Por: Yamil Cure Ruiz/ Para entender el título de esta columna es supremamente importante que entienda la situación y el contexto circunstancial de la Pandemia del Covid-19.
La pandemia es asunto natural, nada tiene que ver con lo social, lo económico, o lo político; menos con situaciones personales en esos aspectos ni con asuntos emocionales que lo puedan afectar.
Desde el punto de vista solo racional sin involucrar, la fe o las creencias particulares. La pandemia es un asunto natural, de “selección natural” como lo decía Darwing: enferma o mata a todos por igual, ricos y pobres, a los poderosos y miserables por igual. Al día de hoy han muerto más personas adineradas que pueblo pobre. O sea, ni tener el mejor plan de salud ha podido salvar al que se enferma.
Los poderosos caen como moscas: Cinco CEO de corporaciones y el primer ministro de Inglaterra, la quinta nación más poderosa del mundo y con mejor sistema de salud del planeta. Han muerto ancianos de más de 80 años como bebes de solo 3 años, como el niño que falleció en Popayán a principios de la semana pasada aquí en Colombia.
Las noticias de los que se han recuperado del Covid-19 indican que la mayoría ha sido de manera espontánea natural en sus casas, aislados y de manera casuística sin ningún elemento científico como medicamentos sofisticados o aparatos artificiales de respiración.
La pandemia es un fenómeno natural de la madre naturaleza y nada humano como la economía o la política está involucrado. Nada de sus emociones y necesidades particulares la puede parar. Y todo esto lo invita a reflexionar y prepararse, pues la probabilidad estadística de que un amigo o familiar cercano aparezca en cifras de contagiados, recuperados o fallecidos por Covid-19 cada día es más latente… ¿Esta listo? Porque también pude ser usted.
Ahora es claro que nuestra existencia se desenvuelve o se desenvolvía en el ámbito de la tecnología, del trabajo, de opiniones sobre los políticos y dirigentes, sobre el conocimiento y sobre lo cotidiano como la familia y suplencia de las necesidades básicas.
Con esta nueva realidad que afecta lo social (estar aislado), lo económico (tiende a quebrarse) y lo emocional (la impotencia); debe preparase porque esto supera su verdad individual, la verdad colectiva, ya que esto es la realidad y lo latente. Que a usted no le haya tocado y está bravo por su economía, pues prepárese porque esa economía a la que estaba acostumbrado no vuelve; porque si dentro de las probabilidades esta que usted tampoco vuelva, pues imagínese el verdadero contexto.
¿Cómo vivir esta nueva realidad? Yo lo he llamado el “efecto tapabocas”. Nuestra vida gira en torno a productos básicos, utilitarios, suntuarios y propios a nuestros gustos. El tapaboca dejó de ser un producto utilitario para convertirse en básico y esa conversión es la que toca hacer para vivir la economía pos virus.
Un tapabocas convencional, antes de la pandemia costaba $500 si se compraba en una papelería cerca de la facultad de salud de la UIS, hoy no se consigue ni en las tiendas especializadas y su valor por otros canales puede bordear los $3.500.
En la economía pos virus habrá tres clases de nuevos productos: los básicos, los programados y los aspiracionales. Hoy en los básicos están los alimentos, productos de aseo y canasta familiar. Ahora o más adelante los básicos se dividirán en alimentos por demanda, aseo estratégico y agregados a la canasta.
El alimento le pasará como el tapabocas al aumentarse su demanda subirán de precio y no podrá adquirirlos con sus nuevos ingresos pos virus. Luego verifique con las noticias cuales productos se les sube la demanda frene a la oferta, pues la papa en temporada regular tiene un precio y en cosecha otro actualmente. Pero en futuro no dependerá de la cosecha si no del comportamiento de los consumidores.
Luego a comprar los productos alimenticios sustitutos que no estén afectados por la demanda. Abandone sus hábitos de que debo comer “pastas con atún” porque es lo que me gusta, por ejemplo. Lo que le gusta pasa de ser básico a ser programado o aspiracional. Luego si quiere sobrevivir en la economía pos virus cambie sus hábitos pues así lo masivo se convierte en no masivo y el precio de estos baja. Si la papa sube no la compre; compre yuca y verá lo que pasa con la papa.
Los productos programados son productos y servicios que usted debe programar presupuestalmente en un presupuesto familiar en su frecuencia (cantidad de veces que lo compra), y en su cantidad (número de unidades de producto o planes de servicio). Recuerde, los fabricantes y proveedores de los productos y servicios siempre le querrán imponer el producto que mayor rentabilidad le ofrece a esa compañía; usted debe evitarlo programando inteligentemente su consumo.
Los productos aspiracionales actualmente suntuarios o de lujo (estilo de vida), deben pensarse en la época pos virus como lo piensan los conformistas hoy. “De que me sirve tener cosas si cuando yo me muera no me van enterrar con el carro, ni con un apartamento, ni la finca, ni siquiera con la ropa que quiero”. Los aspiracionales en la medida de lo posible se deben pensar como utilitarios de hoy. “Para que me sirve tener el carro”: ¿Para un adjetivo o para un sustantivo?
Adjetivo: para tener status y confort. Sustantivo: para trasporte y ahorro. Mejor dicho, para aparentar que me ha ido bien o para que mi ego se sienta bien; o para ponerlo a producir y ahorrar. Este pensamiento sobre los productos aspiracionales fue lo que sacó a los países devastados y acabados en la posguerra a potencias económicas actuales. ¿O es que ustedes creen que Toyota, Ford, Mercedes o Renault después de Hitler pensaban como piensan hoy, vender aspiraciones? No, pensaban en vender productividad.
En resumen, todos incluyendo el gobierno deben cambiar, mejor dicho, deben “resetear” su manera de pensar como en la pre pandemia. El gobierno haciendo intervención en productos sensibles a la demanda quitando IVA o con la cadena de abastecimiento. Y usted cambiando sus hábitos de consumo y sus metas materiales a mediano y largo plazo.
El nivel de sufrimiento de esta conversión depende de su voluntad de aceptar que esto cambió. Dejando de pensar en política y que el gobierno es el que lo va salvar o hundir. De que los favorecidos por el gobierno son los amigos de este. Pues al final si usted cambia sus hábitos la política y gobierno tendrán que dejar de favorecer a sus amigos y aliados y salir necesariamente a favorecer a los que estén con la nueva tendencia, ojalá la mayoría.
El miedo y la no aceptación de esta nueva realidad aferrado a su realidad actual y sus cosas materiales lo harán sufrir y perder dinero en el pos virus. La humildad (no entendida como pobreza) y su capacidad espiritual de relacionarse con Dios es el camino más seguro para volver a reír.
*Encuestador, docente y consultor
Twitter: @yamilcureruiz