los países de derecha; es decir, de forma colonizadora, atacando a los débiles, violando la soberanía de otros países, haciendo sufrir a miles de personas.
Es triste observar cómo el control multilateral generado en la política internacional no sirve de nada cuando el agresor es uno de los países “desarrollados”, cuando hace parte del Consejo de Seguridad de la ONU, cuando tiene armamento nuclear. Haga lo mismo algún país más pequeño como el nuestro y verá cómo la policía del mundo entrará a intervenir. En el mundo la justicia también parece ser para los de ruana.
En Colombia, se aproximan las elecciones de congreso y presidencia y parece ser que también nos debatimos entre derecha e izquierda. A pesar de ello, las funciones son las mismas, yo, sin mi mano derecha, tengo que valerme de la izquierda para hacer lo que haría con la derecha, un gobierno de derecha o izquierda tendrá los mismos retos que sí gobernará su opuesto: un país empobrecido, dividido y desigual que requiere transformaciones de fondo y una reconciliación real.
Así como Putin y Bush se miden con el mismo rasero y son culpables de los mismos vejámenes que trae consigo la guerra; de la misma forma, han sido condenados miembros de todos los partidos en Colombia y se teje la duda constante ante la izquierda y la derecha. Entonces, ¿existe alternativa alguna? ¿Y el centro?, ¿existe el centro? ¿Los países neutrales son cómplices en silencio de la barbarie?, ¿son verdaderamente neutrales?, ¿están a favor de quien va ganando? ¿El centro es neutral?
El único camino posible es la seriedad de los electores. Es tiempo que comprendamos la responsabilidad de ser ciudadanos y haber obtenido la “mayoría de edad”, que se supone debe garantizar la posibilidad de desarrollar la autonomía. En otras palabras, es tiempo de desarrollar la capacidad de gobernarse a sí mismo y elegir a conciencia más allá de las ideas infundidas por aquellos que se apoderan de los medios o de populismos recalcitrantes.
Ojalá este asunto de derecha e izquierda se empiece a superar, pues ni a nivel mundial ni tampoco a nivel nacional nos ha servido para nada, es tiempo de plantearnos un mundo donde todos quepamos. De mi parte, tengo la sospecha que los retos seguirán allí y los debo asumir con la mano derecha o con la izquierda.
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*Abogado. Estudiante de la licenciatura en Filosofía y Letras. Miembro activo del grupo de investigación Raimundo de Peñafort. Afiliado de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino.
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