Por: Fredy Horacio Chinchilla Reyes/ Unos de los logros del gobierno del cuatrenio 2012-2015 fue sin duda alguna la ejemplar recuperación del espacio público y que le dio una dinámica totalmente distinta al centro de la ciudad de Bucaramanga.
Entre los aspectos que dieron esa nueva vida al centro fue respirar un aire de mayor seguridad como base fundamental de una democracia y de cualquier estructura organizacional y en este caso un importante eje económico como lo es el comercio que en Bucaramanga es eje transversal de su desarrollo.
Lo anterior permitió una etapa extraordinaria de desarrollo sostenido del comercio durante varios años pues ese ambiente de legalidad y competencia sana y no desleal como es frecuente de parte de la informalidad que afecta el buen funcionamiento del comercio de la Ciudad Bonita, permitió que la felicidad invadiera a los comerciantes.
Pero hasta acá el cuento de hadas, pues el gobierno que finaliza de Rodolfo Hernández ahora en cabeza de Manuel Azuero, entró en una dinámica de informalidad y donde hacerse los pingos y de la vista gorda fue una constante, pues el populismo como estrategia de gobierno para congraciarse con la informalidad y la ilegalidad se hizo presente y de paso llevarse por delante a un sin número de prestantes comerciantes de gran tradición que son generadores de numerosos empleos en la ciudad.
Un ejemplo muy claro cómo se afectó el comercio y el empleo fue el cierre del almacén Jumbo (anteriormente Mercadefam Cra 15) el cual empleaba a 70 personas y de las cuales 35 fueron despedidas, es por esto que el desastre en lo referente al manejo del espacio deja un muy amargo sabor entre los comerciantes formales y con los que Rodolfo Hernández como para seguir la regla impuesta por el también atropello con sus decisiones absurdas entre las que destaca el pico y placa de 4 dígitos, para rematar ya la permisiva proliferación de la informalidad e ilegalidad en el comercio
Otro aspecto que fue un fracaso contundente se refiere al plan maestro de espacio público que se suponía beneficiaría a comerciantes informales y crearía un orden que finalmente favoreció a completos aparecidos y no a los que históricamente habían sido usuarios asiduos del espacio público en actividades económicas de comercio.
Según múltiples denuncias de los perjudicados y excluidos de este plan y que se suponía serian beneficiados, los beneficiados terminaron siendo otros y escogidos a dedo desde la administración municipal con fines meramente electoreros y preparar el terreno para la campaña política que se avecinaba y a como diera lugar ganar la Alcaldía de Bucaramanga nuevamente como efectivamente sucedió, politiquería de alta jerarquía, pero de ética nada de nada.
Solo con salir en estos días al centro de la ciudad de verdad verdadera es sofocante, y no por el calor sino por la tremenda incomodidad que es caminar por calles como la 35 (paseo del comercio), no hay como transitar de forma digna y que decir de la calle 34 en esta el ciudadano se expone a ser atropellado por vehículos pues la imposibilidad de transitar por andenes los lleva a realizar el recorrido por las calles, ya que los andenes están atiborrados de ventas informales, en ambas vías solo por citar dos el riesgo de ser víctima de los ladrones no es ajena también al viacrucis al que se debe enfrentar cualquier ciudadano.
¿No es acaso este el gobierno de los ciudadanos? ¿Y gobernaría para los ciudadanos? Angustiante, preocupante y estresante esa situación
Es realmente solo este aspecto por citar uno, una afrenta contra los miles de ciudadanos que transitan por el centro de la ciudad y que merecen un espacio público para el público y no para unos pocos que lo usufructúan vulnerando los derechos de otros tantos miles.
El desastre, el caos y la anarquía se tomaron el centro de la ciudad y de la mano la delincuencia, como resultado de una desacertada forma de ver y visionar la ciudad, ¿creo que si no estoy mal como Barcelona? Esa Barcelona que está muy lejos de ser Bucaramanga y tan lejos geográficamente.
Que despelote, no hay derecho a tanta improvisación, incapacidad e ineptitud en la toma de decisiones y acciones, pero peor aún no tener el más mínimo sentido común para administrar pero que para la administración de Rodolfo Hernández resulto ser el menos común de los sentidos, que falta de amor real por la ciudad, solo demagogia barata.
No se desconoce que los vendedores informales tienen derecho al trabajo, pero no de esa forma y que la actual administración fue una vez más incapaz de establecer estrategias serias y exitosas para ofrecer alternativas de formalización a los ocupantes del espacio público en actividades económicas.
En conclusión, una verdadera calamidad hacia dónde va el comercio de la ciudad por tan pésima administración y esperar que el nuevo Alcalde, el ingeniero Juan Carlos Cárdenas corrija el rumbo para el bien de miles de ciudadanos, comerciantes formales y el empleo.
Twitter: @fredy_asesor