Por: Claudia Acevedo/ Reflexionemos: Perdonar te ayuda a dejar ir los problemas. Perdonar es no permitir que unas circunstancias que nos han resultado dolorosas se vuelvan algo que afecte a nuestra forma de ser y contaminen nuestra vida.
Perdonar no es fácil no se da de la noche a la mañana, hacerlo nos genera cierto alivio tanto para la persona herida como para quien hirió, perdonar nos ayuda a crecer emocionalmente. Normalmente el no perdonar ayuda a alimentar el resentimiento constantemente con ideas de enfado o tristeza. Esto genera un desgaste físico y mental con el que nadie merece tener que lidiar. Y empezamos a buscar explicaciones para tratar entender porque sucedieron las cosas y esto nos mantendré distraído pensando en el pasado.
El perdón es como si fuera un regalo, no para quien lo recibe, sino para quien lo da, no es simplemente un conjunto de comportamientos hacia una persona que nos ha hecho algo desagradable, sino más bien una actitud para con uno mismo. Con el perdón se crece emocionalmente. El objetivo del perdón es aprender que uno mismo es más importante y a gestionar el dolor. Cuando se perdona no es que se transforme en un acto de tolerar el daño recibido, sino más bien aceptar qué ha pasado y tratar de superar los sentimientos negativos. No se debe esperar nada del otro, especialmente si ha existido el precedente repetido de haber hecho daño.
El saber perdonar es una capacidad que se relaciona con el mantenimiento de unas buenas relaciones sociales, no obstante llevarlo a cabo no es tan fácil. A veces cuesta aceptar las disculpas de los demás y tratar de superar el daño recibido. Efectivamente perdonar no es fácil, pero es sano y liberador. Perdonar implica no desear el mal a nadie, inclusive teniendo la oportunidad de hacer daño y tomar venganza. Tomar la decisión de no ser igual a la persona que nos hirió y elegir únicamente buenos pensamientos, además es bueno reconocer si tuvimos parte de responsabilidad en lo sucedido, y perdonarnos a nosotros mismos de ser necesario.
Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Yale por el grupo de Molly J. Crockett, todos nacemos con la capacidad de Perdonar, pero a medida que vamos creciendo, nos cuesta cada vez más perdonar, ya sea porque tenemos miedo de que nos vuelvan a hacer daño o porque nuestra personalidad es la de personas con baja tolerancia a las traiciones. Muchas veces nos preguntamos porque cuesta tanto perdonar, pero una de las grandes razones es porque es visto como un sinónimo de debilidad. Y se suele pensar que al perdonar a quien nos ha hecho daño, estamos dándole vía libre para que vuelva a hacer lo que nos hizo, además de no hacerle ver qué hizo mal.
En realidad, esto no es así porque perdonar no significa que aceptemos lo que nos hizo, sino que es una forma de permitirnos a nosotros mismos avanzar. Otro de los motivos que nos impiden perdonar a los demás es el dolor que todavía estamos sintiendo a causa del daño que nos han hecho. Suelen ser muy difícil perdonar traiciones de la familia, la pareja y los amigos, haciendo que la confianza que se tenía en ellos se vea muy debilitada. Al amar con intensidad a esas personas, el que nos hagan daño nos resulta algo verdaderamente muy doloroso, la decepción vivida es muy profunda, dado que nos habíamos formado unas expectativas en relación con los otros. Cuando alguien nos decepciona sentimos que nos hace daño y es cuando surgen emociones como el enfado, la ira, la tristeza y, por supuesto, el rencor.
Estos sentimientos que desarrollamos son negativos y cuando se mantienen a largo plazo pueden afectar a nuestra salud, tanto física como mental. El rencor nos envuelve y cada vez es más recordando todo lo que nos han hecho y que nos ha enfadado, lo cual hace que nos consumamos por dentro. Para disminuir ese rencor y rabia a esa persona lo adecuado es hablar de lo que sentimos, escribirlo, el escribir es sanador, ayuda a liberar, pero recordemos que el perdonar no siempre implicara una reconciliación con quien nos hizo daño, pero hacer puede generar alivio para la persona herida como para quien hirió.
Perdonar nos hace fuertes, nos ayuda a cerrar ciclos a continuar con nuestra vida, a pesar del dolor y tristeza que desde ahora hacen parte del pasado.
*Psicóloga y Co-fundadora de la LICMA Liga del Conocimiento y Salud Mental.
Facebook: LICMA Liga del Conocimiento y Salud Mental
Instagram: @ligalicma – @ca_psicologa