Para los franceses se trata de una “puñalada por la espalda”, para otros es el símbolo de un nuevo orden mundial cuyo foco recae sobre la región Indopacífica. La polémica alianza AUKUS, surgida entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos, ha generado un polvorín en la diplomacia internacional.
Más allá de un acuerdo comercial, a través del cual Australia se beneficiará –por primera vez– de tecnología nuclear en sus submarinos y el desarrollo de su defensa militar, rompiendo así con un millonario contrato con el Grupo Naval francés para la adquisición de submarinos al país europeo, la iniciativa AUKUS supone un giro en la geoestrategia mundial, que tiene en el punto de mira la cada vez mayor influencia de China.
“Defender los intereses compartidos en el Indopacífico”, es el lema del estratégico pacto entre Washington, Canberra y Londres. «Se trata de invertir en nuestra mayor fortaleza, nuestras alianzas y actualizarlas para que enfrenten los desafíos de hoy y de mañana», celebró hace unos días el presidente estadounidense, Joe Biden, sin referirse directamente a Beijing como una amenaza en esa región.
“Una traición” para Francia
En Europa no ha sentado bien está nueva alianza, tañada por el Elíseo de “traición” entre aliados, puesto que supone un duro golpe a su economía. «Ha habido una mentira, ha habido duplicidad, ha habido una ruptura importante de la confianza, ha habido desprecio, así que no va bien entre nosotros, no va nada bien”, dijo en una entrevista el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, apelando también a una unión entre europeos para “permanecer en la historia” defendiendo sus propios intereses conjuntos.
Por su parte, el presidente del Comité Militar de la OTAN, Rob Bauer, apuntó que “puede haber implicaciones o consecuencias como resultado de este acuerdo, pero no preveo en este momento que tenga un impacto en nuestra cohesión dentro de la OTAN”. Bauer también recordó que Australia es tan solo un socio del organismo, restando importancia al supuesto peligro que podría implicar la alianza trilateral.
Grandes intereses de París
Francia tiene fuertes intereses en la región debido a sus territorios ultramarinos en aguas del Indopacífico, donde viven un millón y medio de franceses y hay más de 8.000 militares desplegados. “La zona se ha convertido además en una realidad geopolítica y geoeconómica. El centro de gravedad de la economía mundial se ha trasladado del Atlántico al Pacífico”, reza la web de diplomacia francesa.
Debido a las implicaciones en la región, París ha jugado una carta más tibia que sus socios con Beijing, siendo el gigante asiático “fundamental para el desarrollo de la región mantener un diálogo político constructivo en un clima de confianza y una profundización de las relaciones económicas y comerciales y de los intercambios humanos”. Algo que no gusta a Washington, que ve en el expansionismo chino una fuerte amenaza.
¿Por qué temen la influencia del gigante asiático?
Después de la abrupta salida de Estados Unidos de Afganistán y la pérdida de liderazgo en Medio Oriente, Washington gira sus intereses a una de las regiones que más rápido están creciendo y que representan algunas de las mayores economías mundiales: China, Japón (segunda y terceras) o India, cuyo desarrollo económico crece sin cesar desde hace años. No solo eso, el gigante asiático, India e Indonesia engloban más del 50% de la población mundial.
Por lo que, a largo plazo, el interés regional del Pacífico asiático será cada vez mayor y anticipar un posicionamiento es imprescindible para Estados Unidos para mantener su liderazgo mundial, en un momento en el que su política exterior está en retroceso.
Hasta ahora, la Casa Blanca solo compartía con Reino Unido su tecnología de propulsión nuclear, lo que permite a los submarinos estar más tiempo bajo el agua, llevar cargas más pesadas o viajar más rápido y sigilosamente. Ahora, Biden está siguiendo la línea de su colega y expresidente, Barack Obama, centrando su atención y prioridad en la región del Indopacífico, lo que hace de Australia un socio fundamental y un aliado en contra de las posibles amenazas de su rival, China.
Aprovechando la estratégica posición geográfica de Australia, la Casa Blanca ve en Canberra la posibilidad de ampliar su influencia militar en la región, expandir así sus operaciones y poder respaldar cualquier conflicto chino sobre Taiwán o el mar de China Meridional, cuyas aguas son reclamadas casi en su totalidad por Beijing y se trata de una de las mayores amenazas en el Indopacífico, según analistas.
“Esto refleja el hecho de que la región de Asia-Pacífico es una parte importante de la economía mundial y ahí es donde están muchos de los intereses económicos de Estados Unidos”, explicó a AP Timothy Heath Rand, investigador senior de defensa internacional. Según la BBC, el 30% del comercio mundial circula por esa zona, rica además en yacimientos de petróleo y gas.
China, un competidor estratégico muy poderoso
Según el experto, este nuevo foco de atención también surge del hecho de que China se esté convirtiendo en un competidor estratégico muy poderoso: “esta competencia ha ido más allá de los asuntos militares. Se extiende al comercio, la tecnología, la inversión y Estados Unidos, con sus aliados y socios, está tomando medidas cada vez más audaces para reforzar la posición de Estados Unidos en Asia”.
Beijing está empleando millonarias sumas de dinero en gasto militar, algo que preocupa a sus vecinos y que los está llevando a mejorar su defensa. Para Australia, la posesión de submarinos con alta tecnología nuclear, servirán para crear un efecto “disuasorio” en Beijing y fortalecerá su defensa en la conflictiva región del mar de China Meridional. Tanto Estados Unidos como Australia han expresado su preocupación por las reivindicaciones marítimas «sin base legal» y la militarización de la zona por parte de China, por lo que el acuerdo sería fruto de estas preocupaciones.
Preocupación entre los países de la zona
Si bien el Gobierno chino no ha lanzado un fuerte ataque contra el AUKUS, sí se ha pronunciado ante este pacto, criticando que promueve la proliferación nuclear y las políticas de Guerra Fría. Según el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, los tres países que conforman la alianza están “dañando gravemente la paz y la estabilidad regionales, intensificando una carrera armamentística y dañando los esfuerzos internacionales de no proliferación nuclear”.
Además, varios países de la región asiática ya han mostrado su preocupación ante el acuerdo AUKUS. Malasia e Indonesia alzaron la voz sobre el pacto militar. “Provocará que otras potencias actúen de manera más agresiva en la región, especialmente en el mar de China Meridional”, señaló la Oficina del primer ministro malasio, Ismail Sabri Yaakob. Otros, como Nueva Zelanda, acogieron el acuerdo con agrado, pero dijo que los submarinos de propulsión nuclear australianos no serán permitidos en sus aguas territoriales.