Por: Yessica Molina Medina/ Carlos Holmes Trujillo pasó de canciller a ministro de Defensa a finales del año pasado y hoy, 10 meses después, varios sectores están pidiendo su salida de esta, una de las carteras más importantes. Al ministro le están cobrando hechos polémicos y problemas que, innegablemente, aquejan al país y que han sido noticia de primera plana.
Uno de ellos es la presencia de fuerzas armadas estadounidenses en suelo colombiano, por lo cual el senador Jorge Robledo radicó una moción de censura en contra del ministro Holmes Trujillo. Por el lado de la Cámara, 22 congresistas radicaron también una moción porque consideran, como informa la Revista Semana, “que el ministro no cumplió con el fallo que solicitó la Corte Suprema de Justicia en el que le ordenaba pedir perdón por los hechos cometidos el 21 de noviembre del año pasado, en los que murió Dilan Cruz”.
Como si fuera poco, el ministro ha estado en el centro de la polémica por los casos de abusos de la fuerza pública, especialmente por la muerte de Javier Ordóñez a manos de dos policías y la más reciente muerte de Juliana Giraldo por un disparo de un joven soldado en Miranda (Cauca).
¿Pero hay que sacar al ministro? ¿Es necesario y útil para el país desgastar a un ministro de esta manera? ¿Es culpable de cada error? Pues bien, aplaudo que el legislativo haga control político a los altos funcionarios, puesto que es una de sus obligaciones constitucionales. Además, todos los ciudadanos tenemos derecho a exigirle explicaciones a cualquier empleado público.
Pero una cosa es pedirle razones frente a innegables hechos polémicos, como la presencia de las tropas norteamericanas, o por fallas de la fuerza de la cual el ministro es cabeza y responsable, y otra usar la Constitución para hacer una oposición sin propuestas. Lo que los ciudadanos esperamos de la oposición, tan importante en democracia, es que haga propuestas sobre aquellas actuaciones del Gobierno que consideren erróneas, siempre en defensa del bienestar nacional.
Ahora, reitero: me parece adecuado que todos estos temas estén en discusión, porque estamos en una democracia. Y creo también que es esta una buena oportunidad para que el Gobierno en general y el mindefensa en particular se sintonicen con la ciudadanía frente a aquellas inconformidades que ha manifestado. Valdrá la pena revisar el comportamiento de los miembros de la fuerza pública y comprometerse con el perfeccionamiento de los protocolos. Valdrá la pena discutir si la presencia de tropas norteamericanas se apega o no a la ley.
Pero de nada sirve tratar de tirar contra las cuerdas a un funcionario que se ha caracterizado por su pulcritud y honradez. Mejor haría la oposición si en vez de ello, propone soluciones que respondan al clamor ciudadano.
Seguramente, ninguna de las mociones de censura prosperarán y el ministro Carlos Holmes Trujillo se mantendrá en el cargo. Ojalá aproveche esta coyuntura para poner a la fuerza pública en sintonía con la gente, en un momento en el cual las amenazas de los violentos nos obligan a unirnos como sociedad y a arropar a nuestra Policía y nuestro Ejército. Los verdaderos enemigos son los narcos, las bandas criminales y las guerrillas. Cerremos filas para no perder los avances de los últimos 15 años.
*Master en comunicación estratégica, profesional Comunicadora Social- Periodista, asesora política y relacionamiento público y experta en marketing político.
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