«Polvo eres y en polvo te convertirás”, una frase que para los creyentes católicos anuncia el inicio de la Cuaresma: 40 días de ayuno, abstinencia y reflexión. El tradicional Miércoles de Ceniza es un ritual católico y anglicano que también se practica entre los llamados protestantes (luteranos) y bautistas.
La celebración religiosa consiste en que los sacerdotes imponen la ceniza en forma de cruz sobre la frente de los fieles que acuden a templos e iglesias.
La celebración, no sólo comprende la ceniza e la frente, sino su significado: quien las recibe debe estar dispuesto a realizar un cambio espiritual para el bienestar de sus semejantes.
Es una práctica originada desde finales del siglo II y principios del III. A partir del año 322 existen noticias de prácticas cuaresmales en oriente. Unos años más tarde, en Roma, se comenzó a celebrar oficialmente desde el año 385.
En sus inicios, la ceremonia se llevaba a cabo en domingo, para ajustarse a los 40 días antes de la Semana Santa; sin embargo, fue hasta los siglos VI y VII que la práctica del ayuno cobró mayor importancia, enfrentándose a un obstáculo: desde los orígenes nunca se ayunó en domingo, por ser visto como un día de fiesta consagrado a la celebración del Día del Señor.
El primer formulario de bendición de cenizas data del siglo XI. El rito de imponer cenizas sobre la cabeza de los penitentes, gesto de gran carga simbólica, se extendió rápidamente por Europa.
La palabra ceniza, que proviene del latín «cinis», representa simbólicamente la muerte, la caducidad, y también humildad y penitencia. Para la ceremonia, se deben quemar los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Después son rociadas con agua bendita y aromatizadas con incienso.
Este acto tiene lugar en la Misa al término de la homilía. Luego, quien recibe las cenizas, es costumbre que se retire en silencio a meditar. Cuando no hay sacerdote la imposición de cenizas puede realizarse sin misa, de forma extraordinaria.
El Miércoles de Ceniza señala el inicio de los 40 días de preparación para vivir religiosamente la Semana Santa, los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
El inicio de la Cuaresma
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo de arrepentimiento para poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo invita a cambiar de vida. La Iglesia insta a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas.
La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En esta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.