Por: Hernando Ardila González/ Se ha dicho inveteradamente que la naturaleza debe quedar por fuera del conflicto, en mi condición de activista ambiental, integrante del Comité para la Defensa de los Cerros Orientales de Floridablanca, he dicho en todos los escenarios incluido el del Paro Nacional, que la Madre Tierra es víctima del Gobierno Nacional por sus políticas de Mega minería, que incluye la explotación de minerales en zonas de páramo, (Caso Santurbán) y las pruebas piloto para eventual explotación de hidrocarburos mediante fractura del subsuelo, (Caso Puerto Wilches) o por grandes desarrollos de infraestructura que rompen el concepto de Desarrollo Sostenible y por tanto son de alto impacto ambiental con daños irreversibles en el suelo, el aire, el clima, los bosque y el agua de consumo, (Caso Ruta del Cacao, Chocoa de Girón y Cerros Orientales de Floridablanca), todos los anteriores en Santander Colombia.
Y también víctima de sectores poderosos de la economía como palmeros y ganaderos, tenebrosos depredadores de bosques, quienes, para ampliar las fronteras de sus negocios sin utilidades al país, pero con apoyo gubernamental, terminan deforestando miles de hectárea de nuestro territorio nacional.
Hemos dicho que somos conscientes que toda obra o explotación por pequeña que sea, produce daño y por eso se requiere de los estudios previos y el consentimiento de las comunidades del territorio por afectar, para que ella, titular de Derecho Fundamental a un Ambiente Sano, de su opinión sobre la conveniencia para su avance y/o tranquilidad. Aunque muchos ambientalistas que orientan sus comunidades, son perseguidos y puestos en riesgos por intereses oscuros que solo entienden la lógica de las ganancias monetarias y no la necesidad de preservar para las generaciones futuras.
El 25 de septiembre de 2015, la inmensa mayoría de los países del mundo se dieron cita en la Cumbre de la ONU sobre el Desarrollo Sostenible en Nueva York y aprobaron la Agenda para el Desarrollo Sostenible, llamada Agenda 2030, que es el plan de acción mundial a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, el cual debe guiar decisiones de gobiernos y sociedad durante 15 años, y cuyos propósitos son fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad; erradicar la pobreza en todas sus formas y dimensiones; asegurar el progreso social y económico sostenible en todo el mundo, lo cual es indispensable para el desarrollo sostenible; además de garantizar los derechos humanos de todas las personas y alcanzar la equidad de género.
Esta nueva agenda está integrada por diecisiete objetivos, que se desagregan en ciento sesenta y nueve metas, que abarcan cinco esferas de acción: las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas. ¡Claro!, esto requiere la sumatoria de conciencias, compromisos, acciones y reacciones del trinomio gobierno, sector privado y sociedad civil, que conduzcan nos sumemos y encaucemos acciones para transformar a los países y al mundo en un lugar mejor, lo que entraña una nueva relación con el Planeta.
Pero pareciera que los gobiernos colombianos de los últimos cuarenta años y en particular que nos lleva a un estallido social provocado por su terquedad, arrogancia, ineptitud, corrupción e insensibilidad ante las masacres, voltearan la mirada para otros lados desoyendo a la comunidad internacional, (inclusos poniéndose a espaldas del Acuerdo de Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, adoptado en Escazú (Costa Rica) el 4 de marzo de 2018.
Muchos son los casos de agresión a la Madre Tierra por proyectos No Sostenibles, es decir que producen daños irreversibles contra la biodiversidad, (incluso los de especies en vía de extinción), los páramos, el suelo, el clima, el aire, los bosques.
Basta con el listado que arriba hicimos de unos muy puntuales en Santander; pero gobiernos locales, regionales y nacionales son groseramente desatentos con las comunidades organizadas, el ANLA como si fuera una piñata, reparte licencias a espaldas de las mismas, la ANI contrata con consorcios desfinanciados y de dudosa reputación, el Min Ambiente y la CDMB, (“Autoridades” ambientales), guardan cómplice silencio ante el Ecocidio, faltaría que apelen al eufemismo de “homicidios colectivos” que usa el gobierno nacional, para terminar también minimizando el colosal daño medioambiental.
Sin duda hay un despertar y a sectores ambientalistas de la sociedad civil que a diario defienden la Pacha Mama, el Paro Nacional les da una voz propia para visibilizar tragedia humana y de la naturaleza que vive Colombia, lo que le ha llevado a ejercer su derecho constitucional en su escenario natural… ¡las calles!
La Negociación con los Gobiernos locales, departamental y nacional en los casos de Santander, deben ser: 1. Caso Santurbán, blindaje a perpetuidad contra la mega minería; 2. Caso Puerto Wilches, terminación y no reiniciación de las pruebas rumbo al Fracking; 3. Caso Ruta del Cacao, solución al problema del acceso al agua generado en perjuicio de trescientas familias campesinas; 4.Caso Chocoa, desistimiento de la pretensión de ubicarle como relleno sanitario, (basurero) y 5. Caso Cerros Orientales de Floridablanca, cambio de trazado de la obra Conectante C1 C2 en favor de su preservación ya que da del 20% del agua que consume el área metropolitana de Bucaramanga.
En mi trabajo de grado, (por ahora suspendido), he planteado que se debe aplazar la controversia ideológica porque la prioridad en este momento de la historia, es ¡Salvar al Planeta! Solo nos quedan nueve años para cumplir la Agenda 2030 y así evitar el punto de no retorno que comprometería la existencia misma de la humanidad, que debemos entonces construir una sociedad de transición que incluya la naturaleza en la ecuación de la democracia para salvarnos, es lo que llamo capicialismo o ecocialismo en ecocracia…
De no hacerlo, no sobrevivirá ningún modelo de sociedad, ni siquiera el fantasma que ahora se ha inventado el tenebroso señor Uribe tan estúpido y posado de erudito, al pretender hacer ver que “la patria está bajo amenaza por una revolución molecular disipada” distorsión torpe que Uribe y su fascista asesor López Tapia, (chileno), hacen ver como la gran conspiración mundial del comunismo internacional contra la patria, la libertad y la democracia, así sea una marcha pacífica, a la que terminan vandalizándola para justificar la represión y masacre, esas sí graves esa amenazas y ataque a los derechos de la gente entre ellos la integridad física, la libertad y la Vida, cuando en realidad La revolución molecular es un análisis erudito de Pierre Félix Guattari obra que en plan de juicioso estudio, se lee hoy como un sistema universal de lucha social y emancipación.
¡Justicia, paz y madre tierra!
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*Abogado Penalista, postulado a Maestría en Derecho Constitucional. Presidente Colegio Nacional de Abogados de Colombia Conalbos Santander y Vicepresidente Nacional.
Twitter: @HernandoArdila6