Por: Aidubby Mateus/ La tradición manifiesta que la cocina de leña es parte esencial de esta preparación, por lo que el día qué, en un canasto de fiambre empaqué entre hojas de plátano el suculento plato típico de la tierrita y, acompañada por la profesora Miriam Bautista, con la certeza de que lograría mi empeño, toqué las puertas de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) para visitar a su director y deleitarlo con las delicias de mi tierra, estaba segura que no saldría de allí sin haber hecho realidad la ilusión latente de obtener la meta soñada desde hacía más de 20 años por mi gente, de tener en sus casas el servicio domiciliario de gas natural.
Todo comenzó al merecer el favor de mi pueblo y ser elegida su alcaldesa en el año 2019. Al iniciar la planeación del gobierno, qué según nuestra Carta Magna, me correspondería direccionar las acciones que permitieran ver florecer la esperanza de mi Gámbita del alma por los próximos cuatro años, debería trazar un Plan de Desarrollo, en el que se encontraban metas ambiciosas que incluso mi equipo de trabajo, manifestaban eran demasiado optimistas y algunas voces expresaban la advertencia: si no logras hacer realidad esto, el balance va a ser negativo y el riesgo será demasiado alto.
No obstante, mi corazón ya había visualizado y tenía muy presente la frase célebre de Walt Disney: “si lo quieres, suéñalo”. Obviamente, uno de estos propósitos, era realizar la gestión para llevar el gas al pueblo.
De nuevo a mi mente llegaban voces que me fortalecían y me animaban a no ceder en mi propósito, como el de la famosa coach Tatiana Arias: “si tu corazón lo soñó es porque ya te pertenece”.
Era este un sueño colectivo y por eso no dudé en incluirlo y priorizarlo en el plan de desarrollo “Gámbita Florece”.
Comenzó la tarea
Cómo no recordar la charla con el por entonces senador Richard Aguilar, quien al comentarle, por el citado proyecto, me dio una serie de recomendaciones que me permitieron llegar hasta Proviservicios, una empresa que escuchó mí clamor y que se puso la camiseta. No puedo dejar de destacar que ellos fueron unos grandes coequiperos en el trance de la presentación y gestión del proyecto.
Gámbita hacía parte por entonces de los seis municipios que en Santander, no gozaban del beneficio de gas natural domiciliario y esta desafortunada estadística, se convertiría en mi caballito de batalla para tocar las puertas del Gobierno Nacional, entonces presidido por Iván Duque, ya en las postrimerías de su gestión y con quien por lo menos, quedó incorporado dentro del plan de expansión del servicio. Era un primer paso y el trampolín para seguir insistiendo en mi propósito.
Se vino el cambio de Gobierno Nacional y debo confesar, que reinaba cierta incertidumbre, a raíz de lo que pudiera traducir la propuesta del Presidente Gustavo Petro en relación a la llamada transición energética.
La esperanza como el lema de mi administración, volvió a florecer cuando el 8 de agosto del 2022, un día después de su posesión como primer mandatario de los colombianos, el Señor Presidente convocó al Palacio de Nariño al Director Ejecutivo de Fedemunicipios y su Comité Administrativo Interno, del cual tenía el gran honor de hacer parte en representación de los municipios de quinta y sexta categoría, los municipios pobres de nuestro país.
Se llevó a cabo la reunión con los debidos formalismos y actas de compromiso y al final, no obstante que el equipo de protocolo nos había advertido que no había espacio para conversaciones directas con el Presidente, al momento de la despedida, tomé su mano y mirándolo a la cara le dije: Presidente, necesito que me ayude: tengo que cumplirle a Gámbita y llevarle el gas domiciliario a mis paisanos.
El Presidente un poco sorprendido, no me soltó la mano y me dijo: – ¿qué debo hacer para ayudarla?. Le expliqué que el proyecto ya contaba con el aval técnico de la UPME, pero que no había el recurso financiero para dar inicio al proyecto. Por primera vez, los presentes lo vieron sonreír, rematando con una frase: “quién le dice no a una santandereana… ellas pegan duro”.
Los primeros días del mes de enero del 2023, a la que se le iluminó el rostro fue a la alcaldesa, cuando a su despacho llegó la resolución del Ministerio de Minas y Energía, por la cual se destinaban los recursos para la conducción e instalación del servicio en el Municipio de Gámbita.
Esta semana, una llamada de una señora del pueblo, volvió a traer la luz a mi rostro: “Doctora Aidubby, acaban de instalarme el gas en mi casa… no sé cómo decirle gracias: Mi Dios la bendiga por siempre”.
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*Embajadora internacional de mujeres inquebrantables, exalcaldesa Gámbita (Santander), Abogada Especialista en Derecho Constitucional y Derecho de Tierras.
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