El 22 de junio una labor de mantenimiento en la pirámide emblemática del Mercado Campesino de Acuarela, en La Mesa de Los Santos, al suroriente del área metropolitana de Bucaramanga, se convirtió en tragedia cuando se desplomó la placa del mirador de cinco metros, con cuatro albañiles que recibieron un completo baño de concreto, y uno de ellos quedó atrapado entre hierros por más de media hora.
Los organismos de socorro respondieron oportunamente, mientras la noticia dio la vuelta al país, con impresionantes fotografías. Por fortuna los trabajadores superaron rápidamente las lesiones y están laborando normalmente.
Al reconstruir la obra los ingenieros tomaron la decisión de reforzar las paredes de tapia pisada y la placa del mirador con estructura de hierro y concreto. Aunque no existen precedentes conocidos de trabajos hechos con tierra y cemento, porque son dos materiales incompatibles que no se adhieren el uno al otro.
Entonces, se decidió que las seis columnas que sostienen la placa fueran incrustadas dentro de las paredes de tierra, pero trabajando independientemente y, de igual manera, se abrieron zanjas en el centro de las paredes y en ellas se encarnaron vigas de hierro y concreto amarradas unas con otras de manera envolvente.
Como la cara superior de las tapias de tierra son vulnerables al agua lluvia, se cubrieron con tapas de hormigón adheridas a las vigas envolventes.
De esa forma acaba de aparecer una técnica nueva, que respeta la antiquísima tradición de los muros en tierra y el moderno reforzamiento estructural sismorresistente en concreto.
Esta pirámide es diferente de las clásicas que vemos en Perú, México o Egipto. Las clásicas son macizas y la del Mercado Campesino se inspira en ellas, entrecruzando cuatro paredes de 80 centímetros de grueso, por 12 metros de altura con pendientes del 45 por ciento.
Si antes era una curiosidad, a partir de ahora, la pirámide también será muestra de la búsqueda para encontrar soluciones avanzadas a la construcción natural, una obra de 600 toneladas de peso, que además de hito arquitectónico, es a la vez el primer monumento de esa naturaleza conocido en el país.