Por: Roberto Aponte/ El monocultivo es un sistema que ejerce mucha presión sobre el suelo, es una realidad ambiental, es un hecho insostenible que grandes extensiones de tierra solo sean habitadas por la misma especie debido a sus exigencias además de que para mantener el terreno se exige la exterminación de todo ser vivo que sea un inconveniente como plagas o plantas que sean competencia.
La justificación de este sistema es el hecho de aumentar la productividad y la generación de determinado cultivo produciéndolo masivamente buscando de esta forma fortalecer la economía, no obstante, hay que tener en cuenta que no se puede depender de un único producto, un consejo que se da en el ámbito de los negocios es tener varias fuentes de ingresos, recibir capital al menos de una actividad ajena al trabajo, en este caso, aplica igual un solo producto no siempre puede mantenerse en el mercado, por eso una economía fuerte es aquella que está diversificada ofreciendo distintos frutos que pueden generar ganancias en varios momentos.
Colombia es un país tropical con una gran variedad de frutas, por eso un adecuado manejo y distribución de la tierra, puede aprovechar el máximo potencial productivo del país. Pero si hablamos del asunto de las tierras, nos encontramos con un problema mucho mayor, el cual podría considerarse el causante de muchas problemáticas, no solo desde el ámbito ambiental, sino también social y económico, el cual es un inadecuado manejo del territorio que en algunos casos deriva en el avaricioso acaparamiento de tierras.
Algunos monocultivos como la palma de aceite han desplazado varios cultivos tradicionales como la guayaba, el frijol, el ají dulce y el mango. Esta situación ha dejado en desventaja a muchos campesinos, quienes han resultado vulnerables ante la afectación de su sustento, sumado a que aumenta la brecha de desigualdad. El monocultivo realza su concepto no solo en la prevalencia de una producción enfocada en un solo cultivo, sino también demuestra que son pocas personas quienes poseen esas tierras estableciendo un sistema que acaba con la competencia de forma abusiva.
Actualmente el país tiene sembradas 33000 hectáreas de palma de aceite, cifra que puede enorgullecer a entes gubernamentales que se jactan y promocionan este producto, pero no es algo que pueda garantizar la seguridad colombiana, claro, el aceite es necesario para cocinar, pero, ¿dónde se encuentran los alimentos que van a cocinar?, ¿dónde está la fruta con la que se fabricaran los deliciosos juegos que refrescaran el almuerzo? El gobierno en general estimula la producción de ciertos gremios, es algo que puede verse en varias propagandas de televisión, es su compromiso, fortalecer la economía, aun así, ¿cuál es el verdadero enfoque productivo que representa la riqueza del país?
La riqueza de Colombia se encuentra en la diversidad de frutos que produce el territorio debido a la variedad de climas y altitudes, incluso en una sola hectárea pueden prosperar varias plantas frutales, ese es el verdadero enfoque productivo.
Volviendo con los monocultivos estos son insostenibles, requieren de grandes inversiones de plaguicidas, que a su vez terminando envenenando los suelos, de esta forma los terrenos van perdiendo su calidad, a largo ese gran territorio que se enfocó en una sola actividad termina empobrecido, generando pérdidas a largo plazo.
Los dirigentes se aferran a este sistema de producción para favorecer a los grandes productores, pero también deben reconocer que este manejo agrícola debe ser regulado para garantizar que los beneficios económicos no se concentren en una sola persona, sino que también alimenten a los habitantes de todo el país.
Las grandes extensiones de tierra dedicadas a un solo cultivo, deben garantizar otros terrenos en los que crezcan otras plantas, especies que garanticen la recuperación de los suelos, como leguminosas que fijen nitrógeno o árboles cuyas raíces mantengan la estabilidad del suelo. Incluso buscar estrategias para desviar las plagas hacia otra fuente de alimento que no sea el cultivo, ya que cualquier criatura aprovecharía y prosperaría con tanta comida concentrada en un solo sitio.
Estas son pequeñas soluciones para menguar el problema, pero los dirigentes e incluso nosotros como consumidores debemos evaluar el impacto de cualquier medio productivo, pensar que la riqueza y el bienestar deben estimarse a largo plazo, asegurarnos que nuestras tierras a futuro sigan cosechando frutos para alimentar al pueblo colombiano.
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*Ingeniero Ambiental y escritor
Twitter: @robustories