Este miércoles 19 de enero, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, pisó suelo ucraniano con la misión de reducir las tensiones que permanecen entre Moscú y Kiev, donde la frontera compartida está ocupada por miles de tropas rusas y se teme que puedan entrar en acción en cualquier momento, según ha alertado Occidente.
El país de Europa del Este es la primera parada que el diplomático norteamericano hará en los próximos días. Allí se reunirá con el presidente Volodímir Zelenski y su homólogo Dmitro Kuleba, mostrando el apoyo estadounidense ante los conflictos que involucran a Ucrania.
En su cuenta de Twitter, Blinken escribió que “comparten el deseo común de un futuro esperanzador y brillante para todos los ucranianos”. Además, añadió que acompañan “firmemente al pueblo ucraniano” y están “comprometidos en apoyar” su soberanía e integridad territorial.
Estados Unidos también está emitiendo asistencia financiera a Ucrania para proporcionar ayuda militar defensiva. Son 200 millones de dólares los que proveen los norteamericanos como parte de los esfuerzos para que Kiev esté protegida ante potenciales agresiones de Moscú. Sin embargo, los funcionarios de la Administración de Joe Biden no se han pronunciado respecto a esta colaboración aprobada a finales de diciembre pasado.
En un discurso realizado en la embajada estadounidense en Kiev, Blinken también instó al Gobierno ruso a resolver este conflicto por la vía pacífica y diplomática, considerando que el acoso de 100.000 militares y armamento pesado en la frontera ucraniana se está realizando “sin razón ni provocaciones”.
A pesar de la predisposición al diálogo que han demostrado los funcionarios rusos, desde Washington no perciben que bajen el tono al altercado con Ucrania. Inclusive, Rusia envió tropas adicionales a Belarús, que también tiene problemas fronterizos con Kiev, aunque la versión oficial indica que la movilización de militares se debe a ejercicios conjuntos ya planificados.
Blinken repudió las estrategias rusas y dijo que “desafía principios muy básicos que sustentan todo el sistema internacional”, como que una nación no puede “simplemente dictar a otra sus elecciones, incluido con quién se asociará”.
En sus intentos por engrosar sus capacidades defensivas en caso de estallar en un enfrentamiento armado, Ucrania le solicitó a Gran Bretaña armamento antitanque. Además, busca nuevos refuerzos en otras naciones occidentales.
La agenda de Blinken para apaciguar el conflicto ruso-ucraniano
Los problemas entre Ucrania y Rusia no han despertado solo el interés de Washington sino también el de los demás Aliados de Europa Occidental. Con este tópico arriba del itinerario, Blinken se trasladará a Berlín, donde será recibido por la ministra de Asuntos Exteriores alemana Annalena Baerbock y desarrollarán un cónclave del Transatlantic Quad, el grupo conformado por Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Alemania.
Por último, viajará a Ginebra donde tendrá una reunión cara a cara con Sergei Lavrov, el ministro de Relaciones Exteriores ruso. Los contactos Blinken – Lavrov se realizaron la semana pasada de manera remota, pero las negociaciones no lograron avances y ambos coincidieron en la conveniencia de encontrarse personalmente.
Dentro de las demandas de Rusia aparece la solicitud que brinde garantías de que la OTAN no incluirá a Ucrania ni a ningún otro país exsoviético dentro del grupo de sus aliados ni desplegará fuerzas militares, solicitud que Washington rechaza.