En una pared de vidrio en la calle 34 entre carreras 26 y 27, a la izquierda, mientras se camina de oriente a occidente, como quien persigue el sol, había un letrero de fondo blanco, letras rojas y números negros.
Se arrienda decía el aviso y la pared donde está pegado el anuncio hace parte del frente de un local que está vacío. El aviso es ya casi norma por estos días de pandemia en Bucaramanga. Por cada cuadra hay un aviso de se arrienda o se vende.
En la carrera 15 los locales vacíos que repiten el anuncio de Se arrienda son numerosos. En el centro de Bucaramanga los se arrienda en los locales son ya parte de la cotidianidad. Nadie los cuenta, pero están ahí para recordarnos que algo pasa.
Pero el letrero blanco con letras rojas y números negros de que hablábamos al comienzo no lo trajimos a cuento por esa pandemia de locales en arriendo, sino porque justo ese local que Se arrienda está contiguo a la entrada del Teatro Corfescu.
En una camioneta blanca de llanta sencilla y carrocería de estacas de madera cargaron el martes 30 de junio de 2020 el letrero que estaba encima del pasillo que daba ingreso al Teatro Corfescu.
Por desgracia el aviso y los anuncios de las próximas presentaciones no se bajaban para cambiarle los anuncios y anunciar las próximas presentaciones, sino para guardarlo hasta nuevo aviso.
Es difícil decirlo, no es fácil escribirlo, es terrible tener que confirmarlo, pero no podemos dejar de repetirlo, aunque parezca increíble, el Teatro Corfescu, después de nueve años de incesante actividad por la cultura, cierra sus puertas. La pandemia lo mató.
En la administración anterior de Bucaramanga se subvencionaron presentaciones y se programaron espectáculos dominicales en donde las familias asistían en forma gratuita. Era “Emocionante”. En muchas ocasiones la gente se quedaba por fuera porque el aforo se completaba. Los dos pisos quedaban llenos, sin ningún centímetro de distanciamiento social. Era una familia que en muchas ocasiones se acercaba por primera vez a una presentación de un artista, de un baile, de unas marionetas, de una obra de teatro, de títeres, de un espectáculo de danza, de un cuentero, de una narradora del Pacífico, y hasta Michael Jackson estuvo allí con toda la orquesta. Y todo gratis. Pero se acabó.
Sandra Barrera consiguió ese apoyo con la Alcaldía de Bucaramanga y salvó al Teatro Corfescu de cerrar hace años. Los espectáculos entre semana que eran con boleta y pagados tenían asistencia, pero no suficiente para mantener una sala de setecientas sillas rojas.
Pero los domingos en familia, Emocionante! se acabaron. El año 2020, el primero con el nombre de la pandemia coronavirus Covid 19, comenzó como todos, con dificultades. Pero seguía, el Teatro Corfescu resistía a las dificultades económicas. Pero vivía.
El miércoles 25 de marzo del año 2020 el Presidente de la República le ordenó al país encerrarse en un aislamiento obligatorio con el propósito de evitar el contagio del nuevo coronavirus Covid 19 que venía de China. De Wuhan, decían.
Sandra Barrera, la gerente, la directora, la promotora, la fuerza, la gasolina, el petróleo, el combustible, el generador de energía de Corfescu y su equipo acataron la medida y cerraron. Era una cuarentena obligatoria, en 40 días podría reabrirse.
Pero esos 40 días ya son cien días, y tras cien días de tener un negocio cerrado, en donde no ingresa nada, las esperanzas languidecieron. Hace unos días el Presidente de la República dijo que quince días más de aislamiento obligatorio inteligente preventivo, solo permitido salir para las 43 excepciones y los demás a comprar comida o ir al Banco si la cédula le coincide.
Ese último plazo de cuarentena que se extiende hasta el miércoles 15 de julio de 2020, 113 días después de que se anunciara la primera cuarentena, bueno nadie dijo que fuera la primera, fue como un campanazo, el último para muchas actividades.
Entre ellas la cultura, y Sandra Barrera lamentó tener que informar que el Teatro Corfescu, en donde antes estuvo el Teatro Analucía, tenía que bajar el telón en forma definitiva. Así cerrado no aguanta nadie. Queda la esperanza de tener el Corfescu en lo digital, pero eso aunque es un pañito de agua tibia, es como tener una novia solo en foto. No se vive, no se siente, no es igual de ¡Emocionante!
Dice el comunicado oficial del Teatro Corfescu que después de 9 años con programación ininterrumpida de jueves a domingo el Teatro Corfescu (Antiguo Teatro Analucia), apagó sus luces y bajó el telón.
En junio del año 2011, la entidad se propuso de manera maratónica y liderada por su directora Sandra Barrera, junto a todo su equipo humano, lograr la recuperación física, funcional y misional de ser un Teatro de verdad para la ciudad.
Y aunque parecía imposible, Corfescu logró que la magia se diera y que por fin Bucaramanga tuviera un Teatro con programación permanente para todas las modalidades de las artes vivas.
En poco tiempo El Teatro Corfescu se convirtió en el más importante referente cultural de nuestra ciudad bonita para más de 5.000 artistas regionales, nacionales e internacionales que encontraron en sus tablas la magia y dignidad para su trabajo, que solo los proyectos hechos con todo el amor, la pasión y el respeto por el arte logran transmitir.
Desde su apertura, más de 1’00.000 de espectadores se acomodaron en cada una de sus 700 sillas y permitieron que las experiencias más emocionantes del teatro, la música, la danza, el circo, los cuentos, la comedia e incluso el cine fueran parte de su vida.
Nos queda agradecer el apoyo de cada una de las entidades oficiales, las empresas privadas, los medios de comunicación, los artistas, el equipo humano de apoyo, cuyo valor y compromiso, fueron decisivos para que la experiencia fuera mágica y enriquecedora, pero sobre todo, a cada uno de los espectadores de todas las edades, grupos y preferencias, de todas las esquinas e incluso de otras ciudades que en ocasiones viajaron horas para ocupar una localidad en nuestros corazones.
Hoy se baja un telón, pero lo hacemos con el corazón lleno de orgullo porque sabemos el buen trabajo que hicimos. Por supuesto hay mucha nostalgia, lágrimas y un trasteo enorme… pero los sueños y nuestra vocación de servicio para el desarrollo cultural de la ciudad también se vienen con nosotros (ellos sí que nos pertenecen).
Esperamos que, en un día no muy lejano, la vida nos de otro escenario presencial en donde desbordar nuestra magia. Corfescu seguirá trabajando desde su escenario virtual (www.corfescu.com) para el público y esperamos seguir contando con el apoyo de toda la ciudad.
Gracias, Gracias y Gracias por habernos acompañado en esta aventura irresistible y ¡Emocionante!
Gracias Sandra Barrera, fue ¡Emocionante! Poder vivir en Corfescu, la nueva normalidad no se vislumbra muy ¡Emocionante!