Por: Irving Herney Pinzón/ Este año como ya es sabido por todos, ha estado marcado por varios acontecimientos que siguen influyendo en la historia no solo de la humanidad, sino de la misma naturaleza y hay quienes han querido a partir de los sucesos acontecidos durante éste sacar provecho, y es así como se podría hablar de los gobiernos que terminaron endeudando y robando a sus países, bajo el sofisma de la inversión social, de los banqueros que exprimieron a sus ahorradores, o de los delincuentes que como se dice popularmente han hecho su agosto a espesas de las circunstancias; sin embargo al lado de ellos se puede resaltar con orgullo el papel del personal de la salud que arriesgando su vida enseño que su profesión se resume en servicio al otro a costa de su propia vida y junto a ellos vale la pena resaltar el papel de los maestros.
Siempre he creído que una sociedad descansa sobre varios pilares, pero considero que la justicia y la educación son la piedra angular de esta, la justicia combate el odio, el deseo de venganza, la impunidad, la corrupción, la crueldad, los asesinatos, y la educación prepara para que estas situaciones no se den; cuando una de las dos falla, nuestra civilización empieza a flaquear.
Franklin Roosevelt expresaba que no puede haber democracia, si no hay educación…y le complemento: no hay educación si no existen los maestros. Mucho se ha escuchado durante este año sobre todo, por parte de ciertas tendencias políticas que han atacado al maestro considerándolo perezoso, revolucionario, guerrillero, etc., ofensas que sólo son fruto del desconocimiento de la gran labor y tarea que ejercen los docentes o quizás fruto de experiencias traumáticas con alguno de ellos, porque no creería que fuera el resultado del adoctrinamiento de su caudillo de turno que lo lleve a desconocer que el poco o mucho estudio que hoy tienen ha sido fruto del papel incansable de los maestros.
Hay dos temas que me gustaría tratar en este artículo, así sea de forma superficial, porque el tiempo no permite profundizar más: por un lado la labor del docente en la pandemia y en segundo lugar el tan llamado adoctrinamiento de los maestros: en primer lugar en tiempos de pandemia, y lo digo con base en entrevistas realizadas con padres de familia, docentes, estudiantes, empresarios: el maestro ha hecho de padre de familia, psicólogo, emprendedor, docente, ha tenido que escuchar todos los problemas generados al interior de las familias fruto de las crisis económicas y familiares, que sus estudiantes deben presenciar, tales como discusiones y maltratos, que no hay para pagar el arriendo o los recibos o no hay para hacer mercado, que no hay internet en las casas, que no existen celulares inteligentes, tablets o computadores para que estos puedan desarrollar las guías y en medio de estas necesidades buscar cómo resolverles estos problemas, haciendo colectas entre sus compañeros o comprometiendo parte de sus recursos para dar soluciones, incluso escuchándolos hasta largas horas de la noche, solo para que sus estudiantes estén bien.
En el plano académico, los maestros responden algunos por 1, 2, 5, 10 o hasta 22 grupos diferentes, antes de desarrollar un tema con sus estudiantes, debe realizar un proceso complejo: adaptar los contenidos o estándares a las nuevas exigencias del ministerio y a los retos de la pandemia: para preparar una guía, deben buscar información por internet, extraer lo que considera fundamental, realizar las preguntas del taller, enviar las guías al colegio para su revisión, paso seguido y en medio de su desconocimiento de las nuevas tecnologías de la informática y la comunicación, montar sus clase a las diapositivas para explicar el tema, exponer sus clases por meet o zoom a los pocos estudiantes que logran o quieren asistir, que en algunos casos no alcanza ni el 5% del total, descargar programas donde pueda grabar las explicaciones y cuadrar el video que será montado a la plataforma, o a los grupos de Whatssap o enviarla a cada uno de sus 40 estudiantes por los correos electrónicos, sacarles fotocopias a aquellos que no cuentan con internet, y luego la procesión de mensajes de WhatsApp o llamadas hasta tarde de la noche y los fines de semana sin importar su jornada de trabajo por parte de los estudiantes o padres de familia haciendo preguntas sobre los temas, explicaciones personalizadas, porque poco sirvió el video enviado o las clases virtuales impartidas, convirtiéndose en un funcionario 24 /7: trabajando 24 horas al día y los 7 días de la semana, para ellos no puede haber descanso.
