Una funcionaria del Colegio Nuestra Señora de la Paz, en San Vicente de Chucurí, se llevó una grata sorpresa al observar que en una de las aulas de clase los acompañaba un nuevo integrante, y es que no era precisamente uno de sus estudiantes, se trataba de un pequeño felino que alcanzó a confundir con un gato. Sin embargo, al detallarlo un poco más, pudo notar que se trataba de un animal silvestre, por lo que dio aviso a las autoridades.
La Corporación Autónoma Regional de Santander – CAS – a través de la Regional Enlace Bucaramanga, hizo presencia junto con la Policía Ambiental para realizar el rescate.
Fue valorado por los profesionales veterinarios quienes determinarían si estaba en condiciones para ser liberado en su hábitat natural.
La CAS hizo un llamado a toda la comunidad para que reporte la presencia de animales silvestres ante la autoridad competente, y no se expongan al manipularlos, ya que puede poner en riesgo la vida misma o la de los especímenes.
Lo que pasó después
La Corporación Autónoma Regional de Santander informó unos días después que el tigrillo rescatado el pasado 25 de mayo de 2021, en las instalaciones de un colegio del municipio de San Vicente de Chucurí, entrará a un proceso de recuperación y rehabilitación, ya que el animal presenta un alto grado de impronta que impide su liberación inmediata en su hábitat natural.
Este espécimen está considerado Vulnerable (VU), según la resolución 1912 del 2017 emitida por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Hablamos con los expertos de la CAS sobre la tenencia de fauna silvestre que puede definirse como el confinamiento de un animal fuera de su hábitat natural en condiciones que lo obligan a depender del ser humano para su alimentación y albergue, y encontramos que la gran mayoría de las personas en Colombia desconoce que tener un animal de la fauna silvestre como mascota va en contra de la ley.
De hecho, el Código Nacional de Policía establece que «comercializar, mantener, tener, transportar, introducir, comercializar, o poseer especies de fauna silvestre (viva o muerta), sin la respectiva autorización ambiental, conlleva a multas y sanciones».
Es de resaltar, que existen grupos poblacionales especialmente susceptibles a las zoonosis como son los niños menores de 10 años, los adultos mayores o las personas afectadas por una enfermedad crónica del sistema inmune. De este modo, tener un animal de fauna silvestre también puede representar un riesgo de salud pública.
Por tal razón la Corporación Autónoma Regional de Santander, insistió a la ciudadanía que se abstenga de extraer de su entorno, comercializar o tener cualquier espécimen de fauna silvestre ya sea en vivienda urbana o rural, y al mismo tiempo invitó a la comunidad a denunciar el tráfico ilegal o tenencia de fauna silvestre ante las autoridades competentes.