Por: Andrés Rueda/ La visión del municipio de San Vicente de Chucurí es lograr consolidarse “como un gran centro agroindustrial del Magdalena Medio, atendiendo mercados de escala nacional con miras a exportar. Adicionalmente facilitado por su posición estratégica se convertirá en nodo de transporte y polo turismo alternativo de la provincia (…)” art. 02 del Acuerdo N.° 22 de 2003 (PBOT).
Después de expedido el PBOT en el año 2003 los Planes de Desarrollo siguientes han contribuido poco o nada para hacer realidad este propósito; a dieciocho años de este acuerdo municipal el municipio está lejos de lograr consolidarse como tal principalmente por su crisis de conectividad vial rural.
San Vicente está en crisis cada vez que sus vías veredales colapsan por las lluvias, el campesinado tiene dificultades para abastecerse y vender sus productos en la zona urbana y los comerciantes gastan más recursos para movilizar mercancía a la ciudad de Bucaramanga. Todo esto lleva a que lo que se produce al interior del municipio, y productos que ingresan a este y se comercializan en el pueblo, aumenten de valor por los sobrecostos en transporte.
Es una crisis porque este municipio depende de la economía alrededor de la producción del cacao que tiene lugar en la mayoría de las veredas que se encuentran en el costado nororiental (veredas a las márgenes de las vías a Zapatoca y Bucaramanga), oriental (veredas como Siberia, La Esmeralda, Catagallos, La verde y La Pradera) y sur oriental (veredas como Pamplona, Pamplonita y otras al margen de la vía al Carmen de Chucurí) del municipio, es decir todo el costado que se conecta directamente con la Serranía de los Yariguíes y parte de la zona centro del municipio (veredas como la Unión, Palmira, Llana Fría).
Además de lo anterior se debe agregar que la mayoría de la población de San Vicente de Chucurí está dispersa en la zona rural; de los 33.593 habitantes totales proyectados en el año 2020 (según el censo del Dane en el 2018) 20.912 personas viven en veredas y centro poblados de la ruralidad. Esto para dimensionar la relación que tiene la economía y la población del pueblo con la ruralidad y su conectividad.
Ante esta problemática vial, los alcaldes de turno han hecho toda clase de promesas políticas, pero ninguno ha dado ni ha propuesto una solución estructural. Con la última y más reciente contingencia ocurrida hace aproximadamente un mes cuando un movimiento en masa obstruyó la principal vía a la ciudad de Bucaramanga en el sector de “Peña de oro pequeño” el alcalde municipal propuso una solución inmediata, pero hasta ahora no ha propuesto una solución de fondo.
En el artículo 79º Acciones estratégicas de corto plazo, del Acuerdo mencionado anteriormente se establece la siguiente acción “Estudio Geotécnico y estructural para estabilización de los suelos de la vereda Mérida, Llana Fría, Cola de pato, Peña de Oro y sobre la vía al aeropuerto. También en el barrio El campestre, sector La granja, el Tierrero, Colnupaz y sector gas Prada” como medida para conocer la situación de los suelos mencionados y así poder intervenirlos.
Estos estudios son importantes porque con ellos se puede tener conocimiento realmente de la condición mecánica de los suelos mencionados, esto sirve de apoyo en la toma de decisiones de los funcionarios, lo que quiere decir en términos prácticos que estos estudios sirven para saber cuáles suelos están en condiciones de ser construidos con infraestructura de transporte y cuáles no y así evitar que burgomaestres inviertan recursos en obras que no van a tener viabilidad.
Hasta que estos estudios no se realicen no se puede dar viabilidad técnica que en el tramo de “Peña de oro pequeño” se puedan hacer obras que mitiguen el riesgo de que vuelva a ocurrir un movimiento en masa.
Así, se hace importante llamar la atención sobre esta problemática para que la actual administración municipal no solo tome medidas inmediatas para habilitar la vía San Vicente de Chucurí – Bucaramanga en el tramo mencionado, sino para que también tenga la responsabilidad de iniciar los estudios del sistema de movilidad rural y de estudios de riesgo, para que se piense la movilidad y conectividad rural chucureña no como un problema a solucionar sino como una oportunidad para consolidar el municipio como un verdadero polo de desarrollo.
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*Arquitecto investigador de la Universidad Nacional. Magister en estudios urbano-regionales.
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).