Por: Andrea Guerrero/ Antes del Covid-19 recuerdo que el tema más importante, debido a que amenazaba con poner en jaque a la humanidad, era el cambio climático. Recientemente leí una columna de Joseph Casañas, en ella se refiere al nuevo libro de Mario Mendoza. La columna habla sobre las crisis que afrontaremos en el futuro y menciona la recomendación de Mendoza para afrontar lo que viene: aceptar el desastre con frialdad, sin esperanza, pero también sin dramatismo.
Es paralizante pensar en un futuro donde todo se viene a pique. Aún peor es pensar que ese desastre es resultado de nuestras acciones. Por eso, considero es importante indagar en este asunto, para tener una mejor idea de lo que está pasando y de las acciones que se llegarían a tomar en caso de ser necesarias.
Inicialmente, podemos comenzar por aclarar ciertos aspectos con respecto a conceptos como calentamiento global y cambio climático. El primer término hace referencia al “aumento progresivo y gradual de la temperatura media de la superficie terrestre, responsable de los cambios en los patrones climáticos mundiales”. En particular, se usa para referirse al calentamiento desde principios del siglo XX, lo que coincide con el incremento en la concentración de los gases de invernadero en la atmósfera.
A veces hay una creencia errónea sobre el clima, se cree que es estático, en realidad presenta fluctuaciones cíclicas anuales de mayor periodicidad, y otras que son ocasionales. Ahora bien, en la actualidad el término “cambio climático” se asocia con un cambio significativo que no se relaciona con las variaciones cíclicas.
Desde 1958 hasta 1998, la concentración de CO2 en la atmósfera ha aumentado en aproximadamente un 15% (de 316 ppm a 369 ppm). Este incremento de gases de efecto invernadero es producto de las actividades humanas en su mayor parte. Ahora bien, ¿cuáles serán las consecuencias del calentamiento de la tierra? Bueno, la respuesta depende de a quién se le pregunte, algunos son más pesimistas que otros. Por ejemplo, un comentarista estadounidense – Ben Shapiro- una vez afirmó que un aumento en la temperatura de 4° dentro de las siguientes décadas no afectaría mucho nuestra vida. Sin embargo, hay científicos que proponen que los gobiernos tomen acciones para mitigar los impactos ambientales: derretimiento de los casquetes polares, extinción de especies de animales, sequías, inundaciones, etc…
Por último, están las personas que dicen que mejor aceptar este desastre inminente y señalan que ya no hay esperanza. Esta última posición no la comparto, considero que un buen plan de acción enfocado a la preservación del medio ambiente puede ser posible y que la alternativa de apagar toda la maquinaria de producción no es una opción viable ni realista. Es más, existe la posibilidad de que la solución para mejorar la calidad ambiental y con ello evitar acelerar el cambio climático sea el crecimiento económico, tanto así que la hipótesis de la curva ambiental de Kuznets respalda eso.
Finalmente, pensar en nuestro futuro es importante, de esa forma aseguramos que las próximas generaciones tengan una vida digna. De seguro vendrán medidas gubernamentales para combatir el cambio climático, falta esperar el tipo de efecto que tendrán, es decir, si se quedarán en el papel de forma simbólica como suele suceder con las cuestiones ambientales o si funcionará para cumplir con las metas que se han trazado los países con respecto al cambio climático.
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*Estudiante
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