La carismática socióloga Carmen Elisa Balaguera se ha convertido en la pluma de los temas sociales en Corrillos!, sus textos narran la cotidianidad y la grandeza de las personas. Su estilo la ha consolidado en 2020. Cada historia suya supera las 165.357 visitas en la web.
Cuando Carmen Elisa Balaguera observa una siembra de árboles, sus sentimientos se sacuden al notar que se trata del tulipán africano. No le afecta tanto porque no leyeron sus columnas en Corrillos!, sino porque ignoran el daño que van a generar.
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Dice que, “es un afán de sembrar árboles sin conocer lo que va a pasar, por ejemplo, el tulipán africano que genera unas flores naranja, que parecen cucuruchos, esa flor se come las abejas, las aniquila. Y la gente sigue y sigue en la siembra de esa especie cuando en el mundo está prohibida”. Colombia la considera de riesgo alto por ser especie invasora, de difícil erradicación, utilizada para dar sombrío al café.
Carmen Elisa es mamá de 4 hijos, socióloga, con una experiencia laboral envidiable, asesora presidencial, profesora universitaria, trabajo en el BID, trabaja en la defensa del Páramo de Santurbán, directora de investigaciones.
Está en Corrillos! desde sus primeros pasos. En televisión en primera y segunda temporada. Escribe desde hace siete años en la Revista y el portal. Reconoce que la columna en Corrillos! le ayudó a impulsar el hábito de escribir, le dio la posibilidad de conocerse más a sí misma, y ha escrito sobre temas que no creía capaz de desarrollar.
“Detrás de cada persona, de cada situación, hay una historia para escribir”, manifiesta que opinar es una experiencia muy bonita y satisfactoria.
Trata temas de ciudad, de mujer, de medio ambiente, muy coloquiales. “Escribir la columna se ha hecho parte de mi cotidianidad”.
Aprovechó para promocionar una de las más recientes de cuando los visitantes llegaban a las casas de familia como parientes o como solicitantes de alojo porque no podían acceder a un hotel, o llegaban de madrugada y los hoteles estaban cerrados. Esa es una industria a cuidar porque en esta pandemia obligó al cierre de muchos establecimientos. Las casas de uno eran los hoteles y las puertas estaban siempre abiertas.