Por: Ruby Stella Morales Sierra/ Con todo un desafiante andamiaje de espectáculo circense llegaron esta semana las primeras 50.000 vacunas, el 0,08% del total que se esperan contra el Covid19 en Colombia. Se supone que son las primeras y deberían ser muestras gratis que deben acompañar la compra de los 61.5 millones de dosis que al fin dicen que se negociaron con diversos laboratorios de Europa, China y Rusia.
Se supone se sabrá cuánto costaron realmente dentro de 25 o 50 años, cuando se levantaría la reserva de confidencialidad del negocio. Oscuridad total.
¡Qué vergüenza con la gente que ha perdido a sus familiares y amigos! Dolor por los 58.686 fallecidos al 21 de febrero de 2021. Los más de 2 millones de contagiados.
Nuestros gobernantes insulsos hicieron gala de un despliegue de fanfarronería infame en semejantes circunstancias de pandemia global. Show mediático, tanques blindados y máxima seguridad para transportar las primeras vacunas y luego el espectáculo reproducido en las gobernaciones y municipios utilizando la vacunación con fines politiqueros.
Alertas y dispuestos, el personal sanitario que ha perdido más de 300 médicos y personal de salud a causa del virus, por falta de protección, no han cesado de clamar y denunciar la urgencia por contar con la logística adecuada para enfrentar en primera línea a los pacientes contagiados. ¡Y les adeudan años de sueldos!
Pocas muestras de consideración y pudor han tenido el gobierno para acompañar al personal médico en esta emergencia. Ni en las puertas del dolor tienen mesura y respeto por la gente que sufre y muere.
Comprobar que el gobierno tuvo que tragarse las palabras a quienes denigraron de la vacuna rusa y de los biológicos producidos en la propia China a donde tuvieron que acudir en esta rapiña feroz por la adquisición de las vacunas en el mundo.
En el futuro, nuestros nietos y bisnietos que analicen la barbarie capitalista en que se convirtió la compra-venta especulativa y ventajosa de las vacunas por parte de Estados Unidos y Europa, seguramente nos mirarán con pesar y dolor. África y América Latina rezagados.
¿Qué tal los engaños mortales de las vacunaciones con aire a los adultos mayores en Perú y Brasil? Ya salieron en Colombia los proféticos de las redes sociales que imaginan las preferencias exigidas por los amigos de la ñeñe política, las vacunas para el clan Char, para las familias y amigos del adelantado Macías, las vacunas preferentes para las palomas y las cabales, para los empleados de las redes bancarias de los innombrables y para las élites que se creen de sangre azul.
Nos queremos imaginar ninguna bellaquería en el manejo de los biológicos. Porque esperamos que se exprese lo mejor de lo mejor, acorde a las circunstancias de la gestión rigurosa y responsable de la pandemia.
La Superintendencia de Salud colombiana dice que organizó un grupo élite de profesionales para realizar vigilancia al plan de vacunación nacional. Aseguran que es la mayor estrategia de inspección y vigilancia en su historia para verificar el cumplimiento del plan de vacunación.
Y tienen mucho trabajo: Verificar el cumplimiento de la cadena de frío, la revisión del personal médico, que realmente se vacune a las poblaciones priorizadas, los protocolos de bioseguridad con los usuarios y hasta el agendamiento de las citas.
También anunciaron que realizarán un seguimiento a las personas vacunadas para garantizar la trazabilidad de la población vacunada en el país, aspecto muy importante para despejar dudas y mitos y aclarar realidades. Especialmente por los informes científicos que revelan las mutaciones y el surgimiento de nuevas versiones de la misma cepa virulenta y las limitaciones de las actuales vacunas.
Vacunada y endeudada
Muchos comentarios ácidos generaron que la primera vacuna se aplicara a una enfermera jefe de la ciudad de Sincelejo, de quien se supo lleva más de un año sin que le paguen su salario. También resultó sospechoso que se iniciara la vacunación en la misma región del Ubérrimo, catedral del jefe del jefe de gobierno. Y surgió el comentario que tan pocas vacunas asignadas en esa región no alcanzaban ni para vacunar a los caporales de la famosa finca del expresidente.
Las pírricas 54 vacunas asignadas al departamento de Amazonas provocaron el revuelo de un video de un empresario de turismo que propuso la idea de rebelarse y unirse más bien a Brasil o al Perú, países que por su cercanía les paran más bolas a sus vecinos que el centralismo cachaco elitista que gobierna en Bogotá.
Lucro cesante
Sobre las vacunas, las futuras generaciones no comprenderán por qué no se liberó con interés humanitario este conocimiento científico logrado en plena emergencia para salvar a millones de personas y levantar las economías de los países con economías precarias.
Aquí vemos que como humanidad nos quedamos cortos frente a la tragedia de la pandemia pues los intereses de los países que integran la Otan, la Ocde y las Naciones Unidas han girado en torno a intereses del modelo capitalista neoliberal, antes que a la protección real de la humanidad.
No se puede olvidar que las fórmulas logradas en los laboratorios de los países que extrajeron riqueza de los trabajadores y recursos naturales de todo el mundo, para invertir en ciencia y tecnologías, no tuvieron el llamado mundial para conminarlos a liberar las patentes y que se produjeran las vacunas en otros laboratorios y países para frenar la pandemia que tiene postradas las economías de las naciones pobres y grandes pérdidas en clases medias y medianos y pequeños empresarios de países pobres y ricos. Y 2 millones 460 mil muertes y 111 millones de contagiados.
