Cuando en los debates lo que resalta es el show, el ataque. Cuando no escuchamos una propuesta coherente sino afán de protagonismo. Cuando se nos olvida que el poder no es hereditario, al menos no en una democracia como la colombiana. Cuando se nos tatúa en el cerebro que “todo tiempo pasado fue mejor”…
Cuando vemos la política y la contienda electoral como un enfrentamiento sin reglas, nos preguntamos, ¿qué pasó… qué pasó…?
Y cuando encontramos a una persona que nos puede orientar, de inmediato la invitamos a sentar y le pedimos luces.
Esa persona no es otra que Juana Yolanda Bazán Achury, abogada de profesión, especializada en derecho público y administrativo. Nacida en Bucaramanga, aunque le dicen que parece de Barrancabermeja.
Época intelectual de mucha inquietud
¿En qué Partido político comenzó?
Toda la vida milité en el Partido Liberal hasta el año 2010 en que Bernabé Celis me invitó a acompañarlo en Cambio Radical y fui su fórmula a la Cámara de Representantes siendo él Senador. Me retiré del Partido Liberal y adherí a Cambio Radical.
Comenzó por el Partido Liberal…
Siempre el Partido Liberal, Fila. Siempre al lado de Horacio Serpa Uribe.
¿Comenzó en el Partido Liberal por la familia, por tradición o porque algún conocido le dijo vuélvase Liberal?
No. Sinceramente porque estábamos en la universidad en una época de mucha inquietud intelectual y mucha motivación y con deseo de participar. Me inquietaba mucho cómo Serpa manejaba la política en esta época, cómo hacía oposición. Me inquietaba porque era una persona con mucho carácter, me parecía muy interesante y tenía mucho deseo de estar al lado de él. Entré un jueves Liberal al Fila en 1985 y nunca salí hasta el año 2010.
¿Qué le gustaba más de esas banderas liberales?
Me gustaba mucho la defensa de los sectores populares, el cómo se planteaba la crítica a la corrupción, la exigencia de la responsabilidad de los gobernantes, y nosotros teníamos una convicción muy importante por, ante todo en esa época, generarle a la gente servicios públicos y trabajamos mucho para que la gente tuviera redes de acueducto, de alcantarillado, electrificación rural.
¿Los otros partidos no lo hacían así?
Ellos también trabajaban, sin duda. Planteaban soluciones, pero nosotros fuimos muy empeñados en eso y logramos mejorar muchos sectores de Bucaramanga que carecían de servicios públicos adecuados, logramos mejorar muchas zonas del Norte, legalizamos barrios en ese sector, como La Transición, se trabajó mucho la vivienda de interés social, se construyeron las casas de Villa Rosa, Villa Helena, Villa Mercedes. La gente que vivía en La Curva de La Virgen se reubicó en Estoraques.
De ver otro Partido político con más fuerza ¿de pronto no pensó en cambiarse hacia ese Partido?
No. Porque de todas maneras la política en esa época era más organizada que ahora. La gente seguía más la ideología que los liderazgos personales. Realmente era la Confederación de Santander, el Fila, el Nuevo Liberalismo, que eran los Partidos que se notaban junto con el Partido Conservador y unas fuerzas de izquierda. Pero se sabía al interior de cada Partido que los líderes asumían el liderazgo al interior de los Partidos y nos formábamos, para eso se hacían las Convenciones del Partido, tenían organizadas las bases. No salíamos corriendo en cada elección a buscar los líderes, nosotros teníamos una base organizada. Teníamos nuestros cuadros dirigentes en los barrios y con ellos contábamos sin necesidad de dar plata, ni canonjías, ni ninguna clase de prebenda.
Con experiencia en cargos de elección
Quien conversa con Corrillos! es Juanita Bazán, como más la conocen en Santander. En su trasegar político en cargos por elección popular fue Concejal dos períodos, Diputada un período, Representante a la Cámara (2008-2012).
Después participó dos veces para cargos de elección popular pero perdió. En una perdió por 800 votos y en la siguiente fueron demasiados los votos faltantes para lograr el escaño. En ese momento se retiró “dos veces derrotada es como una advertencia de que no tiene uno los suficientes votos para hacerse uno elegir”.
¿En su época de militancia Liberal conocía los Estatutos del Partido?
Sí, exactamente. Es más, los redactamos nosotros. Porque nos acogíamos a los Estatutos del Partido Liberal e ideología, pero además como movimiento departamental teníamos unos Estatutos, que todavía conservo. Y en principio respetábamos toda la ideología del liberalismo, toda la democracia y teníamos los principios que defendíamos en el orden territorial.
¿La primera vez que aspiró a un cargo de elección popular lo hizo porque alguien le dijo ‘venga que hace falta una persona para completar la lista’?
No. Nosotros teníamos unas bases organizadas. En esa época los líderes regionales podían lanzarse al Senado y al Concejo. La primera disputa en el Fila era quién iba a ser el suplente del doctor Serpa. Éramos 32 aspirantes. Serpa y el Comité político directivo fueron decantando hasta que quedamos Ramón Ballesteros y Juana Bazán. La mayoría se inclinó por mí y la primera vez llegué al Concejo siendo suplente de Serpa, pero él nunca asistió al Concejo, entonces ejercí la curul. En el período siguiente saqué la segunda votación después de Rafael Ardila.
