Por: Laura María Jaimes Muñoz/ Desde hace décadas, ha sido decisión de los habitantes de San Vicente de Chucurí rechazar la minería del carbón, por considerarla nociva para el bienestar y el futuro de la ciudad. Las reservas del mineral que existen—al parecer en grandes cantidades—en territorios de San Vicente y El Carmen han resultado muy atractivas para inversionistas de diferentes lugares del país, que no ven el momento de echarle el diente a este recurso.
Conscientes, desde luego, de que ellos serían los únicos ganadores, porque de estos procesos de explotación nunca les queda nada a los habitantes de las localidades donde se desarrollan. Hay un acuerdo muy claro de los chucureños, en el sentido de no permitir que esta explotación ocurra. Pero se sabe que, en la presente campaña, por lo menos una de las personas que aspiran al cargo de alcalde ha manifestado su decisión de apoyar la minería en caso de llegar al primer cargo local. Lo cual es muy mala noticia.
Esa persona, además, está casada con una visión política que la gente denomina “la misma de siempre”, es decir, la de los intereses de una minoría que incluye a los financiadores de campañas políticas, que actúan de espaldas a las necesidades objetivas de la comunidad.
Esa persona, al parecer, no piensa en el futuro de nuestro municipio, en el daño que causaría una “industria” extractiva que acabaría con lo poco que tenemos sin devolverle nada a la gente. La opinión generalizada es que la minería causaría gravísimos problemas ambientales y otros, mientras que las comunidades seguirían con las mismas deficiencias en materia de carreteras y servicios, es decir, en las mismas condiciones de atraso de siempre.
Por estas y muchas otras razones, la gente espera que todos los candidatos a la alcaldía rechacen la minería como opción económica, que representa un peligro para el municipio y la región. Los chucureños deben expresarse, de manera rotunda, contra la idea que tienen algunos de favorecer la explotación del carbón: no queremos más desastres.
En vez de tener tan malos pensamientos, la persona que, entre los candidatos al primer cargo municipal favorece la minería del carbón, debería pensar, más bien, en la forma de gestionar soluciones para todos los problemas que se han acumulado en San Vicente durante años, de modo que los jóvenes que se han formado profesionalmente no tengan que marcharse a otros lugares de Santander y el país porque aquí no encuentran trabajo.
Las mujeres quieren soluciones efectivas para ellas, no minería del carbón a favor de unos pocos. El 27 de octubre próximo debemos votar por una persona que piense de verdad en el mejor futuro de San Vicente, y no por un negociante del carbón, que sería una especie de aliado del mal. Ojo, a la hora de votar tengamos en cuenta esta amenaza, para no quivocarnos.
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