Por: Óscar Leonardo Martínez Cadena/ Hemos oído reiteradamente que el fracasado no es aquel que cae si no el que no se levanta de nuevo, soy un fiel creyente de esta afirmación, he incluso llegue a tildar personas de flojos y conformistas, hasta que me toco en carne propia vivir una caída estrepitosa, y sentir lo difícil que es reiniciar, hoy voy hacer un paralelo con la parte física pero bien se puede comparar con la económica, sentimental, biológica o espiritual.
A mitades de año julio empecé realizando rutas constantes en bicicleta, aprovechando el tiempo que nos otorgaba nuestro Covid-19 me uní a un grupo de amigos que me alentaron y motivaron a realizarlo, en los años inmediatamente anteriores mis recorridos no excedían los 100 kilómetros en un año y o sorpresa después de unirme al grupo del vecindario a finalizar el 2020 había logrado sumar a mi GPS relieve la suma de más de 2.600 kilómetros en seis meses, no alardeo de esto y sé que para muchos puede ser poco pero para mí un hombre con sobrepeso y con hábitos de ejercicios nulos era un logro personal, la consecución de metas me dio confianza, ánimo y aumentó mi autoestima, indudablemente mi condición física en 6 meses mejoró.
Venía de un ritmo que cada día me retaba más y más, SOS grande me decía, ya nadie me para, pero como dicen todo lo que sube baja y si el 15 de enero después de cumplir mi primer reto del 2021 que era recorrer 500 kilómetros en 15 días, tres días después del logro caigo a cama, escalofrió, fiebre, tos, todos los síntomas para asegurar que presentó el virus, algo no confirmado por que avise a la EPS para realizar los protocolos necesarios y se han limitado a realizar llamadas por medio de un robot donde dice presiona uno o presiona dos, será que engrose la lista de afectados en el país y que doce días después me llamaron a informarme que ya podía salir de casa, sin siquiera hacer una prueba, preguntas que me surgen, pero este no es el tema en cuestión.
La situación es que al sentir la mejoría quise retomar mis actividades cotidianas y que duro o difícil fue hacerlo prácticamente me tomó más de 5 días salir nuevamente en los cuales me levantaba, pero no podía retomar, sueño persa frio dolores, al pie de la letra era incapaz de hacerlo, por mucho que lo deseaba quería o visualizaba.
Entendí que, si no se cuenta con la estrategia, la motivación necesaria, la visualización y no hay un proceso de adecuación, físico, mental y biológico se puede caer un círculo el cual no lleva a ninguna parte, también entendí que no tenía que estar 100% preparado para iniciar, porque de las tormentas perfectas no existen.
El jueves 28 de enero después de 15 días de inactividad logré salir con muchos miedos inseguridades y dolores físicos, la ruta que hace me costó muchísimo, me demoré tres veces más de lo normal, la fatiga era más mental que física, entendí que el cuerpo tiene memoria y que aun si no es tas listo puedes hacerlo.
Y que los resultados irán dando poco a poco siempre y cuando no dejes de internarlo caí y me estoy levantando, pero ahora más nunca ejerceré un juicio ante el caído, por el contrario, me acercaré y buscare la forma de apoyarlo y ayudarlo a encaminar sus esfuerzos…
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