Por: Víctor Andrés Salcedo Fuentes/ Hoy exactamente se cumplen cinco meses de la Fiscalía del doctor Francisco Barbosa y me parece oportuno intentar hacer un balance de su gestión, desde la óptica de un ciudadano penalista, que ha sido y es parte del sistema de justicia de este país.
De entrada, les debo decir que una gestión se mide es con resultados, no con intenciones, ni menos con empatías, gustos o pareceres politiqueros. Al Fiscal lo han calificado por todo, menos por lo que ha hecho en punto a justicia penal, en estos 150 días de labores frente al ente investigador. En lo personal, que un funcionario haga referencia a sus títulos, no me ofende, ni me incomoda, también los tengo, e igual que él me siento orgulloso de aquello que es lo único inembargable que tiene el ser humano, su conocimiento. A mí eso no me genera resentimiento.
Que sea consciente de la importancia del cargo que ostenta, sea el segundo, tercero o cuarto más importante, me parece que es responsable y sensato, si todos los funcionarios de este país, sintieran el cargo que tienen, como el más importante del país, les aseguro que tendríamos una mejor Colombia.
Con ocasión del famoso viaje a la isla, un cuestionado ex fiscal, le recomendó no dar papaya. Yo creo que no dar papaya, es de morrongos, de personas con doble moral, como quien dice, no muestre la verdad, hágalo a escondidas. Esa no es la defensa, la opción es hablar con lo que se siente, con el corazón y que mejor que poder trabajar cerca de su familia, muchos hoy día lo experimentamos desde nuestras casas y sabemos que alimenta el alma y da buenos resultados.
Se le pide que responda por los actos de sus subalternos, sobre todo cuando son desacertados, pero a la vez se le cuestiona por tratar de controlar desde el derecho, la labor de sus más altos colaboradores. Si está llamado a responder por los actos de sus delegados, razón suficiente para llevar el control de lo que se hace a nombre de la entidad, es su deber funcional.
Acertada fue la designación desde el comienzo de la administración, del doctor Gabriel Ramón Jaimes Durán, como Coordinador de Fiscales ante la Corte. Santandereano con templanza, ética y valores, un humanista del derecho penal, que falta que hacía a ese nivel de la entidad una persona con ese perfil. Su acertado criterio jurídico y experiencia en la Fiscalía, son prenda de garantía para las víctimas, la sociedad y los investigados.
Un par de mediocres y resentidos columnista se han dado a la tarea de intentar desprestigiarlo, sin argumentos, buscando a toda costa su salida. Para bien de la entidad y la justicia ahí está y esperemos que ahí continúe por mucho tiempo. ¿A quién le incomoda que se conozcan los determinadores del homicidio de Álvaro Gómez Hurtado? ¿Cuál es el problema que haya conocido del caso siendo Procurador Delegado? Mejor, pues no es un tema desconocido para él. No inventen incompatibilidades donde no las hay.
Ojalá y se sepa la verdad de ese magnicidio. Que difícil fue en otras administraciones se declarara como de lesa humanidad dicho crimen. Hoy día gracias a ello es imprescriptible. Adelante doctor Gabriel y que bien que no le dé pena que sepan que cree en la Virgen María, eso no es ningún pecado, ser católico es un orgullo.
No deja bien parados a todos los sospechosos determinadores del referido homicidio, que sus defensores de oficio, se rasguen las vestiduras en los periódicos, porque por primera vez en la historia del país, hay una luz de que esa investigación se impulse hacia el camino de la verdad. Definitivamente hay sectores políticos poderosos, que durante décadas manejaron el poder en la Fiscalía, que les preocupa e incomoda la gestión de fondo del doctor Francisco Barbosa y del doctor Gabriel Jaimes, frente a ese caso.
Concluyendo, yo me quedo con la positiva gestión del Fiscal, en punto a judicialización de feminicidas, narcotraficantes, funcionarios corruptos que se han apropiado de los recursos de la lucha contra el Covid-19, desarticulación de organizaciones criminales dedicadas al hurto en Bogotá, recientemente la captura de los presuntos responsables del atentado terrorista contra la escuela de cadetes, entre muchos otros verdaderos positivos resultados.
No se deje intimidar señor Fiscal, la gran mayoría del país cree en su gestión, en sus buenas intenciones y tiene la esperanza de que usted de la mano de los que realmente son sus leales colaboradores, nos regrese la confianza en la justicia.
Y por supuesto, que la Fiscalía debe estar en los territorios y no en Bogotá tras un escritorio, como históricamente se manejó la entidad.
*Abogado Penalista, Magister en Derecho Penal Internacional.
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