Por: Diego Armando Lozada Trujillo/ Hoy se cumplen 16 días del paro nacional, un paro que nació del inconformismo de la mayoría de colombianos por la situación económica del país, los intentos legislativos de pauperizar los sistemas pensionales y laborales, y un sin número de desaciertos del gobierno. Si bien es cierto, no todo es obra del gobierno actual, lo que estamos viviendo es la suma de errores, fracasos y corrupción de los gobiernos anteriores.
La realidad es una, indiscutible e inocultable realidad, que el pasado veintisiete de octubre, los ciudadanos confirmaron en las urnas eligiendo el cambio y la lucha contra la corrupción; esa realidad nos muestra, que los ciudadanos han cambiado poco a poco sus pensamientos políticos, que ya no comen cuento y están “mamados” de que las cosas no se solucionen y no mejoren.
Estas manifestaciones que iniciaron el pasado veintiuno de noviembre, se han sumado celebridades, artistas, políticos, oportunistas (como Petro), gente de a pie, de clase media y muchos colombianos inconformes. Un paro que por desgracia para quienes lo respaldamos, ha tenido ya varios muertos, uno más enfocado por los reflectores de la televisión y la prensa que los otros, pero al fin y al cabo colombianos que no son responsables de lo que estamos viviendo.
Estas marchas han sido aprovechadas por políticos oportunistas incendiarios, que en vez de llamar a la paz y el diálogo (sin importar los partidos), invitan a seguir en las calles marchando muchas veces sin saber el porqué; lo cual les ha permitido a grupos anarquistas, de extrema izquierda y vándalos sembrar temor, destruir propiedades, saquear y poner en riesgo o atentar contra la vida de los ciudadanos.
El paro nacional en sus inicios demostró un mensaje fuerte, de esperanza, de fuerza, de unión de un pueblo indignado y cansado; misiva que se ha venido desdibujando por unos pocos, que terminaron siendo los protagonistas con acciones delictivas y terroristas. Es aquí donde los ciudadanos en vez continuar apoyando el paro, se apartan y se resignan a no usar las marchas como mecanismo político, situación totalmente frustrante porque unos pocos, no debe desdibujar el sentimiento de un país.
¿Que pare el paro? Es la pregunta que muchos colombianos nos hacemos, la verdad es que a ciencia cierta no sabe uno que pensar por todo lo que está ocurriendo. Porqué así cómo van las cosas, van a sumar más y más muertos, más desmanes y destrucción que ponen contra las cuerdas al comercio, la economía del país y la estabilidad de una nación. Soy consciente que los grandes cambios, han sido producto de grandes luchas sociales, pero ese no es el camino.
Hoy nuestro país ha avanzado mucho en materia electoral y democrática, nos han dado una herramienta muy poderosa (el voto), con la cual podemos cambiar a los actores y las políticas de un gobierno. Nada de esto va a cambiar si no empezamos a votar bien, si no dejamos de creer en mentiras y nos enfócanos en propuestas y soluciones reales.
¡Que pare el paro! Que el gobierno de una vez por todas llame a un diálogo amplio y suficiente, donde escuche a los ciudadanos y las necesidades del país, que tomen las medidas necesarias y dejen de meterle la mano al bolsillo al ciudadano, que reduzcan los gastos de representación, que inviertan la plática en lo que realmente se necesita y que cumplan las promesas de campaña.
¡Que pare el paro! Que Colombia empiece a crecer y a progresar, sin polarización, sin ventajas políticas y sin el todo vale. Los problemas de nuestra nación se solucionan si todos ponemos de nuestra parte, si el presidente gobierna para todos y no para unos cuantos.
Las cosas pueden mejorar y guardo la esperanza de que sea así, espero que los colombianos celebremos estas fechas unidos y que al momento de destapar los regalos no nos encontremos con más impuestos y un salario mínimo precario.
Twitter: @DiegoALozada