Por: Hernando Ardila González/ Homenaje póstumo a la colega y amiga María Eugenia Gutiérrez Portilla, defensora de Derechos Humanos y del Páramo de Santurbán, al togado Óscar Darío Santodomingo Payeras, recién asesinado en Barranquilla, a la abogada Pierangelly Hugueth Henríquez, defensora de los derechos humanos recientemente asesinada en Ciénaga.
Quienes ejercemos esta noble profesión hoy por hoy pasamos por múltiples dificultades que vale traer a colación para que sepa la ciudadanía, nuestros clientes y nuestras amistades e incluso la familia, pero antes hagamos algo de historia. En Colombia el 22 de junio es el Día del Abogado, efemérides que recuerda lo importante que, para la democracia, la justicia y la sociedad, somos los profesionales del derecho.
Pero no es una fecha en que se conmemore a letrado colombiano alguno por su aporte a las ciencias jurídica, ni a ningún hecho histórico propio; es el homenaje por adhesión a Don José Cristóbal Hurtado de Mendoza y Motilla, ilustre abogado venezolano jurista que fuera el primer presidente del país ahora repudiado y de cuyo nombre algunos solo quieren recordar para distraer la propia tragedia ya inocultable en tiempos de pandemia.
Empero un hecho sin precedentes en la reciente historia jurídica de Colombia ha sucedido en buena parte del país y convocado desde Santander, tierra que sigue convocando a la rebeldía propia de nuestra raza forjadora de libertad.
Hacia mitad de mayo, hicimos solitaria presencia en la plaza Luis Carlos Galán Sarmiento de Bucaramanga, para exigir al gobierno nacional que se libere a la justicia, esa extraña dama de ojos vendados y ahora de boca también, esa damisela de balanza que se inclina hacia la poderosa derecha y cuya espada la más de las veces se hunde el corazón de los de ruana. Sí ella, la que está secuestrada desde el 16 de marzo, so pretexto de un bicho que llegó tan oportuno para la corrupción y aunque no lo vemos, ¡nos está abriendo los ojos para ver lo que sospechamos desde un principio sin necesidad de mucha astucia!
Luego de otra semana de pico y cédula, ya esa vez acompañado de al menos cuatro colegas más, aramos en la conciencia de abogadas y abogados que sabemos que no está bien lo que viene sucediendo y entonces el 8 de junio desde Santander y en buena parte de la patria raída, la Colombia litigante se levantó portentosa y digna, para defender la democracia, la paz, el derecho ciudadano a una justicia pronta y cumplida y la legítima defensa de los intereses de la comunidad litigante nacional. Nunca antes se registró un hecho que ya hace camino hacia la memoria de la desmemoriada patria.
Pues bien, luego del letargo y las históricas jornadas frente a las cariátides del maestro Félix María Otálora, ante esas damas petrificadas pero vivas, quedó la notificación de la gesta iniciada el 8 de junio, día en que germina la semilla rebelde de la comunidad litigante; entonces no habría razón para no enaltecer el hecho, el día y la comunidad profesional que lo produjo. 8 de junio es en verdad, el día nacional de la comunidad litigante, el Día Nacional de la Abogacía en Colombia.
Este 23 de junio es la nueva cita, así lo refrendaremos y hemos propuesto un proyecto de acuerdo para institucionalizar el ya amado día, no hay marcha atrás, la nueva era para los litigantes ha comenzado y para que fortalezca con el tiempo, hemos también propuesto la creación de unas mesas de diálogo y concertación con el Consejo Superior de la Judicatura, la Rama Judicial, porque ahora y después de la pandemia, ya no se pueden seguir tomando decisiones sin consultar las necesidades, propuestas, ideas y en fin la inteligencia colectiva de las y los abogados nuestros de cada día.
Pero esta histórica gesta apunta más allá de la pandemia y debe perdurar institucionalizando nuestra presencia en las referidas mesas para que cada año el gobierno nacional a través del Consejo Superior de la Judicatura, se siente a negociar con la comunidad litigante organizada, lo que hemos propuesto se distinga su pliego de peticiones de la comunidad litigante de Colombia, en el que se asomen las legítimas aspiraciones, demandas, propuestas e ideas que por montón tiene ese colectivo sin el cual la justicia y la democracia entrarían en verdadera crisis… el colectivo de litigantes.
El Colegio Nacional de Abogados (Conalbos), que en Santander me honro presidir, la Fundación Colombia al Derecho, Sintralitigantes y Fedeacol, constituimos esas columnas infranqueables que sostienen el libro de la historia grande que hoy nos hace grandes.
Nos vemos el 23 de junio, una vez más… y muchos más.
*Abogado Penalista, postulado a Maestría en Derecho Constitucional. Presidente Colegio Nacional de Abogados de Colombia Conalbos Santander y Vicepresidente Nacional.
Twitter: @HernandoArdila6