Por: Carlos Roberto Ávila/ La vida es sagrada, un mensaje contundente que llama a proteger la vida, los seres humanos a diario, exponemos nuestra existencia, por comportamientos inadecuados, muchos creen que son inmortales, a otros se les olvida que, en un solo instante, podemos perderla.
Una de las actividades con alto riesgo, que los seres humanos nos exponemos, es a conducir un vehículo automotor, he podido observar el comportamiento irresponsable de varios conductores, que van a velocidad baja o alta, mirando el celular, por lo que no puedo dejar pasar esta oportunidad sin expresar y dedicar esta columna a la defensa de la vida e integridad de todos.
Quienes conducimos un vehículo, normalmente creemos que los hacemos bien, de manera correcta, idónea y con todo el cuidado, pero en verdad nos falta ser más conscientes de esta actividad humana, y de los riesgos que se generan por imprudencia, impericia o faltar al reglamento o a las normas establecidas o al mismo sentido común.
Infortunadamente, observamos a diario por las vías del país y dentro de las ciudades, conductores de tractomulas, camiones, buses, vehículos particulares y públicos, motociclistas y hasta ciclistas, realizando maniobras peligrosas de alto riesgo, como es conducir y al mismo tiempo escribir en el celular, “chateando”, mirando paginas sociales, hablando por celular sin manos libres, hasta tomándose fotos y haciendo videos para montar en redes, sin pensar en las posibles consecuencias mortales que esto puede traerle a él, su familia, pasajeros, a los peatones y bienes en general.
La Organización Mundial de la Salud en su último informe del año 2017, indica que cada año mueren cerca de 1.35 millones de personas en las carreteras del mundo por accidentes de tránsito y muchas de ellas no viajaban en automóvil y entre 20 y 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales, constituyendo una causa importante de discapacidad en todo el mundo. siendo una de las causas de muerte graves y un problema de salud pública mundial.
En marzo de 2010, la resolución 64/255 de la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el periodo 2011–2020 «Decenio de Acción para la Seguridad Vial» con el objetivo de estabilizar y, posteriormente, reducir las cifras de accidentes en el mundo y sus regiones, texto que deben revisar las entidades territoriales en Colombia.
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia, en el informe denominado Forensis – 2018 – Datos para la Vida, señala que los accidentes de tránsito es la octava () causa de muerte para todos los grupos de edad, superando el VIH/SIDA, la tuberculosis y las enfermedades diarreicas.
Este informe publicado en junio de 2019: “analiza los casos de muertes y lesiones por accidentes de transporte ocurridos en el año 2018 y reportados al Sistema Médico Forense Colombiano incluyendo todos los eventos de transporte terrestre, fluvial, marítimo, aéreo y férreo.
En el año 2018 el Instituto Nacional de Medicina Legal registró 46.416 casos atendidos por accidentes de transporte; las lesiones fatales corresponden a un total de 6.879 personas fallecidas equivalentes al 14,82 % y las lesiones no fatales reportan un total de 39.537 personas lesionadas 85,18 %. El análisis de resultados demuestra que, para el año estudiado, se siguió con la tendencia de los últimos años, el número de muertes aumentó en 1,85 % con respecto al año 2017. Lo anterior denota que en el año 2018 se registraron 125 fallecidos más en el sistema forense que en el año 2017 por causa de accidente de transporte.”
Durante años, hemos visto en los reportes de tránsito, informes de autoridades viales y medios de comunicación, que las mayores causas de accidentalidad es conducir en estado de embriaguez, exceso de velocidad y no utilizar el cinturón de seguridad, hoy en día es, conducir usando el celular o dispositivo móvil, esta práctica inadecuada e imprudente, está cobrando vidas.
El celular es importante para comunicarnos, pero se ha convertido en un factor de distracción a la hora de conducir o conversar con nuestras familias o amigos, en el caso específico de la conducción, las personas al tener un dispositivo móvil con numerosas aplicaciones, les permite ubicar lugares, direcciones, rutas programadas, recibir y enviar mensajes, llamadas, fotos y demás, se ha transformado en un elemento necesario, pero sí, en un gran distractor.
Está demostrado internacionalmente que las personas que manipulan un teléfono celular mientras conducen, tienen la posibilidad de accidentarse cinco veces más que los que no lo hacen; “chatear”, escribir o leer mensajes en el celular o tomar fotos durante la conducción, aumenta 23 veces la posibilidad de sufrir un accidente de tránsito, y no menciono el riesgo de hablar por teléfono conduciendo, aun usando ‘manos libres’, ya que logramos distraernos tanto, que creemos estar con la personas en el mundo de la conversación telefónica y se nos olvida que manejamos un vehículo, analice y concluya.
En definitiva, necesitamos más conciencia colectiva, más cultura ciudadana para conducir, necesitamos apreciar y amar la vida, para evitar que la tecnología nos destruya. No podemos culparla, siendo un gran avance de la humanidad para el mundo, debemos ser responsables y aprender a autorregularnos, ser ejemplo para nuestras generaciones.
A la hora de conducir, no debemos usar el celular, si lo requerimos, fácil, detenemos el vehículo en un lugar seguro y permitido, así lo podemos manipular con tranquilidad, sin afectar a nadie, no nos pongamos en riesgo, aprendamos a vivir en sociedad con la tecnología.
Para no poner en riesgo, la vida propia, la de pasajeros, peatones y demás conductores, debemos ser conscientes de nuestro actuar a la hora de movilizar un vehículo.
Las autoridades pueden realizar operativos, campañas de prevención vial, colocar mensajes en redes, avisos, pasacalles, vallas y hacer controles en las vías, así como sancionar mediante comparendos, pero si nosotros no cambiamos nuestra actitud, de no manipular el celular mientras conducimos, esta práctica dañina no cambiara y seguiremos dando mal ejemplo a las nuevas generación, aumentando los accidentes de tránsito y otras estadísticas, debemos poner de nuestra parte, debe ser un compromiso de todos.
Hago un llamado a usar con prudencia e inteligencia el celular, tanto en vehículos, como en los hogares, es importante cuidar la vida y aprovecharla para compartir más con nuestros seres amados, no perdamos el contacto real con el otro, protejamos la vida y la familia.
Espero que después de leer esta columna, reflexionemos y logremos generar conciencia colectiva, por favor compártelo para que otros también recapaciten, ya que la vida es sagrada.
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