Por: Adrián Hernández/ Tal vez no sea de aquellas historias conocidas como los cuentos de los hermanos Grimm o las fábulas de Esopo, pero hoy les quiero compartir una no tan conocida pero interesante historia de Pedro Pablo Sacristán, veamos:
Se trata de Toto un niño normal, que paseando por la playa es picado por un erizo de mar y a cuya reacción trae la sumatoria de sendas picaduras de una medusa, un pez loro y un mosquito. Estas coincidencias originan el surgimiento de un superhéroe que dados sus poderes se hace llamar Super Power Ultra Man.
Revestido de estos poderes, Ultra Man se dispone a salvar el mundo de los malos muy malos, dado que según su visión no podía malgastarse en cosas que para él eran pequeñas. Y en su búsqueda no halla tales amenazas de tal manera que siente que todos los malos están enfocados en cosas pequeñas, hecho que le llevó al completo aburrimiento y la desidia.
Fue invitado a un programa de televisión al cual decidió asistir a pesar de ser una simple exhibición en la que sólo tenía que rescatar unas cuántas decenas de personas. Llegado el día, su intervención sólo trajo risas y burlas de parte de los asistentes y periodistas, dado que Ultra Man acostumbrado a pensar en grande no pudo controlar su fuerza y velocidad sumado a que tomó más de 20 personas a las que originó chichones y moretones.
Posiblemente ningún superhéroe haya pasado nunca tanta vergüenza. Y es que, desde aquel día, cada vez que alguien renuncia a hacer algo por considerarlo demasiado poco, todos le recuerdan el caso de Superpower Ultra Man, diciendo: “No seas tan Superpower ni tan Ultra Man, que si no haces lo pequeño lo grande nunca sabrás”.
Es de resaltar el gesto de la Conmebol ante del inicio de cada partido: un homenaje a las víctimas del Covid y un reconocimiento a los superhéroes. ¡Aunque nos hubiese gustado ser campeones!
Y no era para menos, de no ser por nuestros médicos y todo su equipo de apoyo, quién sabe qué sería de nosotros los humanos a estas alturas. Por lo cual y ante lo cual no hay sino un sentido y profundo agradecimiento. Su papel silencioso ha sido imprescindible porque han posibilitado a que muchos hayan regresado trayendo alegría, regocijo y tranquilidad al seno de sus familias.
Sin embargo, en esta ocasión quiero también resaltar la intervención de otros superhéroes que muy silenciosamente han estado mitigando el impacto emocional y espiritual que ha dejado el paso del virus sin que se haya reconocido y resaltado su trabajo.
Hablemos de los superhéroes emocionales: mis colegas psicólogos, los psiquiatras, trabajadores sociales y todos aquellos que han estado como vigías de la salud Mental incluidos familiares y amigos. A ellos de antemano, ¡Muchas gracias!
No es fácil sentarse a escuchar las narraciones de alguien que durante casi una hora sólo habla de sus tristezas, de sus miedos, de su dolor, ansiedad en general de su sufrimiento. Por experiencia lo digo: la inversión emocional de quien escucha es tal que en muchas ocasiones tiene que salir a buscar también a alguien que le escuche. Es muy difícil no resultar involucrado en este remolino.
Son todos ellos unos contenedores impresionantes en este momento, y por lo que se vaticina más adelante va a ser aún más alta la demanda. Sumado a la separación de sus seres queridos por muerte, también está sucediendo la separación de parejas, aunque paradójicamente para el año 2020 de acuerdo con la Superintendencia de Notariado y Registro, la cifra se redujo comparada con el 2019.
Así mismo según lo reporta la Unicef, la población más afectada en temas de salud mental para el caso de América del Sur durante la presente pandemia han sido los adolescentes y jóvenes comprendidos entre los 13 y 28 años quienes además de ansiedad y depresión reportan pesimismo y miedo al futuro siendo los familiares y amigos el grupo de apoyo más cercano al cual ellos han pedido ayuda. Para todos ellos se han necesitado este valioso grupo de superhéroes.
Ahora hablemos de los superhéroes espirituales:
Como ya lo mencioné la dimensión espiritual sí que ha sido crucial en estos tiempos. Unas veces quedándose en el soporte que la religión ha dado y otras abrevando de cualquier herramienta disponible para poder calmar esta sed. Lo cierto es que hoy se habla de una espiritualidad digital pues la interacción a través de las pantallas ha sido eficaz a pesar de todo. A esta misión se han sumado hombres y mujeres con compromiso religioso y otros tantos que han brindado soporte sin ser religiosos. Verdaderos superhéroes.
De manera muy especial es de resaltar y agradecer a todos aquellos que hablando en nombre de Dios han devuelto la esperanza, han inyectado optimismo teniendo como base alguna frase bíblica. Ustedes no alcanzan a imaginar todo el bien que han hecho. Sigan haciéndolo, no se detengan. Es momento de llenar los corazones agobiados, del Dios que es Amor en extremo, del Dios que es Bondad en plenitud y que reside silencioso en el corazón de cada ser humano.
Se preguntarán y ¿quién es Hugo? Hugo Andelfo es un sacerdote católico con quien fuimos compañeros, está entre la vida y la muerte en UCI en Bucaramanga, el virus lo alcanzó dando paz, amor, esperanza y fe a sus feligreses. Dedicado a cosas pequeñas. Pero Hugo son todos los anteriores superhéroes, dedicados a salvar las cosas pequeñas de este planeta, cuya labor además es silenciosa. Una de estas cosas pequeñas: salvaguardar la Vida.
Y entonces ¿quién es Ultra Man? Ultra Man, es un grupo de supuestos líderes religiosos que se han ocupado de las grandes cosas como arrebatarle almas al demonio dejando de lado cosas pequeñas como la promoción entre sus fieles a no ponerse la vacuna. Recientemente los diarios han informado de un grupo de sacerdotes ortodoxos en Egipto y unos cuantos pastores en Colombia ubicados en Cartagena y Sincelejo. Es muy posible que haya entre nosotros otros tantos escondidos en la penumbra, salvando almas, aunque no haya ni una sola palabra de aliento.
Quienes hemos asumido esa maravillosa tarea de promover la espiritualidad y la cercanía de Dios, y sobre todo quienes nos hemos puesto al frente de organizaciones humanas, nos compete esa grave y urgente responsabilidad de ocuparnos de las cosas pequeñas, siendo amar la vida y cuidarla una de ellas, junto a buscar la inyección de la esperanza y el optimismo e impulsar la vacuna del Covid. Otra cosa es que la persona decida por sí misma no hacerlo.
Propongo una acción:
En los próximos días agradecer a alguno de los superhéroes que he mencionado acá, si los conoce. Y si usted uno de ellos, tómese un par de minutos no sólo para darse una palmadita en la espalda o abrazarse a sí mismo sino además para buscar una persona o un grupo de personas y dar mensajes de esperanza y optimismo. ¡Seamos HUGO, eso sí cuidándonos en extremo!
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*Filósofo y Teólogo. Psicólogo Universidad Nacional. Magister en Biociencias y Derecho Universidad Nacional. MBA Inalde Bussines School. Director Programa Inteligencia Espiritual Medirex.
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