Por: Roberto Aponte/ Un país puede ser rico en recursos naturales, pero existen países en los que a pesar de tener pocos recursos son prósperos y la mayoría de sus habitantes presentan una buena calidad de vida en la que satisfacen la mayoría de sus necesidades, esta premisa deja claro que la riqueza de un país depende de su gente.
Yo soy de los que he expuesto en mis columnas muchas de las plantas que brotan en nuestro territorio como tesoros, estas demuestran sus valiosas funciones en la naturaleza, pero quedan guardadas para las personas que no las utilizan. Lo ideal sería crear economías sostenibles usando estos productos del bosque, pero en esto momento lo ideal no es enfocar el asunto en lo que tenemos sino en lo que somos.
El ser humano podría sumarse un título de ser administrador, una ardilla entierra semillas en el bosque y algunos animales guardan su comida, el ser humano inventó los graneros para hacer lo mismo, pero con la invención de un sistema de intercambio y el inicio de la economía, la administración que realiza el ser humano adquiere mayores responsabilidades, ya que no solo un humano debe manejar su sustento, sino toda una sociedad debe manejar todos los recursos que tienen a su alcance.
Las personas son las que hacen trabajar la riqueza, incluso valiéndose de pocos recursos puede crear una fuerte economía además de generar bastantes ingresos para sí mismo. De esta forma muchas acciones individuales pueden tener repercusiones colectivas, si se quiere fortalecer la economía se requiere de una fuerte inversión en lo que se considera recurso humano.
Aspectos como la sociedad, la ética y la educación influyen bastante en la economía de un país, hablando de lo que se considera sociedad, un individuo puede forjar su propio criterio, pero también interactúa con el estado en el cual en sus acciones puede influenciar en las decisiones que cada individuo puede considerar conveniente, las políticas económicas deben estimular que cada persona pueda hacer prosperar sus negocios y generar empresa en vez de generar obstáculos, debe garantizarle las oportunidades a todo el mundo y no solo a unos pocos.
Una sociedad donde prevalece la ética permite que se tomen decisiones con transparencia y se les dé un trato digno a los empleados favoreciendo que su bienestar aumente la productividad, además de generar un sentido de pertenencia ya que el trabajador usaría ese sustento no solo para soportar sus necesidades sino para cumplir sus sueños.
En cuanto la educación se podría decir que a muchos se les inculcan los conocimientos académicos, pero no se indaga sobre lo necesario para conseguir empleo o emprender, salvo algunas excepciones, aunque en general la educación financiera no es algo muy ligado a la educación tradicional, el administrar el dinero y negociar, suele aprenderse más por medios externos, lo que se enseña en la casa o en muchos casos, al arriesgarse al iniciar sus propios negocios y aprendiendo de los éxitos y errores.
Una economía fuerte genera confianza en la gente y a su vez en su sistema que tiene fe, en los recursos y las capacidades de los individuos que habitan dicho territorio. Se podría decir que el estado muchas veces es que garantiza las reglas del juego, pero a fin de cuentas los que terminan jugando es cada trabajador que tiene el país. Por eso cada persona muchas veces es la que pone de su parte para construir la sociedad y la economía. El luchar por sus sueños personales y generar empresa le da la oportunidad de empleo a muchas personas.
Como personas o más bien seres administradores tenemos muchos deberes cono nosotros mismos al ser fieles con nuestros sueños y preocuparnos por nuestro bienestar, con las personas cercanas y con la sociedad misma. A pesar de las adversidades nosotros debemos avanzar y dar pasos para mejorar la economía, siendo seres perseverantes, laboriosos e íntegros, siempre actuando guiados por un comportamiento ético.
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*Ingeniero Ambiental y escritor
Twitter: @robustories