Paso seguido recibir las guías y sentarse a calificar los casi 500, 600 o hasta 800 talleres resueltos por sus estudiantes, luego montar las notas a la plataforma; esto con una sola asignatura y un solo grado, teniendo en cuenta que existen docentes con 22 grupos que trabajan varias asignaturas a la vez, y nuevamente iniciar el proceso con un tema nuevo. Es por esta razón que vale la pena decirlo con orgullo: “Muchas Gracias Maestro” ustedes construyen sociedad, ustedes forman personas, en un trabajo que más que ser una profesión, es una auténtica vocación.
El segundo tema que hay que exponer es como determinado sector político ha llegado a juzgar, señalar, calumniar esta magna vocación tildándolos de comunistas, guerrilleros, izquierdistas, generando odios por parte de algunas personas y llevando incluso a culpar al gremio de los maestros por el despertar ideológico, político de las nuevas generaciones; los maestros no adoctrinan, no tienen los recursos, ni los espacios, ni los medios para ello. La figura del docente es importantísima en todas las sociedades porque en ellos confiamos una parte fundamental de la educación de nuestra vida, a través de ellos, los niños y niñas aprenden a relacionarse consigo mismos y en sociedad. Maestras y maestros no sólo comparten su conocimiento sino su forma de ser y de habitar el mundo y con ello transmiten valores, aspiraciones e inspiraciones. De este modo, sus estudiantes pueden construirse como personas y construir también una buena relación con el resto de la sociedad; además, son una figura protectora y de apoyo a la cual los niños y niñas pueden acudir si tienen problemas con sus familias o en su entorno.
Adoctrinar se refiere a la acción de inculcar o alinear a una o más personas con respecto a ciertas creencias o principios con una finalidad en particular, el adoctrinamiento busca persuadir, imponer y controlar las opiniones y decisiones de las personas de menos poder o influencia, empleando una serie de prácticas y medidas que enseñan valores y creencias que más tarde serán consideras como propias por los individuos; el control social, producto del adoctrinamiento, permite que ciertos grupos sociales de élite les brinden apoyo a partidos políticos específicos y generen planes sociales o económicos en función de las personas dominadas, ¡que lo diga algún estudiante si su maestro la ha impuesto algún tipo de pensamiento!
Y la pregunta es: ¿Cómo adoctrinar? Si es el Estado a través del ministerio de educación nacional quien crea las políticas educativas de cada decenio o gobierno, que las materializa a través de los lineamientos curriculares, los estándares, los derechos básicos del aprendizaje, en ultimas lo que se le debe enseñar a los estudiantes; con sus guías y métodos evaluativos, dictamina como está cada estudiante y cada institución educativa frente a lo que exige el gobierno, fiel servidor del Fondo Monetario Internacional o del banco Mundial quienes establecen el estilo de educación en cada país.
El maestro enseña a pensar, enseña a tomar varios puntos de vista, a argumentar y a defender sus postulados pero justificándolos, como lo hicieron alguna vez Platón, Sócrates, Aristóteles, Rousseau, Montesquieu con sus discípulos a quienes les enseño un estilo de sociedad, los maestros no adoctrinan, los maestros abren las puertas del conocimiento y de los problemas sociales para que el mismo estudiante saque sus propios postulados; la sociedad está cansada y por eso reclama, esto no quiere decir que este siendo adoctrinada. Si no se quieren escuchar las voces de protesta frente al sinnúmero de vejámenes sociales, entonces transformemos la sociedad en una aldea más humana e integral.
*Magister en Educación, Docente Investigador Filosofía y Ciencias Sociales y Candidato a Doctor en Educación.
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