Como investigador social, Gustavo Herrera Acelas, ha desempeñado diversos roles que le han permitido mostrar sus puntos de vista y exponer la realidad del país. Desde cargos como Presidente de la Asociación Municipal de Juntas de Acción Comunal de Bucaramanga, Presidente de la Federación de Juntas de Acción Comunal del Departamento y una curul en el Concejo de la ciudad, ha realizado diversas labores sociales para ayudar a la comunidad.
Estos cargos le han brindado la posibilidad de conocer los 87 municipios de Santander, las 17 comunas de Bucaramanga y sus 3 corregimientos. Para él, uno de sus grandes sueños era ser Presidente de la Junta de Acción Comunal de la comuna 4, cargo para el que se postuló y en su momento obtuvo la mayor votación de la historia hace 20 años.
“Sabía que si quería hacer un trabajo social tenía que vincularme a lo público. Quería hacer mucha labor social en este sector y tenía claro que debía postular mi nombre para poder realmente ser importante dentro de este ambiente, y de esta forma poder llevar recursos para mi comunidad. Obtuve el respaldo de la gente de una forma masiva”, afirma.
Algo que muchos no saben es que antes de participar en política, estudió electrónica en las Unidades Tecnológicas de Santander, UTS. Carrera que le permitió dedicarse a elaborar y reparar taxímetros electrónicos y computarizados. También, durante su juventud fue soldado profesional, por esta razón es un gran conocedor del conflicto armado en Colombia.
“Pude entender el conflicto interno armado que hay en Colombia porque lo viví en carne propia. Posteriormente, mi inquietud fue ingresar al mundo de lo social, creé una fundación de tercera edad, de la cual hacían parte 500 abuelitos de la comuna occidental de Bucaramanga. Se llamó Fundación Sonreír, a la cual me dediqué casi 12 años, a mirar cómo le daba el nivel de vida a estos adultos mayores, y simultáneamente me picó el bicho de la política”, destaca.
Su vida en la política
Al ingresar en este mundo, decidió estudiar Derecho en Uniciencia. Asimismo, realizó formación en temas relacionados con administración pública. Es por eso, que a hoy cuenta con más de 15 diplomados impartidos por diversas universidades a nivel nacional.
Al postular su nombre en el Concejo de Bucaramanga, creó un partido llamado Movimiento Comunal y Comunitario de Colombia, el cual obtuvo el respaldo de 11.600 personas en la ciudad. Para él, con este logro demostró que es posible hacer política sin la necesidad de tener recursos económicos. Con este nuevo cargo pudo realizar diferentes proyectos que atendían a las necesidades de la comunidad.
“Hicimos una cantidad de proyectos importantes, como la elaboración de productos masivos para que los líderes tuvieran la oportunidad de tener ingresos, diplomados con la UIS, planes de desarrollo local por comunas y corregimientos. En el departamento capacitamos a las Juntas de Acción Comunal, tuvieron la oportunidad de ingresar por primera vez a la universidad, completamente gratis. Alcanzamos a tener 5 mil estudiantes en todas las provincias, subsidiados por la Gobernación, la Escuela Superior de Administración Pública y la Alcaldía de Bucaramanga. En fin, fue una labor titánica y pude comprender más a fondo la vivencia de los líderes sociales en Santander”, resalta.
Ser artista, otra de sus grandes pasiones
Además de haberse dedicado a la política, también fue empresario con una agencia de viajes. Sin embargo, otra de sus pasiones es el arte. Comenta que desde niño se ha interesado por el canto, la pintura y la escritura. Es por eso que al día de hoy ha escrito tres libros: Las bodas de oro y los 50 años de la Acción Comunal en Colombia, Los mecanismos de participación ciudadana y política en la Constitución del 91 y Las 187 formas de tratar con gente difícil en la política.
Para este escritor lo más importante es reinventarse y fusionar la experiencia con la innovación actual. Esta ha sido una clave fundamental a la hora de escribir.
Se siente muy afortunado porque desde pequeño estuvo rodeado de libros. Precisamente su primer libro lo leyó cuando tenía 8 años y desde entonces nunca ha parado de leer. Para él, si se desea escribir primero se debe ser un buen lector.
“Yo creo que mi educación marcó esto desde niño. Tenía una biblioteca en mi casa, gracias a Dios con una variedad de libros. Tuve la oportunidad de leer grandes escritores como a Gabo, me acuerdo que compré la Gaboteca cuando tenía como 16 años y la gran mayoría de libros de Gabo en ese momento me los leí. Marcaron mucho mi vida porque Macondo es realmente una Colombia, uno puede mirar cómo a través de las aventuras de Gabo, puede vivir uno realmente su entorno”, expresa.
Su labor como columnista
Al dedicarse a esta profesión, resalta que lo más importante es ganarse el respeto del lector. Es por eso que, una de las formas en las que se ha dado a conocer es por medio de las redes sociales. Para él, esta es una herramienta fundamental para que las personas conozcan sus escritos.
Al ser textos de opinión, destaca la importancia de concientizar al lector sobre el respeto que se debe tener con los puntos de vista de cada persona. Por esta razón el escritor debe ser responsable con cada tema tratado y mantener la objetividad.
“Yo inclusive tuve seguridad, tenía que estar escoltado, fue un momento muy difícil de mi vida. La recomendación para los que escribimos columnas es que tenemos que ser muy responsables y no ser subjetivos sino ser objetivos dentro de la escritura. No crear realmente esa polarización y mirar de qué forma se escribe más objetivamente, porque los cementerios están llenos de héroes. Desafortunadamente en un país como el nuestro en donde no respetamos el uso de la palabra, como lo manifesté anteriormente, es muy difícil escribir, pero hay que hacerlo, hay que poner el dedo en la llaga porque hay muchas cosas que la comunidad debe saber y que realmente eso ilustra”, asegura.