Por: Diego Ruiz Thorrens/ Nadie estaba preparado para la cuarentena. Absolutamente nadie. Con el confinamiento, la violencia contra las mujeres, niños, niñas y adolescentes y poblaciones LGBTI asumió una nueva forma.
En el mes de noviembre de 2019 más de un centenar de jóvenes se tomaron las calles de Bucaramanga en rechazo de la violencia contra la Mujer en el departamento de Santander. En la toma también participaron grupos, colectivos y activistas juveniles que trabajan en pro del reconocimiento de la diversidad sexual del territorio, quienes reclamaron mayor visibilidad de las violencias que todas las poblaciones LGBTI sufren, especialmente, aquellas que golpean con mayor fuerza a los niños, niñas y adolescentes sexualmente diversos. Los jóvenes marcharon exigiendo información real de las cifras y de acciones que ayuden a reducir la violencia contra la diversidad sexual en nuestro departamento.
En aquel momento se hablaba de 30 mujeres asesinadas en Santander entre enero y noviembre de 2019, según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses; 20 feminicidios habrían ocurrido entre el 1 de enero y el 31 de octubre de 2019 de los cuales, el 55% de las víctimas de feminicidios de Santander tenían como presunto responsable a la pareja o la expareja, de acuerdo con el Observatorio Ciudadano del Feminicidio de Santander.
Manuela y Paola, estudiantes de la UIS fueron asesinadas el 7 de febrero del presente año, y en Güepsa, una mujer de 59 años era asesinada el 12 de febrero.
A su vez, 2 Mujeres Trans habían sido asesinadas en las calles de Bucaramanga (en los meses de abril y octubre de 2019), y más de 13 hombres homosexuales habían sido brutalmente asesinados entre los meses de enero y noviembre de 2019.
Según el Observatorio Ciudadano del Feminicidio de Santander, el departamento ocupa el cuarto puesto a nivel nacional con mayores casos de feminicidios.
Las cifras de la realidad nacional detrás de los casos de violencia intrafamiliar, de violencia de género y de violencia en razón de la orientación sexual e identidad sexual ya de por sí son escandalosos. Todo esto, antes del panorama de Covid–19.
En Colombia y en toda Latinoamérica el fenómeno de violencia de género es sumamente alarmante. Por ello, el día 20 de marzo de 2020, ONU Mujeres para las Américas y el Caribe publicó un documento titulado ‘Covid-19 en América Latina y el Caribe: Cómo incorporar a las mujeres y la igualdad de género en la gestión de la respuesta a la crisis’. En este documento, se expone que “en contexto de emergencia aumentan los riesgos de violencia contra las mujeres y las niñas, especialmente violencia doméstica, debido al aumento de las tensiones en el hogar”.
Advirtiendo este posible escenario, el Gobierno colombiano por medio del Ministerio de Justicia establece el Decreto 460 del 22 de marzo de 2020, garantizando la prestación ininterrumpida del servicio a cargo de las comisarías de familia, dentro del estado de emergencia económica, social y ecológica, con el fin de brindar “la protección en casos de violencias en el contexto familiar y la adopción de medidas de urgencia para la protección integral de niñas, niños y adolescentes”.
Según cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en enero del presente año, en Colombia, se presentaron 5.138 casos de violencia intrafamiliar, de los cuales 170 fueron contra población adulta mayor, 443 contra niños, niñas y adolescente, 3.376 fueron de violencia pareja y 1.149 casos fueron de violencia entre otros familiares. Las mujeres han sido las principales víctimas de violencia intrafamiliar con 3.942 casos durante ese mes.
Sin embargo, en el escenario de violencia intrafamiliar que viven muchos niños, niñas y adolescentes en razón de su orientación sexual e identidad de género que pueden desencadenar en acciones de violencia física y violencia sexual en medio del confinamiento debido al Covid-19, la respuesta de nuestro país ha sido difusa, por no decir nula. Lo mismo, el llamado del Gobierno Departamental como de los gobiernos locales para frenar o al menos reconocer esta violencia.
Lo anterior, sin tener presente las vulneraciones que están golpeando a la población LGBTI históricamente discriminada, especialmente, aquella en contexto de calle.
Reducir la violencia de género o en razón de la orientación sexual y la identidad de género en Santander es difícil. Según cifras oficiales, sólo menos del 13% de las Mujeres en nuestro departamento denuncian a sus agresores. Sobre poblaciones LGBTI no existe un porcentaje de denuncias.
Por ello, en caso de violencia de género en medio del confinamiento, organizaciones como la corporación Conpázes que trabajan por la diversidad sexual en el departamento de Santander, e instituciones municipales como el Centro Integral de la Mujer, recomiendan:
Tener a la mano un teléfono o un celular. Las líneas de emergencia atienden 24 horas, bien sean la 123 o la 155, o la 141 que es la línea de protección a niños, niñas y adolescentes. También está habilitada la línea 122, opción 2, o la 01 8000 919748 de la Fiscalía.
En los casos de violencia de género, debemos enseñarle a nuestros hijos e hijas cómo llamar para que ellos también puedan reportar la violencia. Vamos a avisarle a alguien cercano el ciclo de violencia que estoy viviendo y que esta persona pueda estar alerta haciendo llamadas continuas a mi hogar para saludar u otra excusa con la finalidad de saber el bienestar de la víctima.
En caso de no poder llamar o hablar con alguien cercano, las personas pueden generar una excusa de algo que falta para la comida o la salubridad, con el fin de salir de casa e ir a buscar ayuda.
Si no sabe qué hacer ante una situación de maltrato, bien sea como testigo o como víctima, llame a la línea nacional 155.
En caso tal de evidenciar un índice de peligrosidad alto, debemos acercarnos a la Comisaría de Familia más cercana para solicitar activación de la ruta de atención de violencia intrafamiliar y de género.
Los vecinos testigos de estos tipos de violencia, también pueden generar la denuncia anónima. Solo debe tener la dirección exacta del lugar de los hechos.
Si dispone de redes sociales en su celular y pertenece a la población LGBTI víctima de violencia en razón del género, la orientación sexual o identidad de género, puede escribir al perfil de Facebook de Santander Vihda o Conpázes Actúa o la página de Caribe Afirmativo.
En caso de que considere que las autoridades no están actuando con competencia o idoneidad podrá dirigirse a buscar medidas correctivas en la Personería Municipal, Defensoría del Pueblo, Procuraduría, Contraloría o Secretaría de la Mujer y Equidad de Género de la Gobernación de Santander.
Esta es información que puede ayudar a salvar vidas.
*Estudiante de Maestría en Derechos Humanos y Gestión de la Transición del Posconflicto de la Escuela Superior de Administración Pública ESAP
Twitter: @Diego10T