Jornada tensa en Rusia a causa de las más de 1.000 detenciones realizadas por las autoridades contra seguidores del político opositor encarcelado Alexéi Navalny. Las marchas habían sido convocadas en todo el país para exigir su liberación y una atención médica que pueda tratar su deteriorado estado de salud, que según varias fuentes puede estar poniendo en peligro su vida.
Navalny lleva varias semanas en huelga de hambre para protestar por su situación, algo que lo ha debilitado profundamente y ha empeorado su ya deteriorado estado de salud en prisión. Expertos señalan que podría estar cerca de sufrir una falla en los riñones que podría terminar con su vida.
Antes de las marchas convocadas, Lyubov Sobol, uno de los rostros del canal de YouTube del opositor ruso Alexéi Navalny, y Kira Yarmysh, su portavoz, fueron detenidos en Moscú, Rusia. Las autoridades de ese país llevan varios días alertando que las manifestaciones convocadas para este miércoles en favor del crítico del Kremlin son ilegales.
“Como es usual, ellos creen que si aíslan a los ‘líderes’, no habrá protestas”, dijo más temprano Leonid Volkov, un aliado cercano de Navalny, tras enterarse del arresto de Sobol y Yarmysh. “Desde luego eso es erróneo”, añadió.
Entre otros asuntos, los manifestantes piden que se brinde la atención médica necesaria a Alexéi Navalny, que inició una huelga de hambre hace 22 días para denunciar que las autoridades en la prisión donde se encuentra recluido no lo atendieron por un dolor en una pierna y en la espalda. Hace dos días, el opositor fue trasladado a una prisión con un hospital interno y este miércoles la agencia estatal RIA dijo que cuatro médicos vieron al opositor y afirmaron que no encontraron riesgos serios a su salud.
Aunque las protestas tenían la intención de ser las mayores en la historia de Rusia, las imágenes parecen mostrar que han tenido menos asistencia que las convocadas a principio de año. La policía cifró a los manifestantes en Moscú en 6.000, mientras que la oposición dijo que eran unos 60.000.
La UE rechaza el arresto de aliados de Navalny
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que las detenciones de los aliados cercanos al opositor ruso son “deplorables”. Michel se pronunció en Twitter y añadió que “las autoridades deben respetar el derecho de asamblea”.
«Insto a que se le brinde la atención médica necesaria y de calidad a Alexéi Navalny y que sea puesto en libertad», dijo el presidente de la institución europea.
El martes, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, afirmó que el Gobierno de su país no dudaría en usar herramientas adicionales para sancionar a Rusia si no se le brinda la atención adecuada al opositor Navalny. Más tarde, el embajador estadounidense en Moscú anunció que viajaría esta semana a su país para «consultas».
Este miércoles, el presidente ruso Vladimir Putin se dirigió a la Asamblea Federal, en un discurso anual que es referente sobre el estado del país, y abordó las tensiones.
Putin alerta sobre consecuencias si cruzan «líneas rojas»
El caso Navalny es solo uno de los puntos de tensión de Rusia con las potencias de Europa y Estados Unidos. En el panorama está también el movimiento de tropas en la frontera con Ucrania y los señalamientos desde Occidente que responsabilizan a las fuerzas rusas de respaldar a los rebeldes en la región ucraniana de Donbass.
En este contexto, el líder del Kremlin usó su discurso sobre el estado de la nación para proyectar un mensaje de fuerza rusa y desafío frente a amenazas externas.
«Queremos buenas relaciones», afirmó en medio de la intervención, «y realmente no queremos quemar puentes», dijo Putin a ambas cámaras del Parlamento.
«Pero si alguien confunde nuestras buenas intenciones con indiferencia o debilidad y tiene la intención de quemar o incluso volar estos puentes, debe saber que la respuesta de Rusia será asimétrica, rápida y dura».
Rusia determinaría dónde estaba su línea roja en cada caso específico, dijo, comparando el país con un tigre rodeado de hienas.