Por: Roberto Aponte/ Al que madruga Dios le ayuda o al menos le rinde el día, aprovechar las tempranas horas del día es lo recomendable para cualquier viaje y más cuando se busca sacar el máximo provecho de la experiencia. Siempre he sido un amante del clima frío, aunque claro las bajas temperaturas se siente con intensidad en lugares como Berlín y ascendiendo aún más, el frío aumenta al igual que la intensidad de los rayos del sol, pero vale la pena llegar hasta lo alto.
Un océano de nubes se extiende a la lejanía, nuestra vista accede a un amplio horizonte donde vemos parcialmente la imponente geografía de la cordillera oriental. El paisaje es una recompensa por el esfuerzo invertido en la caminata, pero la alta montaña tiene mucho más que ofrecer, las zonas más alejadas y elevadas son lugares maravillosos que se convierte en una base para la vida de quienes viven más abajo.
Los páramos son considerados ecosistemas estratégicos debido a que tienen la función ecológica de proveer el agua. El preciado líquido es capturado desde las nubes por la flora nativa, pero estos seres vivos a pesar de estar adaptados a estas inclementes condiciones son vulnerables ante impactos externos, además de que el frailejón crece un centímetro por año, por lo que es necesario garantizar las condiciones adecuadas para que estas plantas alcancen la edad reproductiva.
El creciente interés por defender las áreas naturales del país y la lucha por la protección del agua, han llevado a tomar medidas para resguardar estos lugares. La más reconocida de estas es la delimitación de los páramos, la cual se basa en el área de referencia representada en los mapas del Instituto de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt sumado a los estudios económicos, ambientales y sociales presentados por el ministerio de medio ambiente. Una vez se ha establecido este espacio, ahora se estipulan varias normas para lograr la preservación del sitio, las cuales regulan las actividades económicas que se realizan allí.
Los seres humanos debemos darles a las criaturas del páramo el reconocimiento que se merecen ya que han cuidado el territorio por miles de años. Durante mucho tiempo la alta montaña ha sido un duro obstáculo para aquellas personas que debían sortear estos fríos caminos, pero algunos cuantos se han establecido en estos lugares y estos habitantes son las primeras personas que deben tenerse en cuenta para establecer cualquier normatividad.
Manteniendo una adecuada convivencia entre el hombre y la naturaleza, los páramos son conservados y siguen cumpliendo su función de otorgarnos el soporte hídrico. Estas zonas me parecen lugares virtuosos que merecen respeto, y por lo mismo opino que no es apropiado realizar turismo en el páramo, curioso que lo diga siendo que hace poco viví la experiencia de visitar aquel lugar, pero el país requiere de muchas regulaciones para los parques naturales y áreas protegidas y no solo por parte del turismo sino en muchos otros aspectos que garanticen que los recursos naturales vayan a ser defendidos.
Lo primero que debe regularse son las condiciones de vida para los habitantes de las zonas protegidas, mientras estos demuestren un cuidado con sus territorios, esas condiciones dignas deben mantenerse, a fin de cuentas, las regulaciones de las actividades económicas limitan el sustento económico, el cual debe complementarse con otras fuentes de ingresos, entre esas el turismo. Sí, he manifestado que no estoy de acuerdo con esa clase de turismo, pero la realidad es que los habitantes de las zonas de paramo son un puente para la sostenibilidad y por lo mismo garantizan que los impactos ambientales sean menores.
La presencia de un guía es una excursión de este tipo, exalta el valor natural, cultural y social que tiene el páramo. De esta forma se demuestra como una intervención humana adecuada puede guiar a otros a conocer este magnífico lugar. No obstante, es necesario trabajar en una cultura que enseñe a la gente el respeto que se merece el páramo.
Por ahora esta es una experiencia de mucha altura, cada segundo vivido en este lugar es maravilloso, al menos desde mi punto de vista como visitante, pero sigo recalcando en el respeto que debemos tener hacia el páramo de Santurbán. Cada minuto invertido en este lugar demuestra que es un sitio con muchas historias para contar.
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*Ingeniero Ambiental y escritor
Twitter: @robustories