Boris Johnson completó dos años como primer ministro. A nivel nacional, es protagonista de múltiples polémicas, pero a nivel internacional ha tenido la suerte de pocos de liderar escenarios multilaterales como el G7 y la COP26.
Desde ahí ha buscado impulsar una agenda más verde y, de paso, devolverle a su país un lugar protagónico en el mundo.
Reino Unido, en la presidencia temporal de la COP26, ha basado su estrategia, que está implementando a nivel local y busca extender a todo el mundo, en cuatro asuntos: reducir el uso del carbón para producir energía, conversión de autos de gasolina a eléctricos, destinar millonarios recursos para apoyar a los países en desarrollo en la lucha contra el cambio climático y sembrar árboles.
Sin duda, la meta de reducir a cero sus emisiones para 2050 requiere transformaciones profundas que deben hacerse inmediatamente. Una primera meta es cortar el 78% de sus emisiones para el 2035.
“Eliminaremos el uso de energía del carbón para 2024 y para 2030 terminaremos con la venta de nuevos vehículos diésel y de gasolina”, aseguró el presidente de la COP26, Alok Sharma.
Escocia y el Reino Unido, liderando la transformación
Al ser la región con los campos petroleros del país que se ha convertido en una importante fuente de ingresos, Escocia ya ha empezado a caminar hacia la transición de los combustibles fósiles a más verdes y amables con el medio ambiente. Ha avanzado, especialmente en la producción de energía eólica marina.
Según la BBC, la producción de energía eólica tiene una capacidad de alrededor de 10 GW, que el Gobierno prometió cuadriplicar para 2030.
También se ha de implementar una legislación que garantice esas transformaciones profundas que deben tener no solo las industrias sino el público en general.
Según la vocera de Johnson para la COP26, Allegra Stratton, Reino Unido ha reducido el uso de carbón para producir energía de un 20% en 2012 a un 1,5% en la actualidad y la meta es cero para el 2024.
Reino Unido ha ofrecido también 2.000 millones de libras esterlinas (unos 2.738 millones de dólares) para que los países en desarrollo acaben con el uso del carbón, considerado el combustible más sucio por su cantidad de emisiones.
El Gobierno afirma que casi el 40% de la generación de energía en el país proviene de energías renovables.
Nuevos sistemas de calefacción en Inglaterra y Gales
Previo a la inauguración de la COP26, el Gobierno lanzó un plan de subsidios para que los hogares en Inglaterra y Gales puedan reemplazar, desde abril de 2022, sus sistemas de calefacción, necesario para el invierno, por unos más ecológicos.
Cada hogar recibirá 5.000 libras, casi 7.000 dólares, y tendrá que poner un excedente.
El anuncio ha generado polémica porque el país tiene aproximadamente 23 millones de estos tanques que deben ser reemplazados, pero ese subsidio solo cubrirá 90.000, en tres años.
Automóviles más ecológicos para 2030
El plan es que para 2030 se dejen de vender automóviles nuevos que requieran gasolina o diésel. “La expectativa y la esperanza es el 2035”, ha reconocido Stratton.
En septiembre, la venta de autos totalmente eléctricos alcanzó niveles récord con 33.000. Esta cifra, resalta ‘The Guardian’, se acerca a las ventas de todo el 2019.
Este comportamiento pudo haber sido motivado por la crisis que generó la escasez de gasolina por falta de conductores que la repartieran y a un cambio de conciencia entre los compradores.
Sin embargo, aún no hay una política gubernamental que motive e incentive la compra de este tipo de vehículos.
En el plan del Gobierno también se prevén millonarios recursos para la instalación de puntos de recarga en más vías públicas para los carros eléctricos.
Además de garantizar una transformación verde de la industria del transporte, incluido el aéreo.
Proyectos con el hidrógeno y captura de carbono
Para lograr esa transición exitosa y necesaria entre combustibles fósiles a renovables, el Gobierno ha anunciado la creación de un fondo para incentivar y desarrollar la economía del hidrógeno.
Por ello, financiará siete proyectos piloto de transporte de hidrógeno y destinará 19,5 millones de libras esterlinas (unos 26,7 millones de dólares) para desarrollar la tecnología para la captura del dióxido de carbono antes de que llegue o ya esté en la atmósfera y almacenarla en el subsuelo.
“Queremos ser el Catar del hidrógeno”, ha dicho Boris Johnson.
“El hidrógeno ha sido un combustible realmente poderoso porque cuando se quema no deja ninguna emisión”, explica el Director del Energy Transition Institute de la Robert Gordon University, Paul de Leeuw.
Los expertos resaltan que la transición no puede darse de la noche a la mañana y, los países en desarrollo, necesitarán no solo recursos sino tecnología para lograrla.
“La forma de lograr una transición fluida es seguir presionando para que se reduzca el consumo, pero al mismo tiempo incentivar el desarrollo de más energías renovables”, resaltó el profesor de economía del petróleo de la Universidad de Aberdeen, Alexander Kemp.
Pero el director de Aberdeen Climate Action, Erik Dalhuijsen, considera que “Reino Unido está haciendo un gran trabajo con promesas huecas”.
“Todavía está emitiendo nuevas licencias de exploración y desarrollo de producción de petróleo y gas, lo que contradice completamente todas las declaraciones «favorables al clima» del Gobierno. Escocia no tiene voz en estas licencias”.
Presionar a los líderes para lograr acuerdos
En la COP26, veremos a un primer ministro que buscará convencer a más de 120 líderes, que se prevé asistirán a la cumbre, a dar el paso definitivo que cambie el ritmo de la catástrofe climática del planeta.
Ya ha empezado a presionar por vías diplomáticas y por teléfono a diferentes líderes para lograr que el Acuerdo de París se mantenga vivo.
Sin embargo, en la víspera de la inauguración de la COP26, ha confesado su temor de que la cumbre no logre los avances necesarios.