Por: Raúl Eduardo Barba Rueda/ El descubrimiento del petróleo en el Magdalena Medio en los inicios del siglo XX supone un momento histórico para la génesis del Estado-nación colombiano.
Cuando a principios del siglo XX se localizó la primera fuente de petróleo en el lugar de las infantas nadie podría llegar a imaginarse la relevancia de este hecho para la historia del pequeño caserío y de toda la región.
Una total transformación del sentido en el espacio geográfico: «…porque en estas tierras el petróleo hace parte de la sociedad y la cultura, siendo la actividad económica más importante, está en la mitad de los conflictos sociales y político militares y va a ser determinante en el desarrollo regional futuro.» (De Roux Rengifo & Bayona Sarmiento, 2002)
La emergencia de la leonina Concesión de Mares en cabeza de un personaje tan peculiar como Roberto De Mares y la llegada de la Tropical Oíl Company (Troco), convertirían el caserío en el primer centro obrero del país.
La llegada de la Troco, empresa de origen norteamericana y parte del conglomerado de los Rockefeller transforma el territorio a través del posicionamiento de lo que el profesor Luis Humberto Hernández, en su texto “Formación de Regiones de Enclave en Colombia: ¿un caso de ingobernabilidad?, bautizaría como: “región de enclave”.
El profesor Hernández muestra la forma en que las presencias de economías de enclave determinaron la conformación de una clase especial de regiones, las cuales denominaría: Regiones de Enclave.
Este concepto sería muy útil para entender la dinámica de la ciudad con la refinería durante el periodo entre principios del siglo XX (1900 y finales de la década del 60´).
La región de enclave se da o se han dado en las áreas de influencia donde las multinacionales o transnacionales han hecho presencia o hacen presencia y el proceso de modernización capitalista de estas regiones ha sido el resultado de la capacidad que han tenido las empresas multinacionales de imponer sus decisiones sobre el gobierno.
Barrancabermeja y el Magdalena Medio se conformarían en una región de enclave, con la presencia de la Tropical Oíl Company y la Shell en el Campo Casabe.
El problema del concepto de enclave es que pierde su fuerza teórica al intentar explicar las dinámicas de Barrancabermeja y la refinería, tras la reversión de Mares y el nacimiento de la estatal petrolera Ecopetrol.
La capacidad de construir y reconstruir la ciudad que ha tenido la industria del petróleo en Barrancabermeja; las actividades de exploración y explotación desencadenaron la génesis, posteriormente la refinería creció y la ciudad de su mano, configurando una particularidad socioespacial que muta según la dinámica petrolera.
Como lo he planteado en innumerables conversatorios y escritos producto de mis reflexiones en torno al puerto petrolero, me parece más acertado el concepto de Company town, para entender a Barrancabermeja.
Por Company town, se designa a un asentamiento industrial vinculado con las lógicas capitalistas de la revolución industrial, representando un modelo urbano, construido con el propósito de conseguir la máxima concentración de capital y trabajo, mediante la articulación de viviendas, equipamientos y edificios industriales, buscando alcanzar un equilibrio social a partir de los beneficios de la industrialización. (Garces, O`Brien, & Cooper, 2010).
Los Company towns se instalan en la historia del urbanismo como una manufactura urbana organizada por un proyecto de ingeniería y arquitectura que formaliza y distribuye las edificaciones del área industrial, los equipamientos y la residencia, en un conjunto que alcanza una organización física, productiva y social. (Garcés, Las Ciudades del Cobre. Del Campamento de montaña al hotel minero como variaciones del Company town, 2003)
Esta ocupación productiva evolucionó hacia nuevos modelos relacionados con el contexto productivo, geográfico, espacial e histórico en el cual se sitúan actualmente, como es el caso de Barrancabermeja.
Y es que el concepto de enclave supone ahora otra problemática de tipo política, la cual plantea el profesor Lisandro Navia en algunas de sus reflexiones.
Para el profesor Navia: “…la noción de enclave, tan difundida durante las guerras de resistencia al imperialismo durante los años posteriores a la segunda guerra mundial podría conducir a equívocos respecto al marco mayor de la antinomia de la dominación actual: la ideología y/o aparato ideológico montado por las transnacionales con los llamados gobiernos locales… La noción de enclave puede orientar, pero en la medida que se le critique adecuadamente”.
Y es que, para el Profesor Lisandro Navia: “…los proyectos políticos de la izquierda se enmarcan en el juego, por una parte, de estrategias que siguen apelando al Estado nación, y por otra parte, de las radicales estrategias del capital transnacional y que ingenuamente critican sin ahondar su contenido cuando aluden a que todas las medidas las trazaron los bancos multilaterales, estas medidas, diseñadas en Washington y registradas por los gobiernos de América Latina, demuestran con rigor empírico, la tesis fundamentes sobre el comienzo del fin de los Estados-nación…”
Es así como la noción de enclave termina siendo presa del fin de los Estados-nación, y no comprende la emergencia de los gobiernos regionales y/ o locales como el nuevo escenario de disputa del poder.
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*Especialista en Medio Ambiente y Geoinformática. Experiencia en Gestión Social para el sector Oil & Gas. Director de la Corporación Observatorio de Desarrollo Territorial.
Facebook: Raul Barba
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Twitter: @rebarba23
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
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Trabajos citados
De Roux Rengifo, F., & Bayona Sarmiento, M. (2002). Petróleo y Compromiso Social: El Caso del Magdalena Medio. U/5 Humanidades Vol 32 No1.
Garces, E., O`Brien, J., & Cooper, M. (2010). Del Asentamiento Minero al Espacio Continental. Revista Eure, 93-108.