Vestidos con cascos de construcción, gafas protectoras y mascarillas, un puñado de líderes de la oposición asistió este martes 20 de julio a la instalación de la última legislatura del Congreso de la República de Colombia. La fecha marca el Día de la Independencia y, por tradición, el evento en el Legislativo se suele realizar en la tarde, pero este año el llamado a la protesta cambió la agenda habitual.
Tanto ante el Congreso, como en otros puntos de la capital, Bogotá, se realizaron múltiples manifestaciones, como plantones, movilizaciones y eventos artísticos y musicales, que se desarrollaron principalmente de manera pacífica, aunque desde media tarde se produjeron enfrentamientos entre manifestantes y policías en algunos puntos.
En este Día de la Independencia el llamado a protestar también se sintió en otras ciudades, como Cali, Medellín, Barranquilla, Popayán, Bucaramanga o Cartagena, donde a lo largo de la jornada se llevaron a cabo actos de reivindicación contra el Gobierno, pacíficos en su gran mayoría. Sin embargo, en horas de la tarde empezaron a producirse algunos altercados entre manifestantes y agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, en algunos de estos actos.
La jornada había sido convocada como una continuación de las protestas del Paro Nacional, iniciadas el 28 de abril, en las que miles de ciudadanos salieron a las calles en distintas ciudades del país a expresar su descontento contra las políticas neoliberales del Gobierno de Duque. El estallido de abril fue a su vez para muchos una reanudación de las manifestaciones de noviembre de 2019, cuyo descontento se acumuló durante un año de pandemia.
Tras unas semanas de pausa, el Comité Nacional del Paro, que solo representa una porción de los manifestantes, convocó para este 20 de julio a una nueva jornada de movilizaciones. Así que los horarios del Congreso se ajustaron y la legislatura se instaló en la mañana, y no en la tarde, como es habitual. Allá llegaron un grupo de opositores con una bandera de Colombia al revés, en la que el rojo, símbolo de la sangre derramada durante la guerra de independencia, predominó sobre los otros dos colores de la bandera. Para muchos sectores, este acto de protesta simboliza la sangre de las decenas de manifestantes que murieron en las recientes manifestaciones a manos de agentes policiales.
La organización Temblores reportó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), durante la visita de esta entidad al país en los primeros días de junio, que al menos 44 personas habrían muerto por las acciones de la fuerza pública en el marco de las manifestaciones. Otras organizaciones nacionales elevaron ante la CIDH esta cifra hasta los 84 fallecidos. La Fiscalía, por su parte, solo documenta una veintena de muertes en los 50 días que duraron las protestas.
En rechazo al uso desmedido de la fuerza policial, a la impunidad y al hecho de que muchas de las demandas del estallido social no hayan sido escuchadas es que cientos de ciudadanos salieron a las calles del país a manifestarse este 20 de julio, una jornada en la que si bien las protestas tuvieron una amplia cobertura a nivel nacional, se esperaba en ellas mayor afluencia.
Nueva reforma tributaria y reformas en la Policía
El 7 de agosto de 2022 termina el Gobierno de Iván Duque. En el país ya se iniciaron las campañas electorales y el partido del mandatario, el Centro Democrático -dirigido por el exsenador y expresidente Álvaro Uribe-, está debilitado. Con uno de los índices de aprobación más bajos desde que existe registro, Duque presentó al Congreso una nueva reforma tributaria, la llamada Ley de inversión social, que vuelve a tener rechazo en las calles.
El nuevo ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, nombrado en medio del calor de las protestas tras la renuncia de su predecesor en mayo, asegura que esta reforma busca recaudar alrededor de 15,2 billones de pesos al año (unos 3.900 millones de dólares), sin embargo, para muchos sectores políticos la nueva propuesta es tan solo una reforma «cosmética», tal y como lo expresó la congresista de centroderecha Juanita Goebertus en Twitter.
En medio del amplio rechazo al accionar de las Fuerzas Públicas en las protestas contra el Gobierno Duque, el mandatario también presentó ante el Congreso el llamado «Proyecto de Transformación Integral de la Policía Nacional», con el que el Gobierno asegura que busca una mayor transparencia en la institución y mayor respeto a los Derechos Humanos. Desde las calles, los manifestantes piden una reforma integral al ente público, así como la desarticulación del Esmad.
Comité del Paro presenta 10 proyectos
Fue también en apoyo al Comité Nacional de Paro y especialmente a los diez proyectos de ley con demandas ciudadanas que este presentó este jueves al Congreso que muchos manifestantes salieron a marchar este martes. Todos estos pedidos ya habían sido presentados ante las mesas de diálogos con el Gobierno, negociaciones que terminaron hace más de un mes sin ningún acuerdo y con señalamientos al Ejecutivo por parte de los manifestantes de estar ignorando los reclamos del estallido social.
Los sindicatos esperan que el Congreso dé trámite a sus propuestas, que incluyen una renta básica de un salario mínimo mensual por un año para 7,5 millones de hogares, gratuidad universal de la educación superior pública, fortalecimiento de la red pública de salud, apoyo para la reactivación económica de las pequeñas y medianas empresas, así como para el sector agropecuario, y acciones contra las violencias de género, entre otras propuestas.
En los días previos a esta movilización, las autoridades detuvieron con amplios dispositivos a algunos líderes del movimiento denominado ‘Primera Línea’. Estos jóvenes, que se protegen con cascos de construcción, gafas protectoras, máscaras de gas, escudos hechizos y algunos bolillos, se describen como una barrera de contención ante la brutalidad policial. La Policía presentó como «pruebas» para justificar las detenciones algunos de estos elementos de protección.
Este martes, en las calles de las principales ciudades del país se volvió a escuchar la música como una manifestación de la protesta. En Cali, tercera ciudad del país y uno de los epicentros de las movilizaciones desde el 28 de abril, muchos se reunieron en un espacio cultural rebautizado como la «Loma de la dignidad». Algunos reportes en redes indican que el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) dispersó esta concentración con gases lacrimógenos.