¿Ustedes iban en fila, nadie se saltaba el turno?
Íbamos en fila y nos llamábamos Frente de Izquierda Liberal Auténtica –Fila– porque defendíamos las ideas de la izquierda democrática, no de la izquierda guerrillera como mucha gente lo confundía, si no la social democracia que era la filosofía que nosotros siempre defendíamos, era la idea de tener un Estado que la mayoría de las veces nos diera la satisfacción de las necesidades de la gente. Que se morigerara la economía de mercado, que buscáramos que el capitalismo no fuera salvaje si no un capitalismo moderado. Por eso fue muy fuerte la ideología que defendíamos al interior del Partido, tanto que el doctor Serpa logró ser Constituyente en el año 1991, fue uno de los copresidentes de la Constitución de 1991 que nos ha durado todos estos años, en donde se logró incorporar la Tutela y el Estado Social de Derecho que han sido herramientas fundamentales para ampliar las posibilidades del bienestar de los colombianos con una profunda descentralización.
Hoy los Partidos no hacen convenciones
¿Ustedes comenzaban el trabajo desde el principio, por una junta de acción comunal, una JAL, el Concejo, la Asamblea…?
No necesariamente una junta de acción comunal. Los líderes de los barrios podían ser JAC, las JAL surgieron después con la Constitución del 91. Pero lo que sí teníamos era la organización de bases, teníamos las juventudes, las mujeres, los profesionales, los que pertenecían a las corporaciones y organizaciones sociales, y desde allí trabajábamos los temas que teníamos que incorporar a los Estatutos y luego esos temas los hacíamos, la mayor de las veces, hacerlos valer en el orden nacional. Se hacía la Convención Departamental de los partidos, en el caso nuestro del Partido Liberal.
¿Aparentemente eso hoy no se ve?
No, es muy difícil. El único que hace convenciones es el Centro Democrático, y a veces hacen la del Partido Liberal. Los Partidos se desarticularon demasiado, ya los candidatos no hacen escuela, son proyectos individuales, cada uno dice yo me voy a lanzar a la Cámara porque tengo muchos amigos, al Concejo… pero no piensan en la necesidad de tener una ideología de Partido, y una organización política en donde sus militantes estén carnetizados, donde sepamos cuáles son los simpatizantes, pero ante todo que sepamos lo que proponen los Partidos. En este momento no vemos lo que proponen los Partidos son todos proyectos individuales y eso desarticula mucho las posibilidades de tener un adecuado tejido social.
Y eso si existe un proyecto, al menos individual, porque algunas campañas se basan en ataques más que en propuestas…
Si acaso existe un proyecto, como bien lo anota. Pero si no agenciamos la política desde verdaderos proyectos ideológicos no vamos a poder reconstruir esta sociedad que demanda tantos cambios y transformaciones sociales.
Y hoy se ve mucho que el veterano se retira pero deja heredero…
Ese nepotismo es inconveniente y por más que en la Constitución, donde participé como congresista, uno de los propósitos fue contrarrestar las posibilidades de que existiera el nepotismo, dejamos una puerta abierta al decir que se podrían lanzar por otro Partido, o la puerta abierta de que se podrían inscribir por firmas. Se pusieron más adelante las figuras de la doble militancia y otro tipo de sanciones, pero en Colombia si no respetamos la Ley no podemos salir adelante. Lo más grave de todo es que ‘hecha la ley hecha la trampa’. Una persona se lanza por un Partido y luego su pariente se lanza por otro Partido para hacerle un esguince a la Ley. Por ese camino no vamos a llegar a ningún lado.
Firmas de moda para alejarse del rótulo
¿El tema de las firmas amplió la democracia o la pulverizó?
Cuando lo discutimos en el Congreso pensamos que era una forma de apertura democrática que las gentes reclamaban, pero nos dimos cuenta que ha sido inconveniente. La gente encuentra la excusa para decir ‘es que a mí no me gustan los Partidos, entonces yo no voy a participar con el aval de ningún Partido y me inscribo por firmas’. Ese no me parece que deba ser el camino adecuado.
Pero luego muestran la cara escondida y buscan el aval de los partidos…
Eso es, buscan el aval. Pienso que se debe hacer una verdadera reforma política, pero ante todo la reforma no tiene que ser solamente legal, tiene que ser del comportamiento de la gente.
Cuando por ejemplo un candidato le dice a usted, mi lema es “estamos mamados”…
Yo le escucho su lema, pero considero que eso no es suficiente para hacerse elegir, todo el mundo está cansado de la politiquería, pero todos somos responsables de que la politiquería funcione de esa manera. Todo el mundo tiene derecho a presentar su nombre para que lo elijan. Pero todos debemos disciplinadamente hacer carrera en un Partido, formarnos dentro del Partido, ejercer un liderazgo responsable con las bases, contarle a la gente de qué se trata la democracia y cuáles son las funciones que vamos a cumplir en las corporaciones públicas. Presentar proyectos colectivos y no proyectos individuales.
¿Volvería para salvar a los Partidos?
Yo los defiendo y participo. Pero creo que en Colombia hace falta un liderazgo grande que permita aproximarnos a unos Partidos organizados para fortalecer la democracia porque con proyectos individuales no vamos a llegar a ninguna parte.