Colombia y Estados Unidos están ultimando un acuerdo para que Colombia reciba hasta 4.000 afganos que trabajaron con el gobierno americano en Afganistán en los últimos 20 años de presencia militar.
Así lo asegura un artículo del diario estadounidense The Wall Street Journal en el que indica que de concretarse el acuerdo, la acogida de los ciudadanos afganos sería temporal, «hasta que se procese su papeleo», dice WSJ citando a funcionarios que conocen los detalles de este tipo de conversaciones que Estados Unidos adelanta con varios países.
Aun aun no hay una confirmación oficial del Departamento de Estado o del gobierno colombiano, los afganos que Estados Unidos enviaría a otros países sería «titulares de visas de refugiado, aquellos que son elegibles para visas especiales de inmigrante y aquellos que han sido nominados para ser elegibles por el gobierno de Estados Unidos».
Colombia hace parte de los más de 100 países que firmaron el pasado 15 de agosto -día de la toma talibán- una declaración conjunta en la que expresaron su disposición a ayudar al pueblo afgano.
Esa declaración dice que «ante el deterioro de la situación de seguridad, estamos dando apoyo y trabajando para asegurar la partida segura y ordenada de los ciudadanos extranjeros y afganos que desean irse del país, e instamos a todas las partes a respetar y facilitar esta tarea».
Concluye expresando la disposición de ayuda de la comunidad internacional: «El pueblo afgano merece vivir en un contexto de seguridad, protección y dignidad. Como comunidad internacional, estamos preparados para asistir a esas personas».
Si bien la declaración de apoyo no es un acuerdo explícito de acoger a ciudadanos afganos, Estados Unidos ya está en la labor de «persuadir a los gobiernos aliados de que acepten refugiados afganos», dice WSJ.
El mismo Ned Price, portavoz del Departamento de Estado, dijo esta semana que se trabaja también con propuestas «generosas» que estarían llegando de todo el mundo para apoyar la situación. Aun no se sabe si Colombia envió una propuestas, y si es de aquellos a los que el gobierno Biden acudió.
Siguen las evacuaciones en Kabul
Tras una jornada en la que se denunciaron obstáculos para acceder al aeropuerto de Kabul, este viernes 20 de agosto los equipos de evacuación reanudaron sus operativos. En varios aviones con banderas estadounidenses, alemanas y españolas se pretende sacar a los afganos y extranjeros en situación de vulnerabilidad del país asiático que cayó en manos de los talibanes.
Es especialmente apremiante para Estados Unidos sacar a todos sus ciudadanos y colaboradores antes del 31 de agosto, fecha en la que sus tropas deben abandonar el país tras el acuerdo de la Administración Trump con los talibanes en 2020.
Por eso, el Ejecutivo de Joe Biden redobló sus esfuerzos para agilizar las evacuaciones desde Kabul en los últimos días, no sin dificultades como las trabas burocráticas y los continuos controles de los talibanes para llegar al aeropuerto de Hamid Karzai.
El acceso al aeródromo, cuyo funcionamiento es controlado por las fuerzas estadounidenses, está custodiado por la milicia fundamentalista, que ya ha hecho uso de la fuerza para impedir la entrada de afganos que buscan ser evacuados.
«Entre los evacuados adicionales se encuentran familiares de ciudadanos estadounidenses, solicitantes de visados especiales para inmigrantes y sus familias, y afganos vulnerables», detalló un funcionario de la Casa Blanca en la madrugada del viernes.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo en una rueda de prensa que el problema para acoger a las entre 5.000 y 9.000 personas que se pueden trasladar por día desde Afganistán a Estados Unidos es la dificultad para acceder al aeropuerto por la presencia de los talibanes y no la falta de aeronaves. Los extremistas tienen el control del acceso principal a Hamid Karzai, pero se han abierto entradas secundarias para facilitar el flujo de personas.
Además, el funcionario señaló que se había aumentado la incorporación de funcionarios consulares del Departamento de Estado para verificar la documentación de los estadounidenses y afganos que lograron llegar al aeropuerto. A pesar de los avances, las esperanzas de que EE. UU. consiga sacar a todo su personal antes del 31 de agosto son escasas.
Desde el Ejecutivo de Joe Biden se descartó la posibilidad de que las tropas salieran a recoger a las personas a sus casas y las escoltaran hasta el aeropuerto en Kabul.
Este viernes, Alemania mandó dos helicópteros H-145 M a la capital de Afganistán para realizar evacuaciones que llegarán a más tardar el sábado por la mañana para comenzar a operar «lo antes posible».
La decisión de última hora se tomó tras conocer que un ciudadano alemán había recibido heridas de bala mientras intentaba llegar al aeropuerto, algo que ha desatado las alarmas sobre la situación de peligro de los extranjeros en Kabul. La vida de la víctima no corre peligro y está pendiente de ser evacuada.
Hasta el momento, el Ejército alemán había lanzado 11 vuelos de evacuación desde la toma de Kabul por los talibanes el domingo, y tiene previsto realizar más en los próximos días. El Gobierno de Merkel se ha comprometido a evacuar a todos los alemanes del país y a sus colaboradores afganos.
Otras naciones también están aumentando sus esfuerzos en las evacuaciones. España ya ha transportado a más de 110 personas y Australia a más de 160 hasta el momento.
La incertidumbre sobre los ciudadanos extranjeros que quedan en Afganistán es total y tampoco se tiene una cifra sobre la cantidad de afganos que necesitan ser evacuados. Una situación que ha aumentado el caos en el aeropuerto, donde los ciudadanos se montan en los aviones de evacuación de forma totalmente aleatoria ante el desespero.
Visitas «puerta a puerta» para rastrear a colaboradores de EE. UU. y la OTAN
La presión sobre los detractores del Gobierno Talibán es cada vez más notoria. A pesar de que los fundamentalistas se han querido mostrar más moderados en lo que respecta a los derechos de las mujeres -violados repetidamente durante su anterior gobierno de 1996 a 2001- y a la libertad de expresión, los opositores vuelven a ser un blanco del grupo armado.
Para los opositores de los talibanes que no se entregaron, el castigo llegó hasta sus puertas. Los combatientes realizaron «visitas puerta a puerta selectivas» a personas que trabajaban con las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN, según señala un documento redactado por consultores de Naciones Unidas y difundido por varios medios de comunicación.
«Están apuntando a las familias de aquellos que se niegan a entregarse y persiguiendo y castigando a sus familias según la ley sharia», dijo Christian Nellemann, director ejecutivo del Norwegian Center for Global Analyses.
Una acusación que los talibanes niegan rotundamente. Estos aseguran que sus combatientes no atacaron a civiles afganos desde el domingo y afirmaron que emitieron órdenes que prohíben a sus hombres entrar en domicilios particulares.