Claro, pensar en socializar el conocimiento humano para beneficio de todos, a esto le llaman comunismo o socialismo y arranca pavor en mentes frías y doblegadas al lucro y la acumulación desmedida. ¿Acaso importa cómo se llame actuar en beneficio comunitario?
Impera el sistema que se estrangula a sí mismo y que será relevado progresivamente por las nuevas generaciones que están obligadas a tener en cuenta preservar la vida y gestionar recursos para evitar el sufrimiento de la gente. Acudirán al esfuerzo, trabajo y riqueza humanas para el servicio del bien común y se alejarán de las arcas de los bancos y las clases dominantes. Esto seguro cambiará a favor de la defensa de la vida. De la buena vida.
El dilema
Colombia está entre los últimos países del mundo que arrancó con la esperada vacunación que busca convertirnos en un rebaño inmune a la pandemia. Y nos toca en cada familia y en cada grupo de amigos lidiar con los escépticos a la vacuna.
Parece que las personas antivacunas son presas de un maremágnum de manipulación de informaciones alternativas y noticias falsas sospechosamente ‘conspiranoicas’. Quieren desconocer que hay todo un programa de creación de noticias falsas que solo buscan confusión y miedo, manipulación política y religiosa e inclusive para generar monetización en las redes virtuales.
Las versiones oscuras y delirantes empezaron a circular desde hace años y se incrementaron en el 2020 a partir de Argentina, Brasil, Ecuador, Colombia, México y España, reforzando una red de seguidores fanáticos de la candidatura derechista de Trump. Alcancé a leer algunas verdaderamente delirantes.
Muchas de las víctimas de estas informaciones se quedaron en la oscuridad de la derrota del supremacista anaranjado y continúan en el horror que les provoca la vacuna contra el virus y una conspiración de eugenesia pavorosa, en las tinieblas de una lucha virtual dando continuidad a la guerra fría entre capitalismo y comunismo.
Es desconcertante ver como siguen empachados con un sancocho de creencias, mitos y posibles realidades sobre la eficacia milagrosa del dióxido de cloro (que lo utilizan personas cercanas que dan testimonio de su eficacia), mientras que otros allegados se atienen a las alertas de las autoridades sanitarias y mantienen la distancia del producto cuestionado.
Los negacionistas creen que las vacunas son promovidas por un plan de exterminio de los magnates Bill Gates y Soros, y aseguran que no se aplicarán el biológico porque les cambiaría la genética y le implantaría un chip de nanotecnología que como mínimo volvería a los vacunados más borregos. ¡Ah, qué tal! ¡Vade retro!
Ya se sabe que en época de crisis surgen los movimientos fatalistas del fin del mundo y el apocalipsis. Recordemos al cumplirse el año 2000 las víctimas del fanatismo religioso que se agarraron de los pronósticos torcidos del calendario maya e hicieron vender las propiedades de mucha gente y que provocó inclusive suicidios colectivos al interior de sus sectas. Esperaban unas obducciones masivas de extraterrestres que nunca se los llevaron a un paraíso en el vecindario universal.
Es muy interesante la exposición de pensamientos opuestos.
Por un lado, la ciencia que inventó la penicilina y las vacunas de la poliomielitis, el sarampión, el tétanos, etc. La misma ciencia que remplaza válvulas y hace operaciones a corazón abierto, que descubrió el genoma humano. La que aprendió a clonar. Que repara huesos rotos y opera de cataratas para recuperar la visión.
La ciencia que luego de muchos ensayos de prueba y error, opera el cerebro, alivia el dolor y hace esfuerzos por evitar el sufrimiento humano.
Pero recordemos que la ciencia no inyecta ni razonamiento ni sentido común en las mentes de la gente. No evita que la gente enloquezca. Nos toca a nosotros hacer esa tarea. Esforzarnos y cuidarnos de no cruzar los finos límites de la cordura. Y duele mucho hacer el esfuerzo intelectual y emocional…
Duele y genera más miedo que hacer mil sentadillas…
Vernos a nosotros mismos nos confronta como seres humanos vulnerables.
Si nos negamos a enfrentar nuestra condición humana, entonces nos quedamos en la superstición medieval y en la inquisición… La xenofobia siendo ciudadanos del mundo y algo de insania y aporía global.
Y temer siempre por los enemigos que nos asaltan por todas partes.
No podemos olvidar que el único enemigo global cierto es el sistema capitalista neoliberal que esclaviza a todos por igual. Aquí están las multinacionales farmacéuticas que deberían liberar el negocio y la fórmula de las vacunas y que todo el mundo que pueda y quiera las utilice.
A modo personal, la idea es permitimos hacer el esfuerzo de derrotar el miedo a la vida. Porque miedo a la muerte es inútil ya que todos nos vamos a morir.
Cada día con su afán y tomar las cosas con mucho cuidado.
Aquí en Colombia esperamos seriedad y rigor en el plan de vacunación. Porque la gente que necesita trabajar y enfrentar la vida las reclama.
No vacunarse será un aparente privilegio de unas minorías renegadas que la realidad no se sabe hasta dónde los lleve. Y nos lleve a todos.
Poca gente puede darse el lujo de no vacunarse y tendrá que ver con que no necesita nada de nadie.
He ahí el dilema.
*Periodista
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