Por: Pablo Arteaga/ “Somos nosotros los herederos; somos ahora los forjadores de un mundo nuevo de paz y fe; somos la raza que lucha y sueñan en la conquista del porvenir”.
Estos son apartes del himno de nuestro amado departamento de Santander, del cual nos sentimos orgullosos cada vez que lo entonamos, en este, vemos representada la pujanza, valentía, perseverancia, honestidad de nuestro pueblo luchador. El cual nos han heredado y tenemos la obligación de proteger, un legado lleno de riquezas, con el fin de igual manera, entregársela con los frutos cosechados a las próximas generaciones.
Aunque el himno suena muy bonito y esas estrofas engrandezcan nuestro corazón y orgullo, nos hemos preguntado, ¿qué tan valientes, perseverantes y honestos hemos sido como santandereanos al defender ese legado que nos heredaron nuestros antepasados, además del gran privilegio de haber nacido en una tierra tan rica y prospera?
Hoy Santander es uno de los grandes objetivos por parte de las multinacionales y el gobierno nacional en el área de explotación minera, son más de 570 títulos mineros vigentes los que el Ministerio de Minas y Energía ha entregado a empresas nacionales y extranjeras para el proceso extractivista, en los cuales se destacan: carbón, oro, esmeraldas, platino, cobre, material de construcción, petróleo, entre otros, eso sin contar con la explotación ilegal, que de igual forma se practica en el departamento como en otras zonas del país.
La preocupación me asalta, cuando veo algunos de los municipios en el radar de estas multinacionales en donde se están desarrollando estos procesos extractivitos. Es el caso por ejemplo del El Carmen de Chucuri, Landázuri, Albania, San Vicente de Chucuri entre otros.
Estos municipios se encuentran en el corazón del Parque Nacional Natural Serranía de los Yariguíes y sobre la cordillera de los Cobardes, que es, donde también nace el agua para el departamento con una vasta biodiversidad, al punto, de ser considerada como zona protegida y como la gran despensa agrícola del departamento. Aunque pareciera que estos argumentos no son lo suficientemente importantes y de peso para que el gobierno nacional, departamental y sus dirigentes aúnen esfuerzos en su protección y generen un alto a los procesos extractivos en ejecución.
Barrancabermeja no se queda atrás. Aquí, durante más de 100 años se ha desarrollado la explotación petrolera a través de la explotación convencional de los hidrocarburos, lo que ha representado la generación de miles de millones de pesos a las arcas del país y del departamento, pero a un costo sumamente alto, deteriorando los ecosistemas y cuerpos hídricos, generando un pasivo ambiental irreparable donde se realiza los procesos extractivistas.
Sin embargo, estos deterioros ambientales no han sido del todo públicos, aunque en la última década gracias a las tecnologías de la información y las redes sociales ha sido posible conocer algunos hechos importantes que ponen en entredicho la responsabilidad ambiental de las petroleras.
Tal es el caso de Lizama 158, que, aunque el derrame inició el 2 de marzo, Ecopetrol, la empresa encargada del pozo ubicado a 300 metros del corregimiento de La Lizama, dio a conocer la emergencia una semana después. Esto debido a la evidente e inocultable catástrofe ambiental que había en la zona. A la fecha según declaraciones y denuncias de habitantes del sector aún hay presencia de hidrocarburos en los sedimentos y en las horillas de los ríos, problemática que continua.
También se han conocido denuncias de vertimientos de residuos al rio Magdalena por parte de la refinería de Ecopetrol en Barrancabermeja, versiones que la estatal siempre ha querido desmentir, pero que, según pruebas hechas por la fiscalía, se encontraron químicos e hidrocarburos en muestras tomadas en el río Magdalena por encima de los niveles permitidos en inmediaciones de los municipios de San Pablo y Cantagallo.
Ahora me asalta el siguiente interrogante: ¿Qué pasará con las emergencias que se presentan en otras instalaciones, donde se desarrollan los procesos extractivos y que definitivamente no llegan a oídos de la opinión pública?
Por otra parte, desde hace más de 3 años las comunidades del corregimiento El Llanito, en Barrancabermeja, vienen denunciando el desarrollo de la práctica de explotación no convencional de petróleo, más conocida como Fracking, aunque se presume que esta técnica se viene usando desde hace mucho tiempo atrás en otras zonas del país.
Estos hechos han llevado a que líderes y pobladores de las zonas afectadas realicen protestas y denuncias las cuales han generado amenazas y desplazamiento de líderes comunitarios del territorio; Hoy el silencio es total, nadie dice nada y las famosas pruebas piloto de Fracking autorizadas por el gobierno nacional están en desarrollo.
El Fracking es una técnica que consiste en liberar hidrocarburos inyectando grandes cantidades de agua mezclada con un coctel de químicos a alta presión para fracturar las rocas impenetrables de los yacimientos de petróleo no convencionales y economizar los costos de la extracción de los mismos.
Esta técnica se ha implementado ya en varios países con afectaciones ambientales negativas, sin mencionar que según estudios de la IEA – International Energy Agency de Estados Unidos- hasta el momento la actividad de Fracking no ha dejado flujo de caja positivo en este país, sin mencionar que no es lo mismo realizar la implementación de esta técnica en zonas desérticas como es el caso de Texas, USA a realizarla en el valle del Madalena Medio, zona con una vasta biodiversidad de Flora, fauna y cuencas acuíferas, con presencia de varias especies en vía de extinción.
De una u otra manera nos encontramos viviendo la ejecución maquiavélica del futuro desplazamiento forzado por parte de estas multinacionales, Ecopetrol y co-avaladas por el Gobierno Nacional. Estamos abocados a que será la contaminación producida como resultado de la política extractiva de explotación minera la que genere el desplazamiento que un día genero la guerra.
He aquí donde identificamos claramente que nuestro departamento y nuestro territorio no tiene dolientes, Son pocos los parlamentarios que se preocupan por velar los intereses del pueblo que los eligió, en su gran mayoría van por CVY (Como voy yo ahí), casi podríamos estar viviendo lo que el nobel de literatura Gabriel García Márquez titulaba Crónica de una muerte anunciada.
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